El nuevo lenguaje de Cuitláhuac

¿Parte de la modernidad a la que tendremos que irnos acostumbrando, el nuevo lenguaje, desenfadado, que ha adoptado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez?

El sábado, al resaltar las recepciones que se dieron al presidente López Obrador en El Salvador y en Honduras, en su gira por Centroamérica y el Caribe, expresó:

“Aquí dejo parte de las dos recepciones que le hicieron en su gira por Centro América, y conste que no es con la intención de que les dé ‘chorrillo’ a ciertos conservadores y traidores a la patria… pero sí jaja.”

Se refería a dos fragmentos de videos en que los mandatarios de esos países “chocholean” a AMLO, incluso la hondureña Xiomara Castro replicó aquello de “es un honor estar con López Obrador”.

Dijo primero en serio (o eso creo): “Es motivo de orgullo y honor que nuestro presidente de México sea reconocido por otros países, ahora por el mandatario de El Salvador y la presidenta de Honduras”. Luego agregó el párrafo del “chorrillo”.

Cuando vi y leí su texto en sus cuentas de las redes sociales me quedó la impresión de que él no lo escribió, que se lo redactaron y que no tuvo cuidado en revisarlo. Pero si lo subió en sus redes, entonces lo suscribe.

Porque, ingeniero y maestro universitario, debe saber que la Fundación del Español Urgente (Fundación BBVA), que impulsa el buen uso del español en los medios de comunicación, señala que la forma adecuada es Centroamérica o América Central, no Centro América, como él lo puso, ni Centro-América.

Expresa la Fundación: “Tal como lo señala el Diccionario panhispánico de dudas, el término se comporta en este caso como un prefijo”, pero hagamos a un lado estas consideraciones y volvamos a nuestra aldea.

Cuando pasan cosas como esta, me refiero a que un gobernador baje o se rebaje a un lenguaje para mi gusto impropio de su investidura, me pregunto si es que me quedé anticuado y ya no entiendo los tiempos modernos, como en la película de Charles Chaplin, donde un obrero es víctima de la eficiencia de la industrialización y no lo entiende (nunca se cansa uno de verla).

Me queda la impresión de que ese “jaja” sarcástico con el que finaliza su párrafo y ese “chorrillo” para referirse a la diarrea y con el que quiere fustigar a los enemigos de la 4T (“conservadores y traidores a la patria”, o sea, a todos los que no están de acuerdo con AMLO) no son más que una invitación para que Chava Muñoz, maestro del doble lenguaje, de la fina ironía, del lenguaje sarcástico, le agarre la palabra y ahora más que antes use esa manera de expresarse con su persona, lenguaje en el que es todo un especialista, lo use solo en textos o acompañados de memes.

Yo me quedé, ¡ay!, en que un gobernante, de cualquier nivel, debía usar un lenguaje con toda propiedad que lo distinguiera en lo personal y que lo distinguiera también por la forma de comunicarse como funcionario, dado el impacto que debe saber que tienen sus palabras.

Pero esta forma de agredir a quienes no comulgan con la 4T da paso a que en adelante, cuando a él no le salgan bien las cosas o sufra reveses, todos los “conservadores y traidores a la patria”, o sea millones, digan que le va a dar “chorrillo”, “cagalera”, “chorro”, “corre que te alcanza”, “soltura”, “pringapie”, “obradera” (y no por López Obrador), “cagantina”, “chiflido”, “venganza de Moctezuma” (diarrea del viajero), en fin, agregue todos los sinónimos que conozca.

El 10 de febrero de 2020, el presidente López Obrador dijo una expresión que le ha quedado como etiqueta. En Milpa Alta afirmó que gracias a su movimiento se creó una nueva corriente de pensamiento donde el corrupto es mal visto y estigmatizado con la frase: “Fuchi caca”. A partir de entonces le quedó como uno de sus apodos “El Cacas”.

El pueblo que no está de acuerdo con él encontró en su lenguaje una forma de vengarse de él hiriéndolo con ese sobrenombre, que lo usan muchos de sus críticos en los medios y ya no se diga en los memes que circulan en las redes sociales. Hoy en día cuando se dice “El Cacas” no es necesario aclarar a quién se alude, porque todo el mundo lo sabe. Y con ese mote va a pasar a la historia.

