Si está aconsejada por su jefe y amigo con derechos, que pena que no se dé cuenta que solo la está empinando.
Pero si es una cruzada heroica en defensa de su falsa honestidad que la ha colocado entre las patas de los caballos de un pleito de poder que dirimen el Bola #8 y Gómez Cazarín contra Eleazar Guerrero, lo más probable que termine en Pacho.
Joana Marlén Bautista Flores, jefa del administrativo del Poder Judicial, no se ha dado cuenta que es solo un instrumento… de desecho.
Que si es atractiva, muy sensual y atrevida, es lo de menos para los chairos; que si les acomide fortunas y desvía recursos y se le permite que lleve una vida loca… pues es parte del circo moreno.
Lo real es que esta dama está metida en un verdadero brete.
Hoy que Joana pretende dirimir su pureza de mujer y honestidad en los tribunales y acusar de violencia de género y chantaje a la diputada local del PAN, Nora Jessica Lagunes Jauregui, recibe por respuesta una contrademanda de “Difamación”, y de paso le reviven su pasado.
Cobran de nueva cuenta celebridad sus francachelas y excesos. Se vuelven a difundir las fotografías de sus rumbosas fiestas en antros con sus “amigos”. Se vuelven a meter con su familia y el marido queda en una posición sumamente incómoda.
Ello de tal suerte que a la pobre Joana no le queda más que correr a quejarse con Cuitláhuac, quien para estas alturas es un cero a la izquierda al mostrarse incapaz de parar el desmadre desatado en las tribus morenas.
Consecuentemente poco se puede abonar en favor de quien tiene un pasado que la condena.
Habrá que regresar a la memoria que esta señora hoy se queja de linchamiento, que su vida privada sea pública y estar en bocas viperinas por su dudoso pasado y fortuna inexplicable, pero ha guardado silencio cuando se dieron a conocer los malos manejos financieros en el Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura.
Es público que la estrella de esta columna, de ser una modestísima empleada de una sucursal bancaria en Poza Rica, se catapultaría como la responsable del manejo de mil 614 millones 280 mil pesos, presupuesto anual asignado al Poder Judicial, el cual de pronto registra un déficit de 600 millones a mitad del año pasado.
Hoy Joana se queja amargamente de una embestida mediática en su contra, pero le da amnesia cuando se hace público su salario mensual, el más alto pagado en Veracruz, 180 mil 265 pesos, por encima de lo que gana el propio gobernador.
Acusaría asimismo recibo de violencia de género cuando recién se publicaron fotografías y reseñas de su vida privada y pasajes presuntamente licenciosos de su paso en Poza Rica.
Olvidó, sin embargo, salir al paso de su alianza y otras cosas con el Subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero, todo debido a la rapidez con que fluye el dinero rápido que da lugar a decisiones torpes como el recorte del 50% de los salarios de los magistrados y entregar plazas a diestra y siniestra a los recomendados de Eleazar.
Hace unos días recapitulábamos en este mismo espacio que Joana en menos de tres años se convirtió en dueña de ranchos, residencias, spa, salón de belleza, terrazas para eventos, bares y edificios, así como lujosos autos de reconocidas marcas como Mercedes Benz, BMW, Audi y Cadillac.
Y que se da el lujo de hacer público el affaire que guarda con Daniel Fernández Carreón y los escándalos escenificados en un antro de Plaza Xanat.
Así que la señora que hoy se queja que se meten con su familia, con sus hijas y con su reputación, de pronto olvida que Xalapa, un pueblo chico en donde todo se sabe a todos observa.
Y que ella misma es parte del circo de Cuitláhuac García que detenta un gobierno caracterizado por el abuso de poder y ese irrefrenable apetito por las transas y el dinero fácil.
Lo de Joana es tan solo una muestra de los excesos de poder en donde los gobernantes del pasado quedan como lerdos ante quienes hoy encabezan el cambio, la Cuarta Transformación.
Joana olvida que la belleza sirve, pero también que es un instrumento de uso como el papel sanitario.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo