Extinguir el Fideicomiso del Acuario de Veracruz es echar por la borda 30 años de experiencia y buen manejo que han logrado consolidar a este inmueble no sólo como el mayor atractivo turístico del Estado de Veracruz, sino como el mejor acuario de toda Latinoamérica.
Como alcaldesa he optado siempre por tender puentes y mantener un diálogo abierto con el gobierno estatal con la finalidad de trabajar en beneficio de los veracruzanos, pero el abuso cometido en contra del acuario deja en duda la confianza y la buena fe depositada en las autoridades estatales.
A nombre de todos los veracruzanos rechazo tajantemente la forma en la que se respondió a la resistencia que, fincada en las leyes y el Derecho, estaba oponiendo el Fideicomiso del Acuario para defenderse.
Considero que se debió privilegiar el diálogo y se debieron respetar las garantías de la debida defensa por el bien del acuario, de sus especies marinas, así como del progreso y de la vida misma de nuestra ciudad.
Históricamente, los jarochos hemos sabido levantar la voz para defender las causas justas. En nuestro gobierno, así lo seguiremos haciendo.