Inicia mañana el descenso del gobierno de AMLO

“Juegos de poder” tituló su columna de ayer Leo Zuckermann (se publica en Excelsior). Para él, el cambio de Adán Augusto López Hernández por Olga Sánchez Cordero en la Secretaría de Gobernación hay que entenderlo como parte de la lógica presidencial de mover las fichas conforme comienza la segunda parte del gobierno.

Aun cuando asumió el poder el 1 de diciembre de 2018, por una reforma político-electoral a la Constitución en 2014, el del presidente López Obrador será el primer caso en que surta efecto, por lo que su mandato terminará dos meses antes: el 30 de septiembre y no el 30 de noviembre de 2024.

Mañana, pues, AMLO, con la rendición de su Tercer Informe de Gobierno, iniciará la segunda parte de su sexenio, que también será, como apunta Zuckermann, la mitad menguante, la del descenso, donde –agrega– los presidentes inevitablemente van perdiendo poder.

Apunta en forma irrebatible que el ciclo sexenal es implacable. “Por más que López Obrador sea el Presidente más poderoso que hayamos tenido en mucho tiempo, inexorablemente irá debilitándose hasta que llegue el día que entregue la banda y se retire a su rancho”.

Desde su punto de vista, el debilitamiento comenzó el seis de junio con las elecciones intermedias. “A su partido, Morena, le fue bien tomando en cuenta los pobres resultados del gobierno”.

Pero recuerda que perdieron escaños en la Cámara de Diputados, de tal suerte que dependerán del PT y del Verde para tener la mayoría absoluta que les da derecho a reformar las leyes y aprobar el presupuesto anual.

Argumenta que en los hechos ya se observó el debilitamiento del presidente cuando en días pasados la oposición no aprobó la celebración de un periodo extraordinario del Congreso para aprobar la ley sobre revocación de mandato, periodo que había ordenado AMLO a sus diputados porque le urge la ley reglamentaria.

Acá no les cae el veinte; están en la borrachera del poder

Comentario parecido, pero para efectos del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, he venido haciendo en este espacio. En diciembre próximo iniciará la curva descendente de su administración. Igual, inevitablemente, irá perdiendo poder.

Cuando se está en el poder –lo comento con la experiencia de haber estado 30 años adentro y haber conocido todos los recovecos del gobierno– no se repara en que hay fecha de vencimiento y normalmente los gobernantes y sus colaboradores caen en borrachera de poder que no los hace reparar en que ese poder no es para siempre, hasta que caen y chocan con la realidad.

Observo a los actuales. Están parados en el ladrillo de los mareos. Vemos cómo utilizan la Fiscalía General del Estado para perseguir a sus enemigos políticos y cómo se valen de su “Ley Garrote” para intimidar o para pasar por encima de cualquiera. No se han dado cuenta que con su actuar lanzaron un búmeran que ahora está en el aire pero que tarde o temprano regresará y los impactará.

El presidente López Obrador, viejo lobo de mar, tigre viejo, sabe bien de los ciclos del poder. Por eso los movimientos en su gabinete, que ya empezó. En el caso de Veracruz, no se advierte que hayan tomado conciencia de la pérdida gradual del poder ni de la caída inevitable. Siguen como si nada y no están haciendo los ajustes para enfrentar los días nefastos que les habrán de llegar.

La señora Nahle, hasta el fondo como presidenciable

AMLO ha empezado a manejar el tema de su sucesión. Como buen priista de origen que es ha soltado ya un ramillete de nombres de “posibles”, al que hay que agregar el del nuevo secretario de Gobernación. La verdad es que no sé si con buena o mala intención incluyó el de la zacatecana Rocío Nahle, quien se la creyó.

El pasado 23 de agosto, entrevistada sobre el tema, no se mostró prudente y en lugar de decir que esperaría, que todavía no son los tiempos, ya engolosinada, escuchando el canto de las sirenas, respondió que en Morena las mujeres y los hombres están preparados política y profesionalmente para ser candidatos presidenciales en 2024. La mujer se encartó.

Tras de que el tabasqueño la calificó como “una de las corcholatas” (aspirantes) para sustituirlo, declaró que está disponible “ante cualquier situación que disponga el partido”. Otra que está mareada, en la borrachera del poder.

