El sábado pasado, el dirigente estatal del PRD, Sergio Cadena Martínez, recordó y destacó ante representativos perredistas integrantes del Consejo Estatal que el suyo ha sido un partido atacado desde el poder público, “casi a nivel del revanchismo político”.
Fue contundente: “El PRD ha sido una fuerza política agraviada por el abuso de autoridad desde el gobierno y la manipulación que existe de la Fiscalía General del Estado y de los jueces del poder judicial de Veracruz”.
Citó, como ejemplos, los casos de Rogelio Franco Castán, Gregorio Gómez Martínez y Norma Azucena Rodríguez Zamora, “detenidos de forma irregular, en algunos casos acusados por ultrajes a la autoridad, violando la presunción de inocencia y encarcelados sin sentencia alguna, como sucede con miles de veracruzanos que hoy están presos, en absoluta violación de sus derechos”.
Recordó que en diciembre pasado el PRD veracruzano solicitó en el Congreso Nacional de su partido apoyo a un resolutivo especial para lograr que se derogue la ley de ultrajes a la autoridad, por considerarla inconstitucional, así como para exigir la libertad de Rogelio, Gregorio y Azucena, lo que se aprobó de manera unánime.
Puso el dedo en la llaga, una llaga en el aparato oficial que no hacen por curar y sanar y que, al contrario, ya hasta supura y huele mal y cuyo hedor ha llegado hasta los medios nacionales y extranjeros, hasta el Palacio Nacional y ¡la Casa Blanca!, y contamina las conferencias mañaneras del presidente López Obrador (ahora desde el mismo palacio de gobierno defienden a policías ladrones, pero no hay una sola palabra en defensa de los veracruzanos víctimas de los agravios y ultrajes).
Interesante la actitud de Cadena Martínez. Ha dado muestras de madurez, de tener oficio político, de entender que la política es diálogo, negociación, entendimiento, encuentro con el otro que piensa y actúa diferente, pero sin claudicar en sus principios, en sus valores, en lo que se cree.
Porque el 12 de noviembre del año pasado, al coincidir con el secretario de Gobierno Eric Cisneros en la inauguración del estadio de futbol de la comunidad Tetelcingo del municipio de Coscomatepec, que presidía el alcalde perredista Serafín González Saavedra, por el solo hecho de que lo saludó con respeto hubo quienes interpretaron que había claudicado y se había “vendido” al gobierno.
El sábado, en un acto caracterizado por la austeridad (intentan ahogarlo por su actitud independiente no solo con el recorte a la mitad de sus prerrogativas sino imponiéndole desde el OPLE todas las multas que le pueden inventar), que se celebró en el mismo edificio de la sede estatal, el dirigente oriundo de Catemaco mantuvo su actitud crítica.
Echado para adelante, dijo que los agravios en las elecciones, los actos de violencia política contra varios de sus compañeros y las presiones políticas “son temas que enfrentamos como oposición partidista y que sin duda vamos a resolver”.
Recordó que en las pasadas elecciones, no obstante los actos de intimidación y violencia en contra de la oposición, el PRD ganó 17 presidencias municipales y 50 regidurías así como una diputación federal y dos locales, todas plurinominales. “No fue el mejor resultado pero logramos mantenernos de pie y con la frente en alto”. Destacó que no obstante las condiciones complejas, en algunos casos su partido aumentó su votación.
Recordó que en 2018, en la elección de diputados locales, obtuvieron 164 mil 941 votos y en 2021 la cifra ascendió a 214 mil sufragios. “En el caso de las elecciones de presidentes municipales obtuvimos 246 mil 446 votos, una cifra creciente si se considera la caída de los aliados como es el caso del PAN que tuvo una pérdida de más de 500 mil votos y del PRI que perdió 300 mil votos”. Apuntó que lo más irónico fue el descenso de la votación de Morena y sus aliados, que de 2018 a 2021 perdieron más de 600 mil sufragios, “lo que es un indicador del distanciamiento de un electorado inconforme con la fuerza política que hoy gobierna Veracruz”.
Manifestó que de ninguna forma en su partido hay regocijo alguno por los fracasos del gobierno, pero que tampoco van a ser omisos con los responsables de la descomposición económica, política y social que enfrenta el estado, y destacó que 2022 ha iniciado como un año explosivo para Veracruz.
