El tiempo actual permite por única ocasión la convivencia de dos generaciones: la análoga y la digital. Y para poner en claro quién es quién en ese asunto, diré que la generación análoga fueron los que primero fueron vacunados.
Dos generaciones que aprendieron de forma distinta, pues los viejos adquirimos el conocimiento a través de los libros y la generación actual lo hace a través de las redes sociales. Antes nos enterábamos de lo acontecido hasta el día siguiente en periódicos impresos y ahora todos se enteran en segundos de lo sucedido en todo el mundo.
Podría decirse que la generación actual está mejor informada en todos los sentidos y por lo tanto, debe ser una generación con tantos elementos para tomar decisiones, que éstas obligadamente deben ser buenas decisiones.
Tal vez por eso resulta muy complicado entender por qué hubo tanta gente promoviendo una encuesta o consulta popular en la que se preguntó si se está de acuerdo en que se cumpla la Ley, hecho que ya está decidido y consagrado en la propia Constitución.
Y que para tratar de “traducirle al pueblo” lo que la pregunta quiere decir, como afirmando que el pueblo no sabe leer o no entiende lo que lee, o como para que el pueblo exhiba sus limitaciones intelectuales, se haya afirmado que ésta era para hacer “juicio a expresidentes”
La pregunta no dice nombres ni cargos de los “actores políticos” a quienes se pretende enjuiciar por “tomar decisiones políticas” y sólo señala como rango de tiempo para ser incluidos en la consulta “los años pasados”, por lo que, considerando que estamos en el 2021, entonces el 2020 está incluido y los políticos que tomaron decisiones en plena pandemia y que pudieran haber ocasionado víctimas, forzosamente también estaban incluidos.
El ganador indiscutible de la consulta es el Presidente López Obrador, independiente del número de votantes que por lógica marcarían por un SI, pues no debe haber ciudadanos que vean con simpatía el enriquecimiento ilícito de los funcionarios públicos (de antes y actuales) y que todo quede en la impunidad.
Los perdedores de la consulta son los ex presidentes, que seguirán en el centro del huracán en todas las mañaneras siguientes y continuarán siendo los responsables de todo lo que suceda y de lo que no también, sin la “obligación” de llevarlos a juicio por no haberse alcanzado la cantidad de votos necesarios para que la consulta fuera vinculante.
El perdedor de la consulta, cualquiera que hubiese sido el resultado, era más que claro que sería el INE el cual será acusado de boicotear la consulta obedeciendo a los adversarios neoliberales y enemigos de la patria, con lo que se justificará que de inmediato se inicie el juicio de la 4t para desaparecerlo.
El otro perdedor, el de siempre, es el pueblo bueno y sabio que acepta gustoso que se destine una fuerte cantidad de dinero para consultar lo obvio y que otros temas de mayor urgencia y relevancia queden en espera, aun cuando en esa espera muchas vidas se puedan perder. Porka Miseria.