Hay realidades que no se pueden evadir, la desaparición de mujeres y la violencia creciente es una de ellas. Una problemática que va acompañada de ganas de gritar en las calles, de tomar el poder que por derecho humano corresponde y entonces como mujeres nos vemos obligadas a estar constantemente entre dos puntos: la necesidad de ser libres y expresarnos sin tapujos, pero sin omitir que el entorno sigue siendo opresor en muchos puntos y violenta.
Ser mujer en nuestros días significa poder ejercer el derecho de hablar, actuar o vestir según se desea, pero también tener consciencia de lo que ello implica, por lo que no se puede ser ajeno a todo lo que nuestro desenvolvimiento puede generar. Tenemos que aprender a respetarnos entre nosotras mismas, sumarnos de manera real a causas conjuntas y sobre todo presentar posturas congruentes con lo que deseamos obtener.
Vivimos en una era en la que necesitamos hacer valer nuestro derecho de salir libres a las calles, e intentar hacerlo seguras, pero sabiendo que en todo momento corremos peligro. El objetivo es lograr el respeto a nuestras garantías individuales, pero mientras tanto es indispensable conocer los riesgos de ejercerlas y aprender a protegernos, ser solidarias e incluso tomar precauciones de cuidado personal.
Actualmente ante los peligros inminentes y considerando la realidad de nuestro país, hay medidas que debemos considerar y compartirlas con otras personas para procurar cuidar de quienes más queremos. Comencemos por tratar de estar siempre alertas cuando estemos en entornos desconocidos o con personas que recién conocemos. Si se trata de salir de fiesta procura hacerlo con compañía de tu confianza. Si puedes evitar tener que trasladarte sola hazlo. Si no, avisa en todo momento cuál es tu ubicación.
Al tomar un taxi o cualquier transporte de aplicación siéntate justo atrás del asiento del conductor, avisa de manera directa todos los datos posibles de la unidad que te transporta. Si es posible, también envía fotos de cómo vas vestida ese día a tus contactos más cercanos. Procura que en todo momento siempre alguien de tu confianza sepa con quién y en dónde estás ubicada. Además, hay múltiples formas de utilizar la tecnología a tu favor, por ejemplo, iPhone tiene un sistema de alerta que con apretar algunas teclas manda de inmediato tu ubicación y una alarma de peligro a tus contactos más cercanos.
Aunado a lo anterior es fundamental mantenernos informadas e informados, pero no solo mediante la agenda de los medios de comunicación, también es necesario conocer investigaciones verídicas, analizar el contenido que estamos consumiendo, a qué le estamos dando valor como sociedad. No es casualidad que en una era donde la música y producciones masivas cosifican a la mujer, los hombres se sientan con el derecho de poseerlas como si de un objeto se tratara. ¿Qué estamos enseñando a las futuras generaciones? Los valores que inculcamos desde temprana edad serán la base de la sociedad que tendremos el día de mañana.
¿Qué estamos haciendo por transformar nuestra realidad? Además de exigir el trabajo de las autoridades, también es necesario sumarnos como sociedad a la construcción de nuestro entorno, ayudemos al empoderamiento de más mujeres, construyamos nuevas masculinidades, difundamos más información respecto a igualdad y equidad, creemos nuevas oportunidades para que aquellas que aún no se sienten valiosas descubran todos sus talentos. Sumemos esfuerzos y dejemos de vernos como competencia.
Si añoramos respeto y libertad, comencemos desde casa, brindando esos mismos valores a nuestras mujeres y personas más cercanas, quizás los cambios puedan parecer pequeños e insignificantes ante el crecimiento de estadísticas desgarradoras, pero para quien los recibe verdaderamente se marca una diferencia.