Resumió el escenario que se vive: “La inseguridad sigue, aumenta el costo de la vida, persisten el desempleo y los bajos salarios, la salud está en riesgo, los servicios públicos son caros y malos, las carreteras siguen en mal estado, aumenta el rezago educativo y lo que vemos es el aumento de la pobreza y la migración de paisanos que mandan remesas a todas partes de la entidad veracruzana”. Aseguró que se vive un grave retroceso histórico en el estado de lo que habla “la peor cuesta de enero de los últimos 20 años”.
Ahí está, pues, en forma alentadora, el PRD como la oposición que debe ser, prácticamente una isla en el mar de complicidad y entreguismo en que ha caído buena parte de la oposición, un ejemplo de contrapeso político, necesario ante el abuso de poder que vive y padece el pueblo de Veracruz.
Un mes después, Anilú responde a Cuitláhuac con reforma
Pues no. La coordinadora de la diputación del PRI en el Congreso local Anilú Ingram Vallines no dejó pasar el señalamiento que le hizo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez el 18 de diciembre pasado de que busca “reflectores”, luego de que ella presentó ante la Fiscalía una denuncia contra el secretario de Salud Roberto Ramos Alor por violencia política de género.
Al comparecer el funcionario para glosar el Tercer Informe de Gobierno, le molestó que lo cuestionara la legisladora, ante lo que le respondió que los ciudadanos estaban hartos de diputados locales “que no caminan y no los representan”, en clara alusión a que ella llegó al Congreso como plurinominal. Además la señaló de “ser totalmente palacio… y antes muerta que sencilla”, se advirtió que ardido porque ella viste con muy buen gusto (y porque es inteligente, no sumisa, guapa, bonita –fue reina del Carnaval de Veracruz– y simpática) (pués que hubiera dicho si hubiera visto a y lo hubiera cuestionado Cinthya Lobato, quien ha vestido siempre en forma muy elegante hasta deslumbrante).
Como reacción a la denuncia, el gobernador, en lugar de zanjar el problema ofreciéndole una disculpa y diciéndole que había malinterpretado a su colaborador, respondió declarando que ella requería “muchos reflectores”.
Ayer Anilú introdujo la presentación de una iniciativa de reforma sobre paridad de género con una indirecta, pero con una sonrisa de oreja a oreja (ella no se enoja, no le ganan las vísceras) y con un argumento incuestionable: “De antemano les puedo decir, y para tranquilidad de quienes me acusan de solo querer reflectores, esta reforma abona, por ejemplo, a que hay una mujer presidenta en la mesa directiva (Cecilia Guevara), quien es justamente integrante del grupo de la mayoría, es decir, esta reforma es para contar con un grupo igualitario”.
Por eso les ganó el brinco a los diputados de Morena y retomó una reforma que ya se había aprobado en la pasada Legislatura dentro de la fallida Reforma Electoral, que se cayó cuando la invalidó la Suprema Corte de Justicia de la Nación: la reforma respecto de la paridad y la violencia política en razón de género
Recordó que estando en San Lázaro le tocó votar el contexto jurídico que contiene mecanismos y procedimientos a seguir para prevenir, erradicar y sancionar la violencia política contra las mujeres por razón de género en todas sus formas y modalidades, “con la finalidad de contar con un conjunto de herramientas que erradicaran o por lo menos disminuyeran este tipo de violencia de género. Desgraciadamente los hechos nos revelan que no hubo tal disminución”.
Argumentó que resulta imperativo que la Legislatura del Estado lleve a cabo el proceso de armonización legislativa en el Código Electoral de Veracruz, y les dejó la víbora chillando, perdón, la iniciativa. ¿La congelarán ahora porque les ganó el tema?
Y el PAN y MC les ganan otro brinco
Y mientras en el palacio de gobierno deshojan la margarita ante la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que deroguen la ley de ultrajes a la autoridad, ayer la diputación local del PAN en el Congreso local presentó una iniciativa para lograr tal propósito.
Lo interesante fue que a los diputados panistas Verónica Pulido Herrera, Jaime Enrique de la Garza Martínez, Miguel David Hermida Copado, Enrique Cambranis Torres y Nora Jessica Lagunes Jáuregui se sumaron Ruth Callejas Roldán y Maribel Ramírez Topete de Movimiento Ciudadano.
No se debe olvidar que desde la pasada Legislatura las bancadas del PAN, PRI, PRD y MC presentaron una acción de inconstitucionalidad para echar abajo la llamada “ley garrote”.