El saqueo que dejan alcaldes, funcionarios y empleados de las oficinas de gobierno que ocuparon, es vergonzoso. Muestra a verdaderos delincuentes, que no sólo se llevan las tasas de los baños sino hasta las escobas, macetas. Una rapiña digna de zopilotes, cuervos. Debemos pensar, nunca es tarde, de en manos de quienes estamos. Son ladrones viles. No conformes de vaciar las arcas del erario durante todo su período, necesitan más. Miserables. Lo más triste es que todos los partidos, lo han acostumbrado. Es la partidocracia corrupta y voraz. La ley debiera llamarles al orden y auditarlos antes que se vayan. Uno que hay que pasar a la báscula – antes que se dirija administrar sus hoteles- es a Hipólito Rodríguez el ex alcalde de Xalapa. Escurridizo y sin pena ni gloria salió del Ayuntamiento, si recibir ninguna muestra de afecto. No dio nada y se llevó mucho. Los veracruzanos debemos reflexionar al respecto. Vienen elecciones. Compartir