Dice el refrán que si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría! (los jóvenes lectores –lo digo porque luego me preguntan el significado de algún concepto– deben saber que el Diccionario de la lengua española define la tiña como: Cada una de las enfermedades producidas por diversos parásitos en la piel del cráneo, y de las cuales unas consisten en costras y ulceraciones, y otras ocasionan solo la caída del cabello.
El 2 de diciembre una encuesta del diario Reforma sorprendió al mundo político de México al colocar al joven Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, de Movimiento Ciudadano (MC) prácticamente en empate técnico con los dos candidatos presidenciales de Morena mejor posicionados: Marcelo Ebrard, 31%, Claudia Sheinbaum, 30%, Luis Donaldo Colosio, 27%.
El 9 de diciembre, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, reaccionó descalificando al hijo del malogrado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta: “El nombre de Luis Donaldo Colosio es priista. El joven Colosio puede ir a cualquier lugar de la República y se para y no lo conocen en ningún pueblo”.
“Yo respeto mucho a ese señor, aunque no sepa de lo que hable; sin embargo, le garantizo que la gente me conoce más a mí que a él”, fue la respuesta de Colosio Riojas.
El sábado apareció el peine: Alito se autodestapó como aspirante a candidato presidencial del PRI. Queda claro, entonces, que su arremetida contra Luis Donaldo hijo fue por la envidia de ver que está mejor posicionado que él. En la encuesta de Reforma Alejandro Moreno ni siquiera aparece.
En “Prosa aprisa” del 7 de octubre (“Tienen la cola muy larga”) publiqué:
“El 8 de julio de 2019 el diario Reforma estalló el escándalo con un gran despliegue: En dos años, en su tierra natal, ‘Alito’ se construyó una mansión de más de 46 millones de pesos, durante los cuales declaró ingresos anuales por solo 5 millones de pesos mientras fue gobernador (de 2015 a 2019).
Antes de ser gobernador habitaba una casa en el Fraccionamiento Residencial Resurgimiento, de tres recámaras, con un valor aproximado de 3.5 millones de pesos.
Opositores y activistas campechanos contra la corrupción atribuyeron la riqueza de Moreno a moches de obras, y como candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, quien ahora lo apapacha, dijo de él: ‘Es un gran corrupto, reverendo ladrón, se dedica a comprar votos y vive aquí en una gran mansión, y ahora sí como decía mi paisano Chico Che: ¿Quién pompó?’”
El campechano nunca explicó de dónde sacó el dinero para su mansión. Sin duda, además de la cara de cínico que tiene, es un corruptazo. En mi caso, si fuera priista nunca votaría para que fuera el candidato, y como ciudadano, menos, pero tampoco votaría por él si se autoproclamara el candidato tricolor. Estoy seguro que ni en sueños iría a votar por él. Entre él y el joven Colosio, me quedo con el muchacho. Así de simple.
Se inaugura el nuevo Arzobispo con mensaje crítico
En “Prosa aprisa” del viernes pasado comenté sobre el nuevo arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong:
“Desde 2020, el columnista escuchó la versión de que en el palacio de gobierno no les gustaba la línea crítica del entonces arzobispo Hipólito Reyes Larios, que les molestaba, por lo que esperaban con ansias que cumpliera 70 años para que se jubilara o lo jubilaran, y que con él se fuera el vocero presbítero José Manuel Suazo Reyes. Falleció sorpresivamente antes de su cumpleaños.
Tal vez la idea era que llegara un dignatario más consecuente y menos crítico, pero quienes conocen la trayectoria de monseñor Patrón Wong opinan que es dado a expresar sus opiniones políticas en forma abierta y que no le tiemblan la voz ni las manos para señalar y ser enfático con las decisiones de gobierno que no comparta, por lo que no se espera que deje desamparada a su feligresía, que vive y padece graves problemas de violencia e inseguridad, de desabasto de medicamentos, de feminicidios, de atropellos y de acciones y decisiones oficiales que violan los derechos humanos y las leyes”.
