Lo que va a entregar Rocío Nahle al presidente López Obrador en unos días no será una refinería, sino un conjunto de oficinas hechas al trancazo y la promesa de que antes que termine su mandato, el tabasqueño verá el primer litro de crudo refinado en Dos Bocas.
Pero Dos Bocas no refinará ni una gota de petróleo ni antes ni después del 2024. Antes porque no le dan los tiempos, y después porque quien sustituya a Andrés Manuel enterrará ese elefante blanco.
Eso sí, habrá una pachanga llena de música, colorido y folclor como la que se hizo en el AIFA. Y quizá la zacatecana mande comprar un litro de aceite en cualquier gasolinera para ofrendárselo al presidente: “Lléveselo señor como un recuerdo de este histórico momento y con la seguridad de que litros igualitos a éste vamos a refinar bien pronto”.
Eso será todo.
¿Y después?
Viene la incertidumbre para la funcionaria porque segura segura, lo que se dice segura, no tiene la candidatura de Morena a la gubernatura de Veracruz.
Este martes, quien escribe la columna “A la Sombra” en el Sol de México comentó: “Dicen los que saben que Rocío Nahle está sepultando sus sueños de conquistar Veracruz, pues hace unos días la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que la considerara para dirigir Morena y a la par, ser su apoyo en su carrera rumbo al 2024. Sheinbaum la quiere a su lado, está confiada en su habilidad para conquistar territorios políticos, por encima de lo que hace Mario Delgado”.
Con el debido respeto difiero del autor o autora de esa columna.
Se me hace muy hacia arriba que por muy favorita que sea del presidente para sucederlo en el cargo, Claudia ya le esté ordenando a quién poner y a quién quitar, y más cuando sus bonos ante Andrés Manuel van preocupantemente a la baja.
¿Quién dice que Rocío está sepultando sus sueños de gobernar Veracruz? Por muy mal que estuviera de la cabeza no creo que acepte lidiar por cuatro años o menos con una olla de grillos y alacranes como los que hay en Morena, cuando puede gobernar un estado con un multimillonario presupuesto y por seis años completos.
¿Quién le dijo a Claudia que Rocío Nahle tiene habilidad para “conquistar territorios políticos” cuando en Veracruz ya mero la conocen nomás los de su casa?
Sí, es cierto, a Mario Delgado lo detestan la mitad de los morenos y la otra mitad no lo puede ver, pero ha entregado excelentes resultados.
En 2021 ganó 11 gubernaturas: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Y el domingo anterior se llevó 4 entre ellas las joyas de Hidalgo y Oaxaca, que se las arrebató al PRI tras 92 años de hegemonía tricolor. Además de Quintana Roo y Tamaulipas para un total de 15 estados donde los únicos chicharrones que truenan son los de Morena.
La pura lógica indica que Mario llevaría a buen puerto a la Jefa de Gobierno y Rocío la hará perder. El problema es que Claudia lo alucina porque es gente de Marcelo Ebrard, como lo es Sergio Gutiérrez.
Lucubraciones futuristas aparte, Rocío debe comenzar a meter el acelerador rumbo al 2024 en Veracruz. Si hasta hace unos meses su nombre era el que más sonaba para la candidatura, tiene rato que la rebasaron Sergio Gutiérrez y Zenyazen Escobar.
Y debe comenzar un día después de entregarle al presidente el cascarón de Dos Bocas. Su precandidatura se ha debilitado tanto que si hoy fueran las elecciones y ella la candidata, difícilmente ganaría.
Garrafal barbaridad
El periodista Luis Romero comenta en su columna Hora Cero de este jueves sobre un rumor que corre en los pasillos de la Fiscalía estatal; que la titular de esa dependencia Verónica Hernández Giadáns, acaricia la idea de ser postulada por Morena como candidata a la gubernatura de Veracruz.
“En la ecuación de la fiscal, si el INE determina que la candidatura de Morena al gobierno estatal corresponde a una mujer, y el partido decide no postular a Rocío Nahle, su camino estaría libre”, dice el periodista.
¡Jíjo e la guayaba!, ver para creer. Su eventual designación no sería una broma de mal gusto sino una garrafal barbaridad, que no creo que vaya a cometer ni drogado el destapador de Morena Andrés Manuel López Obrador.
Pero en el imposible caso de que resultara candidata, bastará con que el abanderado de la oposición anuncie: “Una de mis acciones prioritarias si llego a la gubernatura, será llevar ante un juez de control a Verónica Hernández Giandás por el rosario de delitos que ha cometido, delitos que probaremos en su oportunidad”, para que con eso le gane de calle a la incapaz y arbitraria Fiscal estatal.