- Cumplir la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador
- Tenía que ser inaugurado el 21 de marzo, aunque no terminado
- Son muchos los “detalles” que faltan por resolver
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Algo que no se ha dicho ni destacado, de la inauguración este lunes del aeropuerto Felipe Ángeles, es que con ese hecho se estaría cumpliendo con una promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que el 21 de marzo se inauguraría y pondría en operación la nueva terminal aérea.
Aunque una cosa es que sea inaugurado, no significa que esté terminado.
Lo que realmente importa y hay que destacar es que el presidente de la república dijo que el 21 de marzo se inauguraría y así ocurrió.
Fueron muchos los que predijeron que no era posible realizar la obra para esa fecha, pero ahí está, el nuevo aeropuerto de Santa Lucía general Felipe Angeles.
Aunque también hay muchos asegunes.
Como el hecho de que los 1500 invitados especiales a la inauguración del nuevo aeropuerto, tuvieron que se transportados en un avión de la fuerza aérea, para no tener que hacer por tierra el tardado recorrido.
Como nosotros no somos de los 1500 invitados especiales, no pudimos asistir a la inauguración, pero hay muchos testimonios de cómo fue la inauguración.
Uno de los “detalles” que faltan por resolver es por ejemplo que no había agua en los baños. Cuando haya, quién sabe a dónde se va a ir, porque las redes sanitarias y la planta de tratamiento se terminarán en julio. Pero eso no es importante.
No hay un solo árbol. Pero eso no es importante.
Uber está prohibido y se acabaron los taxis. Puedes llegar de la ciudad de México, pero a ver cómo te regresas. Pero eso no es importante.
Las tiendas son unas mesas de lonchería y letrero de lona, en las que te venden lo mismo donas que departamentos en Miami. Una señora instaló una mesa para vender cuarzos y leer el Tarot. Pero eso no es importante.
En el piso, vendedores ambulantes ofrecían mercancía promocional de la 4T: tazas de Morena y camisetas con la foto de AMLO. Pero eso no es importante.
A unos metros, adentro de la terminal, una manifestación que insulta a la prensa. Pero eso no es importante.
No hay restaurantes. Dejaron pasar de emergencia a una señora que vendía tlayudas. Ojalá le pongan un local porque se antojan más que la comida de aeropuerto. Pero eso no es importante.
Los techos mostraban aún tuberías y cables, faltaban paredes y los enchufes tenían “falsos”. La sala de espera VIP es una mesa con un mantel. Pero eso no es importante.
Un día antes, se cayó la asta de un pendón con la bandera. Dos días antes se reveló un documento en el que el Ejército pedía posponer la inauguración porque no estaban listas la pista central ni la aduana. Pero eso no es importante.
El hotel va a estar listo en julio. El presidente piensa que el aeropuerto está al 100%. El Ejército dice que para estar al 100% faltan 30 años. Pero eso no es importante.
La estatua del general Felipe Ángeles costó 22 millones de pesos. Pero eso no es importante.
En la construcción del aeropuerto contrataron empresas fantasma y arrendadoras de juegos infantiles disfrazadas de proveedoras de materiales. Pero eso no es importante.
Es el único aeropuerto internacional que no tiene vuelos internacionales. Bueno, sí, un vuelo cada 15 días a Venezuela en la aerolínea de la dictadura de Maduro. No puede recibir vuelos de Estados Unidos porque no tiene la categoría de aviación. Pero eso no es importante.
No hay dictamen de seguridad estructural de la torre de control. Costó 53% más de lo planeado. Pero eso no es importante.
Lo único que importa es que se cumpla la promesa del presidente de que se inauguraría el 21 de marzo.
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