Emprendimiento consciente

Emprender es uno de los temas de nuestros días, probablemente sea de las palabras más buscadas e incluso de los temas que más deseamos conocer. Establecer un negocio se ha vuelto una necesidad y el deseo de un gran número de personas. Las motivaciones para hacerlo son diversas, sin embargo, es muy común pensar en emprender para generar un mayor número de ganancias, pocas veces se habla de hacerlo como una acción de solidaridad y esta última debería ser un pilar de todo emprendedor.

Con el capitalismo resulta sencillo pensar en ideas de negocio que sean rentables, aún a costa de condiciones laborales dudosas, como es el caso de grandes industrias que se han sumado a la moda rápida, ofreciendo amplios catálogos al menor precio. También están las propuestas de cadenas o franquicias que adquieren los productos al menor precio posible, sin valorar verdaderamente el trabajo de los productores, para así ofrecer descuentos a sus compradores finales.

Existe también otro tipo de emprendimiento, que con el tiempo debería ser el más frecuente, pues a la larga será el único rentable y sustentable, me refiero a los emprendedores que buscan generar un negocio partiendo de un bien común, a quienes investigan el impacto de sus ideas, colaboran de manera justa con productores y/o artesanos e incluso se preocupan por la huella ecológica que puedan tener en el ambiente.

Así surgen marcas como Morena Corazón, que ofrece diseños de joyería sumamente emblemáticos, pero además son elaborados de manera colaborativa con artesanos y artistas. Cada diseño tiene un significado especial que se basa en elementos de nuestra cultura, de acuerdo a su descripción buscan que su modelo de comercio sea justo, promueva la inclusión social y la equidad de género.

Es decir, el emprendimiento consciente es aquel que además de generar ganancias económicas para todos los involucrados, también tiene un impacto positivo en el entorno, brindando un desarrollo y crecimiento a todas las partes.

Otros proyectos que trabajan con responsabilidad social ponen especial atención al cuidado del medio ambiente y estas preocupaciones deberían extenderse a todo tipo de empresas, pues si no comenzamos a centrar nuestra atención en espacios más equitativos para todas las especies, pronto empezaremos a ver y sentir las consecuencias de nuestros actos, las cuales van más allá del aumento del calor o el frío, implica también el desarrollo de enfermedades y virus que seguramente no sabremos cómo manejar, tal como lo vivimos recientemente con la pandemia.

Los seres humanos estamos infinitamente conectados entre sí, pero también con el resto del mundo, de ahí la necesidad de protegernos en conjunto y visualizar con mayor detenimiento a los otros como iguales y al resto de especies con la misma valía que depositamos en la nuestra.

Emprender es necesario para conocer alternativas funcionales para nuestra economía, pero también es urgente hacerlo desde la consciencia y solidaridad, ¿qué hace que consideremos a algunos más dignos de oportunidades y al resto como menos merecedores o amenazas para el crecimiento? Algunos especialistas detallan que esto se debe a la pérdida de empatía, en la cual poco nos preocupa el dolor o sufrimiento ajeno,

Para desarrollar nuestra consciencia partamos de analizar qué estoy ofreciendo de mi para el bienestar de los demás y cómo me estoy beneficiando de mis vínculos con el entorno. Pensemos en beneficios a largo plazo, quizás hoy los descuentos de grandes industrias parezcan una gran oportunidad, pero tengo la certeza que el día de mañana vamos a asignar esa valía a nuestros recursos naturales cada vez más escasos, en lugar de productos de consumo que no son una necesidad básica.

Como consumidores también podemos marcar una diferencia, apoyando proyectos que tengan un sustento social positivo, que sean más justos y equitativos, pero sobre todo, dando prioridad a los productos locales y nacionales, por encima de las exportaciones, comencemos por lo más cercano y con mayor atención a todo el proceso que tomó para llegar a nuestras manos. La responsabilidad es de todos.

 

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