¿Qué se puede esperar de un neandertal como Mario Raúl Mijares? En una semana dos académicos renuncian al Colver
A Mario Mijares lo recuerdo buscando una entrevista con Jorge Saldaña en el programa “Tierra nuestra Veracruz” de RTV. Una de esas tardes me regaló uno de sus libros que años después encontré en la cajuela de mi auto donde lo dejé olvidado. Después, de manera frecuente me lo encontraba en los desayunos de Otero Ciudadano, buscando figurar entre los presentes. Nunca pudo, su insignificancia era demasiado notoria. Yo no conocía los antecedentes de este sujeto, pero siempre traté de mostrarme amable con él en esos desayunos. Luego me entero que con ayuda de Atanasio García Durán llega a la rectoría del Colver, esa institución que fundara el Dr. Francisco Berlín; no cabía en mi asombro. Me dije, ¿quizá lo juzgué mal? Para nada, Mario Raúl Mijares siempre ha sido un paria de la inteligencia, un pordiosero de la razón. Lo que ha hecho en el Colegio de Veracruz en estos últimos años da fe de que el señor se sigue comportando como un neandertal, un hombre de Cromañón. La renuncia de dos académicos en menos de una semana es síntoma de que “algo huele a podrido en Dinamarca”. Mario Raúl Mijares cree que el Colegio de Veracruz se puede manejar como la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Ayotzinapa, donde se puede aleccionar a los alumnos para que sean militantes de Morena. Mario Raúl Mijares está ahí por el respaldo de un decadente dipsómano como es Atanasio García Durán; está ahí porque su pensamiento es acorde con la estulticia del propio gobernador. Pero el señor es un insulto a la inteligencia.
José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, se movía libremente en Cerocahui, Chihuahua. Hasta patrocinaba un equipo de beisbol
El Chueco ya tenía órdenes de aprehensión y aunque lo tenían ubicado nadie lo detenía. El gobernador de Chihuahua, Javier Corral, prometió a la familia de Patrick Braxton que antes de dejar el cargo atraparía al Chueco, responsable de la muerte de este joven norteamericano. Pero nadie le hizo nada, es más, José Noriel se dio el lujo de patrocinar un equipo de beisbol. Fue precisamente una disputa por un juego de beisbol que el equipo del Chueco perdió, lo que dio origen a una serie de asesinatos. Los reportes indican que en ese partido hubo una discusión y que por ello José Noriel Portillo acudió a la casa de los contrincantes para asesinarlos y quemarles la vivienda. Después de eso el chueco se puso a buscar a un sujeto de nombre Paul. Se entrevistó con el guía de turistas que también fue asesinado y que antes de ser ultimado entró a un templo jesuita a refugiarse. El Chueco no respetó el templo y asesinó al guía y a los jesuitas. ¿Cómo podía el Chueco moverse con tanta libertad por esa zona? Esto sólo se explicaría si hubiera colusión con las autoridades de los tres niveles, la municipal, la estatal y la federal. Un generador de tanta violencia debería ser objetivo de el gobierno federal, sin embrago, el señor operaba con plena impunidad desde hace varios años.
Dos Bocas iba a costar 8 mil millones de dólares. Con el esposo de Rocío Nahle repartiendo contratos subió al doble. Le echan la culpa a la pandemia
Presumía el presidente López Obrador que en su gobierno se iban a acabar los moches, que en su gobierno, el de la austeridad, las cosas iban a tener su valor real. Cuando se proyectó Dos Bocas el presidente de México dijo que el costo de la refinería sería de 8 mil millones de pesos. No contaba López Obrador que la secretaria de Energía, Rocío Nahle, pondría a su esposo a manejar los contratos con las empresas que participarían en la obra. José Luis Peña Peña, quien tuvo un intento de suicidio hace algunos años, ha sido señalado en varias investigaciones como un sujeto que se ha enriquecido otorgando contratos a discreción. Señala Mario Maldonado de El Universal: “El Grupo Huerta Madre, relacionado con la familia de Nahle, y la holandesa Van Oord fueron beneficiados con un contrato de 4 mil 900 millones de pesos para la conformación de plataformas y el dragado de la refinería. El esposo de la secretaria de Energía, José Luis Peña Peña, es el verdadero operador de los contratos. Su influencia en la entrega de obra es escandalosa, a decir de varios contratistas, proveedores y altos funcionarios de Pemex”. Hoy sabemos que la refinería de Dos Bocas costará a los mexicanos el doble; de 8 mil millones de dólares pasó a 16 mil millones de dólares. La Nahle le echa la culpa a la pandemia, pero el verdadero responsable del sobrecosto es su esposo, el suicida. Así las cosas, en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra