Gobierno estatal le falla a AMLO en recolección de firmas

Al arrancar noviembre, que termina este martes, el día 1 el puente por el Día de Muertos agarró al primer morenista de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, en Colima, en el acto en que rindió protesta como nueva gobernadora Indira Vizcaíno, pero su objetivo principal había sido el de ir a acompañar a su candidata a la presidencia, Claudia Sheinbaum (hasta se llegó a mencionar que él era su jefe de campaña, ya adelantada; ahí dijo la señora que México está preparado para una presidenta, y solo le faltó agregar: yo).

Mientras andaba en lo que a él le interesa, en Minatitlán el mismo día a temprana hora aparecía en un módulo el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, “como ciudadano” porque, publicó en su cuenta de Facebook, sus paisanos de esa ciudad del sur de Veracruz lo habían invitado a ser el primer veracruzano en firmar la petición para la consulta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. El gobernador no lo haría sino hasta el 21 de noviembre al medio día en el módulo que se instaló en la Plaza Lerdo.

¿El que se fue a la villa perdió su silla? ¿Camarón que se duerme se lo lleva la corriente? ¿Al que madruga Dios lo ayuda?

En un arranque de molestia y celo político que no pudo ocultar, el 25 de octubre el gobernador había declarado que no conocía a su compañero de partido cuando que habían estado en varias ocasiones juntos en actos oficiales, según mostraron fotos que sus críticos publicaron e hicieron circular. La irritación era (y es, cada día mayor) por la exitosa presencia del legislador en plan proselitista, sin duda alguna, de cara al proceso electoral de 2024, si bien encubierta muy bien por la difusión del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2022 y su repercusión en Veracruz, enfado mayúsculo porque le movió el piso, con la fuerza de un sismo de 8-9 grados en la escala de Richter (de destrucción total), a la candidata a gobernadora del palacio de gobierno, Rocío Nahle.

Menciono este, que aparentemente es un detalle menor (el de la recolección de firmas para lograr que prospere la petición de la consulta de revocación de mandato), porque una información publicada ayer en el diario Milenio muestra la consecuencia de la ineficacia o el desinterés oficial en el estado por atender de manera prioritaria uno de los objetivos mayores del presidente López Obrador: al 13 de noviembre, cuando faltaba  un mes para que venciera el periodo para la recolección de firmas, Veracruz registraba un avance de solo 26.52 por ciento, esto es, había logrado solo 46 mil 743 de las 363 mil firmas que le tocan aportar. La gran meta son 2 millones 758 mil 227 firmas, equivalentes al 3 por ciento inscrito en el padrón del Instituto Nacional Electoral. De prosperar, la consulta se realizaría en marzo próximo.

De acuerdo a la información, de los gobernadores de Morena solo Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México y Adán Augusto López en coordinación con el gobernador de Tabasco, Carlos Merino, ya cumplieron con su cuota e incluso rebasaron el 100 por ciento. Veinte entidades no llegaban ni al 5 por ciento de la cuota requerida, lo que nos estaría hablando que ni los mismos morenistas creen en la consulta. La morosidad motivó que desde la Secretaría de Gobernación les jalaran las orejas a los gobernadores.

Las preguntas son: ¿dónde está el dirigente estatal en funciones, Esteban Ramírez Zepeta, en quien se supone que descargó el gobernador Cuitláhuac García Jiménez la responsabilidad de lograr la gran hazaña?, ¿dónde está el operador político del gobierno (se supone) Eric Patrocinio Cisneros Burgos?, ¿dónde, quien también se asume como el gran operador político del gobernador, Juan Javier Gómez Cazarín? Por su importancia, Veracruz debió haber sido el primer estado en entregar en charola de plata al presidente su cuota.

En política, los que saben de política, saben muy bien la importancia política que tiene responder a un llamado presidencial en forma inmediata y de manera satisfactoria y, de preferencia, ser siempre el primero. Distingue y lo nota el presidente y nunca se le olvida. Pero los bonos se caen cuando la respuesta es la negligencia, e impacta más cuando ha habido un trato preferente, palabras de elogio en forma repetida para el gobernador y este falla y le falla, deja ver que no está en la misma sintonía ni en la misma frecuencia que su jefe, y que en lugar de aplicarse en lo primero del presente, en cambio anda trabajando ya para el futuro con la presunta sucesora.

En la primera quincena de noviembre muchos trabajadores de diversas dependencias se quejaron que bajo amenazas de represalias los obligaron a ir a firmar, aunque no son de Morena, y encaja entonces una pregunta: ¿cuántas firmas llevarían entonces si no hubieran recurrido a la coacción? Habrá que ver ahora a qué recurren para aumentar el porcentaje. ¿Detendrán a todo el que encuentren en la calle y lo llevarán a que estampe su poderosa a cambio de dejarlo ir?, ¿o comprarán firmas, como compraron votos en la pasada elección?, ¿o pondrán como requisito para autorizar algún permiso o brindar un servicio que primero vayan al módulo respectivo y firmen la petición?

Les molesta Sergio Gutiérrez, pero qué duda cabe que les sigue demostrando oficio político. Piensa en todo, está en todo. Les ganó el brinco, y si bien haber sido el primero que firmó en Veracruz pasó inadvertido por los días festivos de muertos, seguramente no faltó alguien de Gobernación, de quienes tienen tomando nota de lo que pasa aquí y reportando a Bucareli todos los días, que informó del detalle a la propia Segob y al Palacio Nacional, porque ese es su trabajo.

Ahora solo faltaría, para desgracia de los del palacio de gobierno, que si el presidente no ve que vayan a poder cumplir con la cuota le solicite a Manuel Huerta que entre de emergente y se meta con sus muchachos a tratar de sacar el buey de la barranca, que de todos modos les exigiría mucho esfuerzo.

De todos modos, hagan lo que hagan y logren que logren, el presidente seguramente ya se dio cuenta que lo suyo no es prioridad en Veracruz.

208 mil pesos para cada diputado por fin de año

No puede haber gobierno rico con pueblo pobre, ¿o cómo era? Puro cuento.

El Universal publicó ayer que el Comité de Administración de la Cámara de Diputados avaló un acuerdo para entregar dentro de quince días 208 mil 851 pesos a cada diputado federal, incluidos los de Morena, previo a las fiestas de fin de año (están exentos del pago de impuestos).

De ese monto, 74 mil 672 pesos son de su dieta mensual (su sueldo) y 46 mil 834 pesos de aguinaldo por los cuatro meses en los que han participado en el circo en que han convertido San Lázaro. El resto, de “asistencia legislativa”, “atención ciudadana” y “atención ciudadana-apoyo de fin de año”.

El gobierno se integra por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Según López Obrador no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.

Me llamó la atención ayer que ningún pudoroso diputado de Morena le hizo fuchi a la billetiza ni dijo que va a aportar parte de lo que recibirán para comprar medicinas para los niños con cáncer o para acciones sociales.

Según ellos eran diferentes. Y tanto que criticaban al PRI.

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