2022 se nos presenta como un año que no pinta en absoluto para ser sencillo.
En lo económico, a las tendencias internacionales en materia de inflación y escasez que han impactado en nuestro país, se añade el impacto global de la persistencia de la pandemia del Covid, ahora con la variable Omicron, una cepa súper contagiosa que tiende a llevar los sistemas de salud al límite, además desde luego de la circunstancia local, las disputas políticas, las decisiones sin el debido sustento económico, y las eventualidades que nunca faltan; todo ello nos anticipa un panorama nublado en las perspectivas para este año.
El aumento de la inflación, que en los últimos meses de 2021 alcanzó niveles que no se veían desde hace 20 años, y un menor crecimiento de la economía son el panorama que se puede anticipar para 2022. Se espera, por ejemplo, que baje la inflación a un 3 por ciento en promedio, aunque este objetivo será difícil de cumplir si se mantienen algunos problemas globales que afectaron a la economía mundial en 2021, como las extremas alzas en los costos en las cadenas de suministros, o la subida en las tasas de interés que, de darse este año, harán aún más compleja la reactivación económica.
En cuanto a la pandemia, en nuestro país se apuesta por la inmunización que brindan las vacunas, y medidas como un nuevo cierre de comercios no están en el horizonte del gobierno. No obstante, la vacunación, por sí sola, no garantiza que un rebrote de dimensiones alarmantes no pueda presentarse. Y de darse se debe cerrar la economía otra vez con el consiguiente desastre que implica en las expectativas de empleo e ingreso. Sería la peor de las circunstancias que estaría frente a nosotros.
En materia de salud, la pandemia por Covid 19 entra ya a su tercer año de estar entre nosotros y ahora con la variante Ómicron es una amenaza para todos. Los contagios se han disparado a niveles nunca vistos en lo que va de estos dos años de pandemia, cuando hay ya registros que superan los 30 mil casos en un día en nuestro país. De acuerdo a datos oficiales los contagios van fuertemente al alza en plena temporada invernal cuando las gripes, resfriados y males respiratorios son lo común, pero que ahora con la explosión causada por la nueva variante del Coronavirus han llevado las cosas al grado de que ante cualquier síntoma se debe aislar la persona y dar por sentado que tiene Covid. Nueve de cada diez pruebas que se realizan a personas que sospechan estar contagiadas resultan positivas al virus. Así de fuerte esta esto. Ya el presidente López Obrador informó este lunes que volvió a dar positivo al Covid. Lo que nos demanda que sigamos al extremo los cuidados sanitarios y los protocolos de salud.
En materia de seguridad este 2022 arrancó como no se había visto en años recientes. La cifra de homicidios dolosos ocurridos en lo que va de enero, apenas diez días, asciende a más de 650, de acuerdo con datos del propio gobierno federal, lo que es alarmante, aun y cuando se trata del inicio de año con menos delitos de este tipo en el tiempo que ha gobernado Andrés Manuel López Obrador. Mención especial merece el desafío lanzado por el crimen organizado que lo mismo en los estados de Zacatecas, Morelos o Veracruz han dejado decenas de cuerpos de personas ejecutadas con diversos mensajes a las autoridades.
Estos hechos violentos ponen a los gobiernos contra las cuerdas y les deben recordar que la lucha contra el crimen organizado no debe admitir tregua y que la batalla tiene varios frentes y no se circunscribe a los operativos de inteligencia, las mesas de seguridad o la intervención de los cuerpos policiacos o militares. Tiene que ver de manera muy destacada con la estricta y genuina aplicación de la ley y la procuración efectiva de justicia -sin criterios selectivos ni usos facciosos de la ley -, lo mismo que con el impulso a las tareas de profesionalización y depuración de los elementos de las estructuras policiales. Y sobre debe recordarles que cualquier estrategia de combate a la delincuencia que busque el éxito debe partir de un hecho simple y fundamental: que se castigue al que delinque, que pague a la sociedad todo aquel que quebrante la ley. No puede ni debe haber tolerancia y llámense como se llamen los infractores deben ser sancionados, porque la impunidad prohíja más y más graves delitos.
Pero este 2022 llega para el gobierno de Veracruz con un enorme reto en lo político luego del enfrentamiento entre el senador Ricardo Monreal y el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García. Choque que ha puesto al descubierto y ha visibilizado una serie de abusos de autoridad en nuestro estado y los conflictos al interior del partido del presidente, donde Veracruz se ubica como el terreno donde se manifiestan ya las ambiciones por la sucesión presidencial.
Como sabemos el gobernador Cuitláhuac García se convirtió en el blanco de críticas y campañas por parte de Ricardo Monreal, líder del Senado, y de Dante Delgado, presidente de Movimiento Ciudadano y exgobernador de Veracruz, a raíz del encarcelamiento de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política en el Senado y cercano colaborador de Monreal, como revancha, según todas las interpretaciones, por las denuncias y la campaña iniciada por Monreal para lograr la liberación de unos jóvenes encarcelados en la entidad por presuntos ultrajes a la autoridad, y que a la postre resultó un burdo montaje y un caso de abuso de autoridad para detener a esos jóvenes y mantenerlos en prisión violando la presunción de inocencia y sus derechos humanos.
Esta detención generó una crisis política en Veracruz, que ha escalado a los más altos niveles de la esfera nacional, donde en el centro del debate están las acusaciones de abuso de poder derivadas de las reformas al Código Penal de la entidad para aumentar la penalidad del delito de “ultrajes a la autoridad”, y que de acuerdo a diversos analistas forman parte de una ofensiva para amedrentar y acallar a los opositores al gobierno veracruzano.
Sobre este tema, y concretamente en el caso de los jóvenes que defendía Monreal, ya la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación al gobierno de Veracruz, mientras que en el Senado se habrá de instalar una Comisión para investigar todos estos hechos y, en su caso, avanzar –como se ha dicho- hacia una eventual desaparición de poderes en Veracruz, lo que implicaría la salida de Cuitláhuac García del gobierno estatal. Situación que se ve improbable dado el respaldo que el presidente López Obrador le ha manifestado siempre y aún en este momento complicado para el gobernante veracruzano. Pero en política nada está escrito y todo puede suceder.
Desde luego que el mandatario veracruzano ha acusado de ilegal y golpista este intento y Ricardo Monreal ha sido enfático y muy hábil al plantear que el estilo de gobernar de Cuitláhuac García sería la antítesis de un gobierno morenista. Este es un tema altamente complejo para quienes gobiernan y que pondrá a prueba su capacidad de reacción. La prudencia, humildad e inteligencia en lugar de la soberbia y el desdén sería lo recomendable. Ya iremos viendo en que acaba este diferendo.
2022 se anuncia, pues, como un año en extremo complejo que precisa de todos nosotros responsabilidad, pero sobre todo de quienes gobiernan. Porque antes que las disputas políticas está el interés general y su obligación de brindar a la población las condiciones de seguridad, de protección y las garantías para que la inversión fluya y con ella los empleos y mejores ingresos.
La compleja circunstancia demanda altura de miras, porque antes que las disputas por la sucesión presidencial, la famosa consulta para revocación del mandato, o antes que echarse culpas entre los grupos en disputa, o de endosarle al pasado todos nuestros males recientes o regodearse con los problemas que enfrenta el gobierno federal o el de Veracruz, deben tener en claro todos los actores políticos que a nadie sirve un país fracturado y hundido en sus problemas.
Así que hagamos votos porque este 2022 los políticos sepan estar a la altura y que nosotros lo estemos también, particularmente en cuanto a lo que debemos hacer para librar la batalla contra el Covid que precisa de una gran responsabilidad de la sociedad.