La RAE da a la palabra violencia la siguiente definición: uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo. Sin embargo, en este concepto se añade el de violencia de género, que hace referencia a todo acto dañino en razón de su género. Lo anterior ocurre todos los días. Historias de terror y atentados de hombres hacia mujeres.
En México la violencia que sufren las féminas está en aumento. Los feminicidios se han incrementado un 7.1% con respecto al año pasado. Me atrevo a pensar que este incremento tiene también una relación estrecha con la pandemia, pues el hogar no siempre es un lugar seguro y en múltiples casos puede acrecentar los desequilibrios psicológicos y emocionales de los individuos, haciendo que también se incremente en este año la violencia intrafamiliar.
También las violaciones se han incrementado, pues en 2020 se habían denunciado 6610 de enero a mayo y e 2021 bajo el mismo periodo van 8623 denuncias, es decir aumentaron un 30%. No obstante, hemos de considerar que la mayoría de casos no se denuncia, ya sea por amenazas, por desconfianza en la autoridad, por temor de la víctima o incluso la falta de entendimiento de lo ocurrido.
En múltiples ocasiones, quienes sufren una agresión sexual llegan a sentir vergüenza o culpabilidad, son señaladas de forma despectiva por sus círculos más cercanos y desacreditadas, por lo que emocional y psicológicamente no tienen las condiciones para denunciar lo ocurrido. Mediáticamente encontraremos infinidad de ejemplos. Algunos recientes y otros son parte de la historia del mundo recordándonos el tiempo que hemos tardado en entender estos conceptos.
Para comenzar podríamos trasladarnos a Ponferrada, España, donde una joven en sus veintes sufre reiteradamente acoso sexual por parte del alcalde, años después se atreve a denunciarlo y fue constantemente señalada por ello. Esta historia se puede conocer a detalle a través de una mini serie documental en Netflix. En ese entonces la joven se sentía responsable de todo lo ocurrido y además de los atentados del abusador, padece depresión y otros trastornos hasta que alguien le orienta respecto a todo lo sucedido.
Su caso fue ejemplo para muchos otros pues se trató de la primera mujer española en lograr la condena de una figura política, aunque la realidad es que la condena fue mínima si le comparamos con los daños irreparables.
Después podríamos aprender de la dificultad que enfrentan las víctimas en casos más recientes como el de la influencer Nathalia Campos, quien tardó tres años en hacer una denuncia porque no podía procesar que uno de sus amigos la había violado, además de que las personas cercanas a ella desacreditaban la situación e incluso le culpaban.
Algo similar fue lo ocurrido con Ainara, otro caso mediático debido a que la youtuber “Yoss Stop” está implicada en el mismo. Ainara fue abusada sexualmente en una fiesta, se realizó un video de su violación. Mismo que se difundió en una página de videos sexuales y en múltiples puntos de internet. Ella tenía 16 años y no recordaba nada de lo ocurrido. Tardó en procesar los hechos y fue hasta 4 años después que con el apoyo de colectivos feministas denunció todo, incluyendo a la mencionada Youtuber quien a través de un video la descalificó ante millones de seguidores e internautas.
Hoy Yoss Stop se encuentra en prisión preventiva, pues en el mismo video donde denigra públicamente a la víctima, habla a detalle de lo que se aprecia en el video de la violación de Ainara y reiteradamente la señala con palabras descalificativas, lo que bajo la perspectiva de género es como si responsabilizara a la víctima de los hechos. Además, por tratarse de una menor de edad, hablar del video es posesión de pornografía infantil.
A estos casos se suma la historia de Polly Olivares, una joven que murió arrollada por su pareja, su amiga que también fue agredida se encuentra en recuperación. Otra mujer probablemente fue acuchillada mientras escribo esto, una más está siendo abandonada en algún lote baldío y podríamos seguir con la descripción de crímenes atroces porque en México mueren 10 mujeres al día y desgraciadamente esta cifra seguirá en aumento mientras sigamos sin entender que la violencia de género existe.
Tenemos pendiente entender que es parte de nuestro entorno, que en ocasiones somos cómplices de su existencia al normalizar el abuso de poder, las acciones machistas y por juzgar bajo una moral obsoleta a las víctimas. Comencemos cambiando las perspectivas para que cambien nuestras acciones.