“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse así mismo.” – León Tolstoi.
A horas de que el presidente Andrés Manuel López Obrador pise nuevamente tierras veracruzanas, la desesperación de un político en desgracia, lo evidencian y lo mantienen fuera de control.
Una campaña negra en contra de importante compañero del gabinete, lo terminó de evidenciar, para con ello, contar con la que quizá sea la última prueba necesaria para su cercano relevo.
Así empleando la máxima propagandista del nada célebre Joseph Gobbels, el sujeto, sin recato alguno emprende la campaña difamatoria en contra de todo aquel que a su apreciación le robe reflectores.
Quizá los últimos de su penosa carrera por la administración estatal, la cual se ha documentado y presta está a ser ventilada como una maraña de corrupción e irregularidades.
Y porque no, “miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá” como afirmaba el propagandista nazi, es su retahíla mental.
Pero lo que el obtuso funcionario no terminó de comprender, es que la política, fue diseñada y creada para que mentes brillantes la desarrollen, con afán constructivo, no destructivo.
Hacer política no significa pelear con el oponente, o rivalizar mezquinamente, es comprender que servir es la base y secreto de su función.
Consecuentemente, el político de carrera o de oficio, sabe que, en el ejercicio mismo de la profesión, se debe intentar salvar los antagonismos con el diálogo, la negociación, el acuerdo y sobre todo la prudencia.
Algo que no conoce, ni conoció. A lo más la confundió con Prudencia, pero Grifell, la afamada actriz del Cine de Oro nacional, de la cual seguramente, escuchó alguna vez, si es que tuvo un poco de cultura –cosa que sinceramente dudamos-.
Mientras tanto, la visita presidencial a Minatitlán servirá de marco para pasar revista a los nuevos encargados del presidente en el tema que primordialmente le interesa, salvar Veracruz de la catástrofe producida por el oscuro personaje.
A quien directamente se le atribuye la impopularidad del Gobierno Estatal, fortaleciendo nuevamente el proyecto transformador de la 4T y apalancando el proyecto de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, quien ya simplemente cepillo de su círculo cercano de aliados –por instrucciones directas del mismo C. Presidente López Obrador-.
De igual modo, se sabe que el presidente AMLO, vendrá a Veracruz a celebrar la Expropiación Petrolera con el afán de palomear la llegada al Gabinete Cuitláhuista del alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, a quien le encomendaron ya una misión y tarea especial en favor de la misma Nahle García.
Bien dice el refrán popular que “los matanceros de hoy, serán las reses del mañana” y pareciera que esa suerte se cumplirá con el osco y tocho funcionario, pues se asegura que la salida de Cruz Malpica del Congreso Local obedeció en su momento, a la consigna y guerra desmedida que le profirió el mismo funcionario, que hoy, sabe que sus días en el gabinete estatal están contados.
Al tiempo.
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