Ni Ebrard ni Sheinbaum ni Monreal; podría ser Gutiérrez Müller. Hagamos un análisis del fenómeno Kirchner en Argentina

Ni Ebrard ni Sheinbaum ni Monreal; podría ser Gutiérrez Müller. Hagamos un análisis del fenómeno Kirchner en Argentina

Es cierto, Bernardo Graue Toussaint es uno de los críticos más recalcitrantes de la persona de López Obrador; tan radical que a veces es preferible no leerlo, pues el equilibrio no es una de sus virtudes. Sin embargo, en un de sus columnas, escrita hace unos días, Graude Toussaint hace una analogía interesante sobre México y el gobierno de Argentina, específicamente sobre el periodo de los Kirchner. En su artículo “La ‘argentinización’ de la sucesión Presidencial mexicana”, Graue Toussaint se pregunta quién podría ser el sucesor de López Obrador una vez que éste termine su periodo presidencial. El analista se hace las siguientes preguntas al respecto: “¿En quién confía el Presidente López? EN NADIE… BUENO, EN CASI NADIE. ¿Por quién es capaz el Presidente López de “meter las manos al fuego”? POR NADIE…BUENO, POR CASI NADIE”. Entonces repasa a Marcelo Ebrard y lo descalifica, pues el presidente sabe, lo dice el analista, que no es una persona cabal. A Claudia Sheinbaum también la descarta, lo mismo que a Ricardo Monreal, quien es el más riesgoso de los tres. ¿Entonces quién? Bernardo Graue vuelve a preguntarse: “¿Existe alguien que cuente con la absoluta confianza del paranoico Presidente López para dar continuidad a su proyecto político de la Cuarta Transformación?”. Entonces el analista hace la analogía: “Néstor Kirchner, ex presidente de Argentina, no dudó en construir el relevo de su cargo en la figura de su esposa Cristina Fernández. Nació el “Kichnerismo”. Les funcionó de maravilla y ambos gobernaron durante un periodo de 12 años”. Concluye Bernardo Graue: “A) A Beatriz Gutiérrez Müller la retiraron (o se retiró, da igual) de su alto activismo en las redes sociales y se optó por la reducción o suspensión de participación en muchos eventos públicos, a fin de reducir al máximo el desgaste político y mediático de la esposa del presidente de cara al 2024. Que se desgasten otros, ella no. B) No existe ningún impedimento legal para que Beatriz Gutiérrez Müller pudiera aspirar a un cargo de elección popular. Nada lo impide”. Haciendo un análisis concienzudo, la idea no es tan descabellada.

López Obrador habla de su “exitosa” campaña contra el huachicol para advertir a gaseros que no doblegarán al Estado. ¡Pero si el huachicol sigue!

En marzo de 2021 el periódico El Universal informaba que “el acaparamiento de 30% del mercado nacional de distribución de gas LP por el crimen organizado se suma un alza de 17% en tomas clandestinas en ductos de Petróleos Mexicanos en enero de 2021, en comparación con el mismo mes del año pasado”. Es decir, la victoria en la guerra contra el huachicol en México es una mera ilusión. Sin embargo, el presidente López Obrador, que ve victorias donde no las hay, advirtió a los distribuidores de gas LP que su gobierno no se doblegará ante ellos: “Ya se establecieron estos precios máximos que se van a estar revisando semanalmente, a la primera algunos responden con estas protestas, queriendo apostar a que van a doblegar al Estado, pues no, ya pasamos la experiencia del huachicol y la gente nos ayudó”. ¿Será consciente el presidente de México de lo que podría significar un desabasto nacional de gas? Él dice que con la Guardia Nacional garantizará el abasto de este combustible casero. Sin embrago, ni con 100 Guardias Nacionales podría el presidente garantizar el abasto de gas LP en las casas de los mexicanos si los distribuidores de todo el país se suman a un paro. Mejor será buscar una solución más adecuada. Lo que está pasando con el gas es lo que pasó con las medicinas en los hospitales. Se pelearon con los distribuidores y originó un gran desabasto.

El presidente lo sabía, que la Consulta era una gran farsa. “Aunque se hubiese logrado el 40% se tenía que llevar todo un proceso legal”

¿Dónde le podrá caber al presidente Andrés Manuel López Obrador tanto cinismo? Él piensa que la votación que recibiera en las elecciones presidenciales del 2018 le da derecho a manipular a sus seguidores a su antojo. Promueve López Obrador una consulta, que para enjuiciar a los expresidentes; lo promueve como una necesidad democrática, sin importarle pasar por encima de la presunción de inocencia de los señalados. Pero después de los resultados, que no le favorecieron, pues la votación no llegó al 40 por ciento del padrón electoral, sale con esta postura cínica: “Aunque se hubiese logrado el 40% de participación para que fuese vinculatoria, de todas maneras, no era enjuiciarlos sin el derecho a la defensa, no era un juicio sumario, se tenía que llevar todo un proceso legal, como cualquier otro ciudadano”. Él lo sabía, López Obrador no es tonto como sus chairos. Para enjuiciar a alguien no se necesita una consulta, sólo se requiere que se aplique la ley, como a cualquier ciudadano. Esto último ofende la inteligencia o la estulticia de los más de 6 millones de seguidores del presidente que salieron a votar el 1 de agosto. Pero no hay problema, porque sus chairos se lo perdonan todo; la mayoría de esos chairos ni siquiera entienden que los está insultando.

Armando Ortiz                                    Twitter: @aortiz52                             @lbajopalabra

 

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