Héctor Coronel Brizio, un candidato idóneo para la rectoría de la Universidad Veracruzana; los otros candidatos sólo han exhibido su hambre
Lo hemos dicho hasta el cansancio, la Universidad Veracruzana necesita recuperar la grandeza que alguna vez tuvo; la grandeza que ha ido perdiendo en los últimos años, con los últimos rectores y rectora. El prestigio que la UV antaño tenía hacía mucho más fácil a sus egresados entrar al mundo laboral. Pongamos un ejemplo de ello. Hoy en la administración pública a nivel federal, los egresados del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), tienen una gran ventaja gracias a los estudios y prestigio de esta institución. Del ITAM han egresado economistas como Agustín Carstens, Ernesto Cordero, Francisco Gil, Gustavo Petricioli, Pedo Aspe y Miguel Ángel Mancera; del ITAM también egresó Alonso Lujambio, exsecretario de Educación Pública o Salomón Chertorivski, exsecretario de Salud. ¿Dígame usted egresado si las puertas se le abren en la administración pública o en la iniciativa privada cuando muestra su título de la Universidad Veracruzana? Por supuesto, para muchos el candidato idóneo, es decir el que tiene el conocimiento y la capacidad suficiente para recuperar la grandeza de la Universidad Veracruzana es Héctor Coronel Brizio, quien la tarde de este 7 de julio formalmente se inscribió como aspirante a la rectoría de la UV. Los otros candidatos llegan cargados de muchos compromisos políticos; usted no imagina toda la gente que viene atrás de esos candidatos que se publicitan en los medios de comunicación oficialistas. La Universidad Veracruzana es un pastel muy grande, que muchos quisieran repartirse; ansían tener una casa como la que se compró Sara Ladrón allá en la calle de Angelina en Xalapa. Héctor Coronel Brizio tiene un prestigio que debe cuidar, que busca conservar; un apellido que no piensa manchar entregando a la UV a esos buitres que en este momento apoyan a esos candidatos que lo único que se les puede ver es el hambre, no el deseo de sacar adelante a nuestra Máxima Casa de Estudios.
La CEAPP realiza su diagnóstico sobre las condiciones de la libertad de expresión; a los periodistas les dice “tienes cáncer” y los manda a su casa a morir
No necesitaba la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas molestar a la Universidad Veracruzana para realizar un diagnóstico sobre las condiciones de la Libertad de Expresión en Veracruz; bastaba con hacer una lectura adecuada de lo que han dicho prestigiados periodistas veracruzanos sobre el tema. Además, baste con ver la reacción del gobierno cuando se siente criticado; cuando se denuncia su nepotismo, corrupción e ineficacia. Un ejemplo claro de ello está en las expresiones de revancha y amenaza por parte del secretario de Gobierno, a quien, por cierto, agradecemos su etapa de silencio. Dice la CEAPP que su preocupación está en los compañeros periodistas, en sus condiciones laborales y en los ingresos que perciben. Si eso fuera cierto ya hubieran intervenido para evitar que en el departamento de Comunicación Social del Congreso deje de estar inventando medios simulados a los que les entregan los recursos de difusión que bien podrían llegar a los periodistas legítimos. El caso es que todo ese recurso se queda en manos de Juan Javier Gómez Cazarín y Aldo Valerio. Lo mismo sucede en Comunicación Social de gobierno del estado, donde Iván Luna ejerce un presupuesto a discreción sólo para los medios que consienten la estulticia de su gobernador. ¡Y todavía lo tienen ahí como invitado especial! Toda esa discrecionalidad le hace mucho daño a los periodistas de a pie, pues si la empresa periodística que los contrata no puede obtener un convenio de estas instancias, no puede pagarles lo que se merecen. ¿Esto está en su diagnóstico? Seguramente no. La CEAPP se ha convertido en un médico negligente. Un médico al que acudes, te ausculta, detecta tu cáncer y te manda a tu casa para que te mueras. Ya al rato tendrá dinero para mandarte una corona de flores al velorio.
¿Cómo ve usted? Trump decía que Hitler “hizo muchas cosas buenas”. ¿Cómo cuáles? Hacer jabón en los campos de concentración
Es definitivo, nunca se debió dar oportunidad a un engendro como Donald Trump para ser presidente de los Estados Unidos. Durante los cuatro años que duró su periodo presidencial el señor cometió una serie de barbaridades no sólo contra sus conciudadanos, sino contra ciudadanos de otros países, incluido México. Ahora salen a la luz ciertos detalles que explican por qué Trump pensaba y se comportaba de tal manera. John Kelly, que fue jefe de Gabinete con Donald Trump comenta en un libro de próxima aparición, que en un viaje a Europa, Donal Trump pretendió dar una lección sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial. Cuando hablaron sobre los países que participaron en el conflicto se refirieron a Alemania. Fue entonces que el expresidente de los Estados Unidos dijo: “Bueno, Hitler hizo muchas cosas buenas”. Al parecer, según relata el libro de Kelly, este le dijo que estaba equivocado, pero Trump no parecía entender que estuviera equivocado. Trump habló de la recuperación económica de Alemania en los tiempos de Hitler, a lo que John Kelly le refutó que hubiera sido preferible la pobreza para el pueblo alemán que vivir el genocidio. Ese, señores, es Donald Trump, un sujeto al que hay que darle las gracias por no haber comprometido a los Estados Unidos en una tercera guerra mundial.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra