Las palabras de aliento, conllevan a que las personas conozcan sus valores y desarrollen sus capacidades: – “Tú puedes”. “De eso y más eres capaz”. Es transmitir el optimismo e impulsar a ser autosuficiente y concientizar que, sí pueden lograr sus objetivos.
Considero que no hay padre de familia que esté atento a la educación de sus hijos, que no les haya inculcado el deseo de ser alguien el día de mañana, ser independientes, que se sepan valer por ellos mismos, desarrollar ampliamente sus capacidades y puedan tener un futuro prometedor.
El no depender de nadie o de las limosnas del gobierno es ser autosuficiente, para que no se sienta obligado el individuo a depender de alguien. Y la autosuficiencia es una forma de vida en la que una persona se encarga de obtener todos los bienes económicos necesarios por gestión propia, manteniendo la satisfacción competa de subvenir al total de sus necesidades.
Indudablemente que, los buenos mentores también impulsan a sus alumnos a obtener la superación que perfecciona al ser humano, mostrando las herramientas para poder vencer todo tipo de obstáculos y dificultades, con el fin de lograr un éxito profesional y económico que los lleve a ser independientes y cumplir con todos sus propósitos.
También desde niños tenemos la inquietud de llegar a tener un coche, vivir cómodamente, poder viajar y conocer países. Conozco personas que siendo niños deseaban poder algún día llenar de regalos a sus padres, compensarles de alguna forma, el sacrificio que hicieron para que él pudiera ser un hombre de bien. Comprarles el coche que siempre desearon tener y su economía no se los permitió. Llevar a sus padres a viajar al país que solo soñaron poder llegar a conocer y no pudieron lo pudieron realizar; etc.
En cambio, existen otros que, cegados por la ambición, su egolatría y pretensiones, solo los ha impulsado el deseo de tener poder, aunque no tengan capacidad más que, para mentir y convencer a inocentes. Por lo regular siempre viven de los demás y se ponen a vender utopías y, sin hacer labor alguna de servicio, sin producir para nadie, pero sí utilizando a quienes hace conformistas e inútiles y conforma con la dádiva.
Quien no tuvo nobles aspiraciones en una buena formación, no aprenderá nada de la vida y su mentalidad será negativa y conformista, como de tener solo un par de zapatos. Pero el que, una persona que haya tenido ya varios años de vida y diversas experiencias, aconseje a los jóvenes “que se alejen lo más que puedan del dinero, de lo material, por ser una tentación y no necesariamente significa felicidad, sino que es la perdición”, se trata de alguien que solo desea manipular.
Una persona con capacidades, se sabe autosuficiente, quien podrá satisfacer sus necesidades, no por la dádiva o la limosna de los políticos, como se está acostumbrando ahora. Es preciso conocer nuestras facultades y hacerlas funcionar en forma armónica para nuestro bien. Fomentar el amor propio del individuo. Pero, dar esos tipos de consejos, de conformarse con un par de zapatos y alejarse lo que más puedan del dinero y lo material porque es la perdición, es propio de un ególatra, fatuo y vanidoso que, desea vivir de ellos y de su miseria.
Si se incita al conformismo, solo será para formar a un grupo de mediocres que engrosarán su borregada con facilidades de conducción, quienes nunca le cuestionarán nada y se limitarán a seguir la corriente de sus pastores con absoluta docilidad. Continuarán en la ignorancia y carentes de personalidad y cómplices de los intereses creados que formarán parte del rebaño social.
Las palabras de desaliento y de conducción a la mediocridad, para que formen parte de sus mascotas, son: “Para que quieren más de un par de zapatos”. “El dinero y los bienes materiales son la perdición”.