La empresa C&Eresearch publicó ayer su tercera medición sobre los presidenciables. En el caso de Morena, a su pregunta “¿cuál es el que más le gusta para candidato a Presidente de la República”, la encuesta sitúa en la punta a Marcelo Ebrard con 30% seguido por Claudia Sheinbaum con 25%, siguen otros, con menor porcentaje, y a lo último aparece la señora Nahle ¡con 3%!

El presidente le hace un favor a Veracruz manteniéndola acelerada para la “grande”. Su calidad de “corcholata”, su aceptación, quiera o no, la va a desgastar. Los medios nacionales serán implacables con ella. No tendrá argumentos, si la mayoría de los morenos (y de los mexicanos) la rechazan, para querer venir al estado como triunfadora. Acá también, según percibo, la mayoría de los veracruzanos la rechazan.

Nombres para suceder a Cuitláhuac

No tarda en iniciar el declive del gobierno estatal pero la movilidad y los comentarios sucesorios han arrancado, algunos con bastante sustento. Con arraigo entre la población, por Morena están Manuel Huerta y Ricardo Ahued y habrá que ver qué tanto crece José Luis Lima Franco; por el PAN, hasta ahora, se mantiene Julen Rementería; por el PRI, Juan Manuel Diez Francos y también habrá que esperar para ver qué tanto crece Pepe Yunes Zorrilla; pero, mucha atención, podría irrumpir ahora, por fin, Dante Delgado por Movimiento Ciudadano (MC), luego de que él y su partido se han consolidado en el norte y en el occidente del país. Una versión que tengo es que en principio MC estaría considerando ir en alianza, si aceptan, con el PRI y el PRD. Ya iré ampliando comentarios. Como decía el famoso cronista de beisbol, Buck Canel: “No se vayan que esto se pone bueno”.

“Nunca haré algo que afecte a mi universidad”: Vela Martínez

Sobre el comentario acerca de su persona que hice ayer, el doctor Rafael Vela Martínez, quien fue aspirante a rector de la UV, me comentó que en la entrevista que dio a la agencia AVC Noticias “jamás demandé renunciaran o claudicaran a sus pretensiones mis compañeros universitarios que fueron seleccionados en la terna; sí expuse lo del Congreso legislativo porque si haces el recuento de quiénes integran el Consejo universitario, te darás cuenta que la mayoría son funcionarios, los cuales dependen del rector o rectora”.

Me pidió considerar lo siguiente: “por cada consejero maestro y alumno de cada facultad (los cuales acuden al Consejo Universitario), también va el director de dicha facultad y el Secretario; hasta ahí estamos parejos, pero ahora súmale toda la estructura de Rectoría; ahora dime, ¿quién controla el Consejo?”.

Le dejo la palabra:

“Sí claro; de hecho alguna vez con el licenciado Emilio Gidi Villareal, cuando era Rector (yo su asesor) y me pedía notas sobre la AUTONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD (pues con él se empezó a trabajar lo de la autonomía), recuerdo muy bien, justamente se llegó a plantear esta hipótesis de lo que ha sucedido en estos últimos días y se disertaba sobre el qué hacer, pues evidentemente la estructura de todos los órganos es perfectible y en ese momento se llegó a pensar en ciertas propuestas, por ello es que para evitar esto se había propuesto desde el inicio que el Consejo Universitario tendría que ser netamente de la comunidad universitaria y dejar fuera a todo el aparato administrativo y burocrático, pues ellos no votan independiente y por libre albedrío, sino que dependen del Rector en turno.

Quiero comentarte que en estos días me estuvieron llegando propuestas para encabezar un movimiento con plantones, marchas orientadas a tomar la Universidad y todo tipo de loqueras; evidentemente ni siquiera contesté esos mensajes; si de algo puedes estar seguro es que nunca voy a hacer algo que afecte a mi universidad, sería lo último que haría, por eso es que simplemente di un paso a un costado en todo este proceso. Bienvenido el nuevo rector, quien quiera que sea designado, puede contar con todo mi apoyo por el bien de la Universidad”.

 

 

 

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