Planteé ayer que se presenta la oportunidad de iniciar una nueva etapa en la vida pública y política de Veracruz si el gobernador Cuitláhuac García Jiménez mantiene una relación de respeto al Poder Legislativo, a su autonomía, y si cumple con el ofrecimiento que hizo de aceptar las críticas de los diputados “como un ejercicio de retroalimentación”.
Dije que se estaría ante la oportunidad de una verdadera nueva etapa si los diputados, los de Morena al frente, le toman la palabra y lo someten a la crítica necesaria y saludable de todo sistema democrático y si se someten a la autocrítica también.
La oportunidad está dada con el cambio de Legislatura, con el cambio de las nuevas autoridades municipales dentro de menos de dos meses, con el mensaje político que pronunciará el gobernador con motivo de su Tercer Informe de Gobierno dentro de seis días, y con la llegada a la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados local de una empresaria, de Morena, sí, pero no chaira, sí aspiracionista, fifí, conservadora, en la clasificación del presidente Andrés Manuel López Obrador; con “clase”, en el mejor sentido del término, permítaseme la expresión.
Los días por venir pondrán a prueba tanto al gobernador como a la diputada, para saber si van a cumplir lo que han ofrecido. El reto de ella no es menor, porque no encaja en el prototipo del moreno cuitlahuista servil, de ciega obediencia, aunque en política todo es posible, como que de un día para otro alguien eche al bote de la basura hasta su dignidad.
Me ocupé de ella el 16 de junio pasado (“Nueva diputada, asomo de dignidad para el Congreso local”) y por la vigencia que tiene ahora lo que publiqué entonces, lo retomo:
“Durante su campaña, Cecilia Guevara, candidata de Morena a la diputación local por el distrito 5 de Poza Rica ofreció que cada vez que se proponga una iniciativa se reunirá o sostendrá reuniones virtuales con la población a la que vaya dirigida, para discutirla antes que se apruebe.
Dio un argumento contundente para tal proceder: se debe tener presente y claro que la decisión que tomen 50 personas, los 50 diputados locales entre uninominales y plurinominales, incidirá en la vida de los más de ocho millones de veracruzanos.
En rigor, así debería ser siempre. En los hechos, en la práctica, lo vimos en la actual Legislatura (en la pasada, la LXV), dominada por la bancada de Morena, siguió ocurriendo lo mismo que cuando fueron mayoría el PRI y el PAN: la aprobación de iniciativas no solo sin consultarlas con la población sino sin que se las dieran a leer a los mismos diputados del partido en el poder, en una sumisión vergonzosa al gobernador.
Así las cosas, la intención de la diputada electa es un asomo de devolverle la dignidad que merece al cuerpo legislativo, que lo honre como la representación de la voluntad del pueblo que debe ser, aunque, como dice el refrán, del dicho al hecho hay muy trecho, por lo que, por muy buenas intenciones y muy buena voluntad de las que esté investida y vaya a llegar al Congreso la distinguida dama, hay que esperar para ver en los hechos si cumple.
De todos modos, hasta que no la vea en funciones no tendré ninguna certeza sobre su desempeño, pero de entrada Cecilia Josefina Guevara Guembe, Cecilia Guevara de Elías, como es conocida en Poza Rica, Ceci para sus amigos, ofrece la imagen prometedora de que ayudará a adecentar la Legislatura que viene.
En forma circunstancial hablé con ella el pasado fin de semana. En lo personal me causó buena impresión, mucho mejor que varios de los actuales a quienes conozco y que inmerecida y lamentablemente van a repetir. De entrada, no se advierte, ni creo que lo sea, sectaria, cerrada al diálogo. Ojalá y no decepcione.
Ella es madre del Subsecretario de Infraestructura de la SIOP, Fernando Elías Guevara. Aspiró a la alcaldía de la petrolera ciudad como candidata de Morena y el 4 de febrero, cuando se registró como precandidata, de manera virtual declaró: ‘Poza Rica no está para improvisados’, resaltando su experiencia.
