En la irreflexiva petulancia presidencial del 90 % de lealtad y 10% de capacidad en la administración, el Estado es fallido. Ningún talento en su gris y mediocre gabinete. Sometidos, lacayunos, serviles se mueven alrededor del tlatoani. Los problemas torales de la nación, amenazan al abismo. El fracaso en el manejo del Covid ya no pueden maquillarlo. En las cifras no oficiales se habla de más de 500 mil muertos y los contagios son millones. La tercera ola ha sido devastadora. El mal manejo de las vacunas y su aplicación, sumado a la falta de educación de una gran mayoría de la población. En responsabilidad compartida, pero las autoridades han sido permisivas. Los mandos de salud, no tienen los conocimientos al respecto. Son responsables no juzgados. Un asunto de vida o muerte, manejado por un sub secretario que busca más los reflectores, para su proyecto político. El secretario, arrinconado como la muñeca fea. La ignorancia permea, en la mayoría de los encargados de las instituciones. La economía, la violencia, la salud, pobreza no han sido disminuidas. Registro del fracaso a nivel mundial. El peje no ha podido aterrizar como presidente y cansa su egolatría de eterno candidato. *** Otro distractor millonario lo del Templo Mayor. La señora Muller, que podía sugerir en el tema, parece no ha leído a Salvador de Madariaga y Gary Jennings para asesorar. El español con “El Corazón de Piedra Verde” y el americano con “Azteca”, los contrastes y choque de dos mundos dispares “que la conquista produjo en los corazones de España y América”. Verdaderos poemas, escritos novelados basados en sus códices. La grandeza de nuestras culturas, no comprendidas por el oscurantismo de éste régimen. El botón de la superficialidad y estulticia, la muestra el diputado de MORENA veracruzano Rubén Ríos Uribe, al proponer “la invasión de España y hacer monarca al presidente a AMLO”. No puede ser tanta indignidad y estupidez. La mayoría de los morenos en el gobierno, el 90%, son francamente primitivos, silvestres, pedestres. No se puede pagar sueldos millonarios, a quienes no rebuznan porque no se saben la tonada, diría el pueblo sabio. Los ejemplos abundan, empezando por la cabeza. Indudablemente se marearon. No aportan y piensan que tienen a Dios agarrado de las patas. Allá ellos… *** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.