El prelado ya dio color este domingo. En el comunicado dominical de la Arquidiócesis, el primero ya al frente de la diócesis más importante de Veracruz, en dos párrafos deja constancia que mantendrá la línea crítica de su antecesor Reyes Larios. A propósito del festejo por el día consagrado a la Virgen de Guadalupe, se dijo:
“Como en tiempos de las apariciones guadalupanas, lamentablemente el ser humano está siendo lastimado y agraviado; hoy los sacrificios humanos de entonces se traducen en el desprecio por la vida humana de los promotores de la cultura de muerte: promoción y despenalización del aborto, violencia descontrolada, legalización de las drogas y las políticas que están creando más pobres.
Observamos además que se abusa del poder y se usan las instituciones que deberían ser garantes de la justicia y el derecho para imponer arbitrariedades que lastiman a la sociedad; no se han erradicado las prácticas perversas del uso de la ley a conveniencia; se crean delitos y se maquilla la realidad con discursos encantadores; aquello que no imaginábamos que existiera hoy se practica sin ningún rubor”.
Sin duda, con dedicatoria al gobierno de Cuitláhuac García Jiménez por la “ley garrote”, la persecución y encarcelamiento de los opositores, los mensajes de AMLO y la aprobación del aborto.
El gobierno de AMLO, cero en combate a la corrupción: Sabina Berman
La escritora Sabina Berman, quien en la víspera de las elecciones de junio de este año publicó en su artículo dominical de El Universal: “–Soy inmensamente feliz con AMLO, vota por la izquierda”, en su colaboración de ayer dijo:
“En otros textos, yo he defendido las acciones de este gobierno en cuanto a sus dos primeras promesas. Incluir a los pobres en el presupuesto y revirar las privatizaciones que realizó el neoliberalismo. En cuanto a su tercera promesa, la de erradicar la corrupción, escribo acá que la calificación que merece es esta: cero”.
Recuerda que el presidente López Obrador comúnmente usa una metáfora para explicar la estrategia de su guerra contra la corrupción: –Es como barrer una escalera. Y las escaleras se barren con una escoba de arriba abajo.
Remata con tres párrafos:
“Pues no ha habido escoba. Es decir, no ha existido un instrumento que barra la corrupción. Y mientras los peldaños siguen llenos de la basura de los sexenios pasados, no hay por qué suponer que no están llenándose de la corrupción de los funcionarios codiciosos de esta administración” (en su artículo se refiere a los casos de Alejandro Gertz Manero, de Santiago Nieto y de Irma Eréndira Sandoval).
Pregunta: “¿Qué los detendría de tomar para sí unos miles de millones acá y otros allá si no hay escoba?”
Concluye: “No hay escoba y tal vez hoy, a medio camino del sexenio, todavía es tiempo para que el presidente aparezca una escoba y la empuñe, porque de no hacerlo, lo que aparecerá pronto es la certidumbre de que la guerra contra la corrupción se corrompió antes de nacer”.
Tampoco ha habido escoba en Veracruz. Hoy nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero es cada vez más repetitivo el cuchicheo de que en estos primeros tres años hay funcionarios que parecen agentes inmobiliarios por los bienes y propiedades que han adquirido, no solo en Xalapa sino también en otros lugares del estado.
Presuntamente autoridades encargadas de la vigilancia del manejo de recursos no ignoran el enriquecimiento súbito que han tenido y tienen, información que los compromete y que algún día puede llevarlos a prisión. Algunos se apresuraron a construir sus residencias o mansiones tanto que incluso no tienen ningún permiso de construcción del ayuntamiento, en el caso de Xalapa. Hay quienes tienen pruebas. Pero en este gobierno no van a actuar contra ninguno de los suyos.
Un logro que da satisfacción
Lector, permíteme algo muy personal. El sábado anterior tuve la satisfacción de acompañar a Toño (Jesús Antonio Reyes González, uno de mis hijos) a recibir un reconocimiento en la universidad Euro Hispanoamericana, que le entregó la rectora Ruth María Rodríguez Pérez tanto porque egresará el próximo verano de la carrera de Psicología (es también licenciado titulado en Comunicación Empresarial y en Derecho) como porque lleva promedio de 10. Su madre, Eugenia, compartió el logro y me dio gusto por los dos.