Y es que la tiene, además de que es una mujer preparada. Es licenciada en Mercadotecnia, estuvo al frente del Instituto Municipal de la Mujer en Poza Rica (invitada por el entonces alcalde priista, petrolero, Sergio Lorenzo Quiroz Díaz) y es empresaria dedicada al ramo hotelero igual que su esposo el empresario Francisco Elías Benignos.
Originaria de Chihuahua se vino a radicar a Veracruz hace 31 años, cuando se casó. Como le sucede a muchas personas de otras latitudes que llegan al Estado, afirma que está enamorada de Veracruz, que lo estuvo desde que llegó, de su vegetación, y luego se enamoró de su tradición, de su cultura y de su gente, y que está agradecida por lo que le ha dado.
Su prioridad es la familia, los valores morales de este núcleo, y ha sido luchadora de la equidad de género.
Claro que no es inexperta y sabe de política. Al menos en familia escuchó hablar sobre el tema desde hace poco más de 20 años cuando su suegro, empresario hotelero también, Jorge Elías Rodríguez, ganó la diputación local haciendo solo 15 días de campaña, en un hecho que merece ser recordado por lo inusitado del caso.
El candidato original era Javier Inés Ramos Juárez, secretario general de la Sección 30 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), obviamente del PRI, pero, de pronto, cayó de la gracia del cacique de los petroleros Carlos Romero Deschamps, quien pidió al entonces dirigente estatal del PRI Fidel Herrera Beltrán, al dirigente nacional Mariano Palacios Alcocer y al gobernador Miguel Alemán Velasco, que le quitaran la candidatura (un caciquismo que no dudo que pronto vamos a ver en Morena).
A Ramos Juárez lo suplió como candidato la señora María de los Ángeles Villa de Rodríguez, esposa de otro dirigente petrolero, pupilo de Joaquín Hernández Galicia, La Quina, Emérico Rodríguez García, quien también era dirigente estatal de la CTM y ella presidenta del patronato estatal de la Cruz Roja. Al jubilarse él, el entonces alcalde Marcos López Mora la invitó a ser presidenta del DIF Municipal, cargo que tenía cuando le cayó la candidatura a diputada.
Todo iba viento en popa hasta que alguien reparó, ya en plena campaña, que había violado la ley electoral porque se le había olvidado renunciar al DIF y seguía apareciendo en la nómina municipal. Y que se cae también, cuando ya solo faltaban 5 para las 12.
La magia del PRI. Ya con urgencia al único que encontraron viable fue al poderoso empresario Jorge Elías Rodríguez, quien no había incursionado en política, pero que era amigo nada más y nada menos del también candidato a la gubernatura Miguel Alemán Velasco, de tal modo que solo tuvo 15 días para hacer campaña y ganó arrastrado por el efecto dominó del candidato Alemán. Él es el suegro de Cecilia.
La nueva diputada fue candidata suplente a diputada local plurinominal del PRI y ascendió al cargo cuando el titular, Rafael García Bringas, pidió licencia para contender como candidato a diputado federal. Después, ella sería aspirante a candidata a alcaldesa de la coalición PAN-PRD, pero finalmente formó parte de una planilla aunque solo como candidata a síndica. Tiene, entonces, experiencia legislativa.
Pero ahora falta que la dejen trabajar, que le respeten su autonomía. No deja de llamarme la atención que desde la semana pasada ha sido anfitriona de las avanzadas del gobierno federal que llegaron para preparar la visita del presidente López Obrador al norte del Estado, este viernes (entre ellos un viejo conocido mío, con quien hice trabajos de asesoría hace algunos años, Agustín Goicoechea, ahora en la Subsecretaría de Gobernación).
Según cercanos suyos, Cecilia es bien vista por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y le auguran un buen futuro en la LXVI Legislatura, pero no hay que adelantar vísperas, aunque todo lo que sea para bien de Veracruz debe ser bienvenido”.
Si pone su parte para que se respete la autonomía del Poder Legislativo y si como ofreció en campaña actúa consultando con sus representados decisiones que van a incidir en la vida de todos los veracruzanos, en defensa de sus intereses, estará contribuyendo a una nueva etapa en la vida pública y política de Veracruz, que urge.