Mientras se pasean y juegan les propinan serios reveses

El domingo el secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos pegó en su muro de Facebook siete fotografías donde se le ve con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez recorriendo Tlacotalpan “de un modo muy singular: en bicicleta”. Presumió: “Nos dimos tiempo para visitar a los amigos, con quienes disfrutamos de una competida partida de billar”.

En efecto, ajenos a la realidad de Veracruz, en las imágenes se les ve montados en biciclos recorriendo plácidamente calles de la Perla del Papaloapan así como jugando en una mesa de billar. Como si no hubiera problemas qué resolver y para ellos pendientes de resolución, disfrutaban a plenitud una tarde de domingo. Como dijera el señor Rubén Pabello Acosta, quien fue dueño y director del Diario de Xalapa, ¡qué chulo veraneando!

Confiados, sintiéndose dueños de la situación en el estado, no se enteraron que en forma inesperada y sorpresiva había regresado al penal de Pacho Viejo el senador Ricardo Monreal para responder al señalamiento que le hizo el gobernador de que protege a delincuentes, para denunciar que hay más personas encarceladas injustamente víctimas de la “ley garrote” y para anunciar que había exhortado al Congreso local a derogar ese ordenamiento represivo, así como para pedir la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Horas antes, gracias a su intervención, un juez federal había otorgado amparo a seis jóvenes acusados del delito de ultrajes a la autoridad, y el legislador había exhibido que un video desmentía que hubieran cometido los ilícitos de los que se les acusa. No obstante, la juez de control al servicio del gobierno del estado había cometido la chicanada de irse de vacaciones para no cumplir la resolución del juez federal, por lo que los había dejado presos, hasta que seguramente reflexionó o alguien le hizo ver el broncón en el que se estaba metiendo y finalmente tuvo que regresar para dejarlos en libertad, aunque bajo fianza. Pero fue un palo legal tanto para la Fiscalía General del Estado como para el Poder Judicial y un fuerte golpe político para el gobierno mismo.

Cabe suponer que confiadísimos en que habían operado ya la elección interna del PAN para que la ganara el actual presidente Joaquín Guzmán Avilés, continuaban su recorrido en bicicleta y su juego de billar con los cuates. A pesar de que desde temprano desataron una campaña mediática festinando el triunfo de Joaquín, por la noche el conteo preliminar de actas daba el triunfo a Federico Salomón (Tito Delfín).

Mientras que en la mesa de juego de Tlacotalpan resonaba el choque de las frías y duras bolas de billar, en Pacho Viejo resonaba una dura catilinaria que el senador Monreal dedicaba al gobernador y a todo su gobierno, a los que ponía parejos.

Y entretanto el uno y el dos, el Ejecutivo y el operador político (se supone) del gobierno cuitlahuista, disfrutaban de lo lindo de la agradable tarde tlacotalpeña, casi a orillas del río Papaloapan, cabe suponer que Ricardo Monreal amacizaba la legalidad del triunfo de la planilla panista de Patricia Lobeira de Yunes, a quien al día siguiente, o sea ayer lunes, la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación confirmaría como la nueva presidenta municipal del puerto de Veracruz, además de que el zacatecano influía para que se revocara el cese del presidente del Consejo Municipal Electoral del OPLEV en el puerto jarocho.

Quiero suponer que Monreal no solo regresó a Pacho para filmar otro video cuando ya había logrado su primer objetivo, la libertad de los jóvenes, quiero suponer que para que vieran su fuerza política, para demostrarles de lo que es capaz, se reunió con los magistrados de la Sala Regional, con quienes mantiene buenas relaciones, para asegurarse que actuaran apegados a derecho, exhibieran el entreguismo del Tribunal Electoral de Veracruz (TEV), devolvieran el triunfo a Paty Lobeira y repusieran al funcionario municipal del OPLEV. Porque, además, ha de saberse que Monreal mantiene también muy buenas relaciones con el señor Miguel Ángel Yunes Linares, con quien no ha faltado que algunos supongan que se vino a reunir.

¿Acaso porque Monreal sabía el palo legal, ¡oootrooo más!, que venía contra el cuitlahuismo es que le recomendó el sábado al gobernador que se haga “aconsejar de buenas abogadas y abogados que aquí en Veracruz sobran”?

Todo en solo unas cuantas horas de diferencia, mientras el operador político se llevaba a pasear al gobernador a su región, por cierto, casi la única que visitan los fines de semana como si a esa porción se redujera Veracruz.

Actores políticos-electorales, que saben cómo se manejan estos temas en los tribunales electorales federales, que conocen los argumentos de las partes, me dijeron anoche que muy difícilmente el morenismo logrará que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación revoque la determinación de la Sala Regional, esto es, dieron por hecho el triunfo definitivo de la joven señora Lobeira de Yunes como nueva alcaldesa del puerto de Veracruz, la joya de la corona para el PAN y para el grupo de los Yunes Linares-Márquez. “Con eso y con el triunfo de la dirigencia estatal del PAN, del grupo al que pertenecen, los Yunes están de vuelta y quedan reactivados”, me opinó uno de ellos.

Por si eso no bastara, ayer circuló profusamente en las redes sociales el oficio que Monreal envió a la presidenta de la Mesa Directiva de la Legislatura local, Cecilia Guevara, solicitándole que promueva la derogación del tipo penal del delito de ultrajes a la autoridad, “toda vez que su existencia ha dado lugar a eventos en los que se acusa de manera arbitraria a personas, privándolas de su libertad”.

Si se reconfirma todo, será una amarga Navidad para el cuitlahuismo y un muy mal fin de año para los guindas del palacio de gobierno. No se duda que en Palacio Nacional han estado tomando nota de lo que está sucediendo y que puedan ordenar ajustes para principios de 2022.

Sobre la elección interna del PAN, si al final las actas dieran el triunfo a Joaquín Guzmán Avilés, ¿entonces no impugnaría el proceso como anunció que lo haría por el cambio de Federico Salomón por Tito Delfín, pero si confirman su derrota, entonces sí?, o sea, ¿si gano entonces el proceso es válido, pero si no, no?

Lector, felizmente el neumólogo Xicoténcatl García Jiménez me dio de alta ayer como paciente suyo por la fibrosis pulmonar secuela que me dejó el Covid-19. Me comentó que no todos quienes nos hemos contagiado hemos logrado que nuestros pulmones queden limpios y totalmente restablecidos. Me felicitó por haberlo logrado y yo le reconocí su profesionalismo y le agradecí todo lo que hizo por mí.

Mañana haré la última entrega de “Prosa aprisa” de este año.

 

 

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