“Ser mejor equivale a haber cambiado muchas veces.” – Newman.
A casi cuatro años de la llegada del nuevo régimen de la 4T, los analistas económicos y políticos se cuestionan cómo ha sido posible el milagro de mantener la situación financiera del país dentro de niveles aceptables de comportamiento.
Ni una pandemia, ni el cambio de gobierno, pudieron hacer flaquear a las finanzas nacionales, con excepción del trastoque que impone la maldita inflación, elemento latente de la política económica bajo un gobierno que se maneja en un mercado neoliberal.
Aunado a ello, la llegada de remesas a nuestro país, que alcanzan máximos históricos en la economía mexicana al llegar a los 17 mil 240.09 millones de dólares de sus ciudadanos residentes en el extranjero en el primer cuatrimestre del año, un aumento del 17.57% respecto a los 14 mil 663.73 millones de dólares del mismo periodo de 2021, informó este 1 de junio, el Banco de México (Banxico).
A pesar de esta condicionante, aunada a otros factores como el incremento en los ingresos por concepto de inversión en manufacturas, la economía nacional está en crisis.
La evidencia de ello, la ha comenzado a mostrar el Sistema de Administración Tributaria (SAT) quien por instrucciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha comenzado una campaña que podríamos calificar de terrorista en su afán de obtener recursos y liquidez con la más pronta inmediatez posible.
Muestra de ello, es la desesperación que exhiben al enviar de manera sistemática y masiva correos referentes al tema de la facturación; obcecados buscan hasta debajo de las piedras para sacar dinero y con ello “aumentar la recaudación”.
La estrategia consiste como ya habíamos señalado, en el envío masivo de correos electrónicos mediante los cuales pretenden hacer una revisión y muestreo de tus facturas de uno o varios meses, las cuales suman y sobre eso ellos sacan un monto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) trasladado.
Pero una cosa es la operación fiscal y otra muy diferente la operación contable.
Como se sabe el IVA es sobre flujo de efectivo, es decir, si te pagan alguna de las facturas timbradas, ese ingreso, lo tendrás que declarar.
Pero en la realidad, muchas empresas manejan y operan con crédito o plazos de pago, provocando que contablemente se le de otro tratamiento, distinto al fiscal, pues se considera ingreso hasta que el recurso se paga.
Es ahí cuando las empresas declaran el IVA, pero en estos correos resulta que el SAT afirma que el IVA declarado no coincide con el que para ellos se tramita fiscalmente, obligando a los contribuyentes a pagar lo supuestamente omitido, más las actualizaciones y recargos que ellos estipulan.
La amenaza viene cuando el SAT te señala que de no ponerte al corriente como ellos presumen debes estar, te restringirán el uso del sello digital, indispensable para emitir cualquier tipo de factura.
Cabe señalar que no todas las empresas cobran sus facturas el mismo día, eso provoca un desfase entre meses, pues las actividades fiscales no han sido sujetas a modificaciones que se ajusten más a la realidad humana.
La molestia generalizada de los contribuyentes viene a colación pues las llamadas a misa y expresamente a cumplir con el fisco están desgastando al personal de las empresas, que ahora deberá desviar su atención de la operación regular para poner al día las cuentas fiscales que demanda el SAT.
Así el terrorismo implementado por el SAT, evidencia la desesperación del presidente López Obrador por sacar dinero debajo de las piedras, preparándose para el siguiente y último año de su administración.
Al tiempo.
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