En México se vive una era de terror inocultable, innegable. De la incertidumbre al miedo. Ese que pega en el estómago, al ver las noticias de los asesinatos al pueblo bueno, que esta inerme ante la violencia desatada. El no saber si poder confiar en la guardia civil, los soldados y hasta marines. Observar como algunos de ellos, vinculados, entran a un domicilio habitado por familias con menores de edad, que caen abatidos por misiles. México está en guerra civil. La población se arma, harta de que los supuestos vigilantes de la ley y el orden, les siga robando, violando a sus mujeres, matando a sus niños, llevándose hasta a sus animales. Le funciona al gobierno de MORENA la polarización y cada día es más difícil llegar a un sano entendimiento, con los defensores de ese híbrido. No se escuchan razones y todo es agresión. El huésped de palacio, no cesa diariamente de atacar, desprestigiar, ofender a los sectores sociales generadores de riqueza. Construir cajas chinas, como antaño, para la distracción de los verdaderos problemas del país: salud, economía, seguridad. No toca el tema, no tiene argumentos válidos. *** MORENA festeja con el erario, un triunfo cuestionable donde están estigmatizados por utilizar al narco, los partidos bonsái, el OPLE, el PVEM, PRI, MC y las fuerzas de seguridad en las elecciones pasadas. Vemos bailotear frenético a un gobernador inepto, corrupto, ignaro, omiso como el de Veracruz, que al parecer es lo único que sabe hacer. Las tribus presumiendo sin rubor su elección de estado. Sin sonrojo alguno indiferente a los 600 mil muertos por Covid, el doble por la inseguridad, el desabasto de medicina, la desastrosa economía familiar, el desempleo galopante, el cierre de empresas, la fuga de capitales, el abierto rechazo al régimen que miente, miente, miente. Que trata de tapar las corruptelas de miembros distinguidos del gabinete y la mediocridad del mismo. Un frenético supuesto administrador, que lo menos que parece es cuerdo. En pie de guerra siempre, contra todo y todos aquellos que no le rinden pleitesías. Que asegura combatir la corrupción y la cultiva con sus más cercanos como hijos, primos, compadres y cómplices. Hemos llegado al hartazgo. Lo sabe, pero su odio, rencor, resentimiento es más grande que su sensatez. Tenemos miedo y si eso es lo que los populistas desean para el control, lo están logrando. También un repudio profundo, que tendrá un costo tarde que temprano. *** Están las víctimas, pero no los victimarios de la línea 12 del Metro y los niños con cáncer. Hay otros más que piden justicia y reciben desprecio de quien juró guardar y hacer guardar las leyes, que emanan de nuestra Constitución. La Nación se lo demandará. *** Y para las agruras del mole…usted sabrá qué tomar. Hasta la próxima.