“A los hombres de carácter les gusta oír hablar de sus faltas; a los otros, no.” – Aristóteles.
No cabe la menor duda, de que el senador Julen Rementería del Puerto es uno de los principales activos del Partido Acción Nacional (PAN) para la próxima contienda electoral del 2024.
Como líder de la fracción parlamentaria en la Cámara Alta, el senador veracruzano se ha ganado su derecho a contender por la candidatura al Gobierno del Estado.
Dueño de una importante carrera política, la cual recordamos inició en el puerto de Veracruz como regidor de la comuna que encabezó el propio Ramón Gutiérrez de Velazco, el empresario de origen español, encontró un nicho de oportunidad, que afirman algunos lo sacó de la inminente bancarrota en que se encontraban su empresa El Importador.
Así mostrando grandes dotes para hacer política, Julen Rementería confirmó esa máxima del ser humano que asegura que algunos están llamados a toparse con su destino de frente y simplemente aprovechar la oportunidad –pues hay quienes por más que las tienen enfrente, nunca las aprovechan-.
Solo que ahora, nuevamente vuelve al ojo del huracán tras una serie de errores que como todo político pueden tener, pero intentan recomponer, evitando en todo momento volver a equivocarse.
Y al parecer esa no es una de las virtudes del senador panista pues no acaba de terminar de recordarse su garrafal error al firmar con el líder de Vox –partido extremista- en España una carta de buenas voluntades en las que se le identificó con lo más recalcitrante de la ultraderecha, esa que en su momento defendiera Franco o incluso el mismo Hitler.
Pero regresando al Veracruz actual, a Julen Rementería le sigue como sombra maldita su entonces cercana voluntad por aparentar ser una oposición a modo, en tiempos del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, en donde aprendió que el show de la política está en saber ser la aparente oposición, pues al amparo de la misma, es cuando mejores negocios le atribuyen obtuvo.
Concesiones para explotar parquímetros en la ciudad de Veracruz y otras ciudades del país, empresas de todo tipo y ramo, que al paso por su encargo en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) afirman habría logrado.
Pero en eso no estriba el error, sino en esta aparente intención por distanciarse de su proceder recurrente, y aparentar figurar como verdadero crítico del Gobierno Federal y Estatal, a conveniencia.
El más reciente de estos diferendos –a los que parece ser asiduo- se da con el revire que le ha puesto el coordinador parlamentario de Morena en la Sexagésima Sexta Legislatura Local, en donde el diputado local le recuerda que una vez más se le caen sus mentiras, como sus “casas de lego”; así de fácil se les desarman, por pretender denostar a base de engaños que ya nadie le cree, ni sus propios correligionarios blanquiazules, afirmó el propio Juan Javier Gómez Cazarín.
El oriundo de Hueyapan de Ocampo, aseguró que el panista intenta engañar al pueblo acusando que Veracruz ocupa el segundo lugar a nivel nacional en secuestros, cuando las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad reconocen que, en estos tres años de transformación, este delito cayó 82.5 por ciento.
El asunto se pone intenso cuando el morenista señala que “la realidad le estalla en el rostro al panista, porque a diferencia del ex fiscal Winckler, en la actual Fiscalía sí se persigue a los delincuentes; a las bandas de secuestradores ya no se les brinda impunidad total, como en el pasado.”
¿Será cierto?
Gómez Cazarín afirma: “En el primer año del ex fiscal, la tasa de secuestros se disparó en 30.30 por ciento al pasar de 132 casos a 172; para mediados de 2019, dejó a Veracruz con 298 incidentes, lo que representó una escalada de 70.29 por ciento”, dijo el tribuno local.
Y remata afirmando: “¡Más claro, ni el agua! Aquí hubo complicidades y amplia protección desde la Fiscalía de Winckler hacia las bandas delictivas, y estadísticamente se comprueba que con su destitución y el nombramiento de la actual fiscal Verónica Hernández Giadáns las cosas cambiaron, porque hubo voluntad y compromiso para reconstruir la paz y la tranquilidad de las y los veracruzanos”, expresó Gómez Cazarín.
Dentro de los datos aportados por el legislador morenista señalo que “entre 2018 y 2021, puntualizó, Veracruz contuvo en 82.55 por ciento el delito de secuestro; no se echan las campanas al vuelo, se sigue trabajando para que no haya ni un solo secuestro y para sancionar con el rigor de la ley a quienes incurran en este delito.”
Lamentó, una vez más, que el senador panista recurra a esta campaña de desinformación, que le estalla en la cara con las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad, recalcó Gómez Cazarin.
“En lugar de andar armando casitas de lego, le recomiendo que a los veracruzanos nos hable con la verdad, porque sus mentiras ya nadie se las cree. Debería ponerse a trabajar desde el Senado y no andar armando shows mediáticos, y de una vez que vaya echando sus barbas a remojar, porque los actos de corrupción cometidos durante el yunismo siguen salpicándolos; la verdad seguirá saliendo a la vista y muchos enfrentarán juicios penales, remarcó.
Por último, cuestionó: ¿A caso usted senador tuvo alguna participación en los convenios lesivos que durante el yunismo se impusieron a autoridades municipales con la empresa NL Technologies, para la operación de alumbrados públicos, al igual que en los contratos directos otorgados por la SIOP a los “amigos” y “compadres” durante su paso por la dependencia?
De ser ciertas las afirmaciones del presidente de la Jucopo en el Congreso Local, el estigma del senador panista seguirá colocándose en esa delgada línea en la que se juega hacer oposición, para simplemente lograr beneficios de carácter personal.
Y vamos, entendemos que de algo vive la gente, pero aparentar ser lo que se dice ser y no serlo, sí que es un asunto que confirma que, en política, algunos hacen lo que sea para conseguir la chuleta.
Al tiempo.
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