Que tortura es para los mexicanos, vivir en un país donde se manejan otros datos. Muy distantes a la realidad que se padece. Mientras los oficiales manejan 300 mil muertos por Covid, las organizaciones serias anotan más de 600 mil y otros aseguran un millón. Cómo puede ser una administración sana y productiva, la que miente, se burla, agrede, amenaza, señala a los principales sectores productivos de la nación. Ni como estrategia política de distracción, se puede aceptar. Los siervos de la nación, debieran ser toda la clase política. La mayoría se enriquecen a través del erario. Llegan con una mano atrás y otra adelante, según el refrán popular, transformándose en millonarios. La sumisión, sencillez, bonhomía de su comportamiento en campaña, con el atraco se convierte en despotismo, prepotencia, soberbia. Son nuestros empleados, pero en la ignorancia y conveniencia de los serviles, los engrandecen hasta convertirlos en déspotas.Son ignaros y olvidan que todo tiene un final. Nada ni nadie es para siempre.
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