DÉFICIT DE ATENCIÓN NO ES INCOMPETENCIA: ISSSTE

  • El Instituto otorga intervención médica integral personalizada a pacientes con este padecimiento, afirmó el paidopsiquiatra José Luis Pozos.
  • Prioritario evitar estigmatización, bullying y maltrato, para prevenir complicaciones como depresión, adicciones o intentos de suicidio en adolescentes, señaló.

 

El diagnóstico temprano del Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención (THDA) permite plantear una intervención médica integral personalizada y oportuna, con el fin de brindar orientación a los padres de familia en el manejo conductual de sus hijos, afirmó el paidopsiquiatra del Hospital Regional “1° de Octubre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), José Luis Pozos Saldívar.

 

Destacó que con ello se logrará una mayor adaptación en el entorno escolar, familiar y social, informó. Además, agregó que este padecimiento afecta el desarrollo integral de infantes y adolescentes que en muchas ocasiones sufren de ser estigmatizados como “incompetentes”, “problemáticos” o “niños malos” cuando en realidad lo que les sucede no es cuestión de actitud o moral, tiene que ver con afectaciones estructurales del cerebro.

 

Una intervención profesional adecuada, dijo, entre psicólogo, psiquiatra y neurólogo pediatra, según se requiera, permite prevenir y evitar que los pacientes sean víctimas de maltrato tanto en el hogar como en la escuela.

 

Refirió que cuando estos pacientes no cumplen la expectativa de rendimiento académico o personal esperada para su edad, corren el riesgo de ser relegados en la escuela o ser blanco de bullying, y a veces, sus padres caen en la impotencia y desesperación, lo que puede llegar al grado de infringirles castigo físico.

 

Tales situaciones hay que prevenirlas y evitarlas a toda costa con una adecuada orientación a padres y maestros, “porque si persisten terminan mermando más la autoestima de los pacientes”, expresó el especialista. Esta intervención médica oportuna puede reducir el riesgo de otro tipo de trastornos que pudieran agregarse a lo largo de la vida de estos pacientes, señaló.

 

“Por ejemplo, adolescentes que siguen teniendo conductas externalizadas de impulsividad e inquietud pueden desarrollar problemas de tipo emocional, como ansiedad, depresión, conductas auto mutilatorias, abuso en consumo de sustancias e incluso intentos suicidas, situaciones que se ven de manera importante en los servicios de urgencias y en varios casos están asociadas a diagnóstico de THDA”.

 

 

 

 

 

 

También es muy importante evaluar a los padres y detectar si alguno de ellos padece este trastorno, ya que hasta en el 80 por ciento de los casos se puede heredar y varios adultos no fueron debidamente tratados, por lo que es conveniente atenderlos para que puedan ser un buen soporte y apoyo en el tratamiento de sus hijos.

 

Destacó que el THDH combinado es característico de tres áreas cerebrales afectadas: las que regulan la atención, la impulsividad y la hiperactividad; dependiendo del grado de afectación en cada una son las manifestaciones clínicas y la prevalencia de síntomas.

 

“Si hay mayor daño en el área de déficit de atención se refleja en la dificultad de los pequeños para mantenerse atentos en actividades que requieren un esfuerzo mental sostenido como el aprendizaje escolar, suelen cometer errores frecuentemente por no ver o detectar los detalles de una actividad que se realiza de esta manera”, explicó el paidopsiquiatra.

 

En el caso de la hiperactividad, se expresa como dificultad para permanecer sentado y tranquilo; los afectados tienen la necesidad de estar en movimiento constante, algunos niños no se mueven de un lado a otro,  pero mantienen brazos o piernas en constante movimiento nervioso.

 

“Generalmente, estos pacientes nos son referidos entre los 5 y 6 años de edad por problemas de conducta como ser muy inquietos, hacer cosas peligrosas, arriesgadas, que les provocan que se caigan, que se corten, que se quemen o se fracturen y ahí es muy importante el manejo estrategias conductuales con los padres, porque a esa edad es muy difícil que se usen estrategias farmacológicas que podrán utilizarse más adelante”, puntualizó.

 

Ligada a la hiperactividad está la impulsividad, que es la dificultad para inhibir el impulso de reacción en la conducta, como puede ser pegar o arrojar objetos, dificultad para respetar reglas, no esperar su turno en juegos o cuando se les hace una pregunta contestan anticipadamente.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que a nivel global el Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención afecta entre cinco  y ocho por ciento de la población; en tanto que en México, el Instituto Nacional de Psiquiatría refiere una prevalencia aproximada del cinco por ciento.

 

El ISSSTE mantiene criterios de atención a trastornos de salud mental con respeto a la dignidad de las personas y promueve en la población conductas de empatía, solidaridad, apoyo e inclusión para las personas con capacidades diferentes, como es el caso de quienes viven con THDA.

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