Ojalá y no le pasé esto al gobernador, que en adelante sus enemigos, sus críticos, sus malquerientes, lo llamen “El Chorrillo”. Ese es el riesgo de no cuidar lo que se dice y las palabras con las que se dice. Pero, insisto, a lo mejor esto es parte de la modernidad  y yo todavía no me doy cuenta que ya estoy desfasado, como el obrero de la película de Chaplin con la industrialización.

¿A quién le van a quitar agua para dársela a la cervecera?

Con bombo y platillo se anunció recientemente que en la comunidad Vargas, del municipio de Veracruz, se va a instalar la cervecera Constellation Brands, y se han cantado todas las glorias que se esperan, pero…

Pero la sequía que ya golpea a prácticamente todo el estado mueve a preguntarse de dónde se va a sacar el agua suficiente para destinarla a esa bebida espirituosa.

En Mexicali, Baja California, la población rechazó su instalación (ya estaba muy avanzada cuando el presidente ordenó pararla) por la cantidad bárbara de agua que requería. De acuerdo con un estudio de impacto socio-ambiental encargado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) al Colegio de la Frontera Norte (Colef), la cervecera iba a requerir usar 44% de las reservas de agua del municipio bajacaliforniano.

El portal Arena Pública publicó el 20 de diciembre del año pasado una declaración del profesor Alfonso Cortez Lara, investigador titular en el departamento de Estudios Urbanos y Medio Ambiente del Colef, con sede en Mexicali, en la que advertía que la disponibilidad del agua podría ser un problema también para su instalación en Veracruz. Señaló entonces que acuerdos confidenciales entre el gobierno de Baja California y la cervecera apuntaban que la instalación allá necesitaría 20 millones de metros cúbicos de agua al año para operar.

Con la advertencia, nos hizo también el favor de ilustrarnos con ejemplos para darnos una idea del impacto que esa cantidad implica.

Comentó que esa cantidad de líquido equivale, en un medio urbano, al agua necesaria para “abastecer a 200 mil habitantes al año”, o sea, agregó, dos terceras partes de la población estimada (en 2018) del municipio de Xalapa.

En un entorno rural, agrícola, siguió diciendo, el agua que requeriría Constellation Brands podría usarse para las tareas de riego de unas dos mil hectáreas al año, es decir, el equivalente a una tercera parte de la superficie agrícola del municipio de Xalapa (de la que le queda, cifra estimada para 2018).

El reto no es que estos 20 millones de m3 sean mucha o poca agua. De acuerdo con el especialista del Colef, en Veracruz hay “una abundancia relativa. Yo he checado los documentos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y allá toda el agua también está asignada. O sea que a alguien se la van a tener que quitar […]. Hay más agua porque es el sur-sureste de México, pero está totalmente asignada”.

La pregunta es ¿a quién? La laguna de El Farallón, municipio de Actopan, ya se secó. Este año, la laguna de San Julián, municipio de Veracruz, relativamente cerca de donde quedará la cervecera, ya está seca y apenas ha empezado la sequía. El pasado 7 de abril se informó que los niveles del río Jamapa, que surte la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín, bajaron, por lo que anunciaron cortes y tandeo para surtir en colonias. En Xalapa, el sábado el alcalde Ricardo Ahued alertó que debido al estiaje y a la escasez de lluvias las fuentes de agua que abastecen a la capital registraron una captación menor al 30 por ciento, y anunció tandeos.

¿Acaso se previó la escasez de agua que se da en la zona conurbada para instalar la cervecera? ¿A quiénes se va a afectar más ahora? ¿A quiénes se les va a quitar? ¿Cuánto daño, y por cuánto tiempo va a causar? ¿O es que ya resolvieron cómo potabilizar el agua de mar para convertirla en “cuartitos”? ¿Están privilegiando un gran negocio a costa de causar un grave problema a la población? ¿Les “mojaron” las manos, y con cuánto, a quienes dieron el permiso?

El gobernador, en visita técnica a la laguna de San Julián

Este domingo, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez realizó una segunda visita técnica para evaluar el problema de la laguna de San Julián. Estuvo acompañado por personal de la Comisión Nacional del Agua. Será interesante saber saber qué decidirá.

 

Related posts

Grupo Frontera, sería el último gran negocio en la Sectur

Tener una vecina así; en espera de su llegada

Nahle podría pedir licencia como militante de Morena, el 23