Entre las cosas grandiosas que tiene el hermoso municipio de Papantla, Veracruz., y que seguramente la mayoría de los veracruzanos conocemos, es la existencia del majestuoso Festival Xanath, que se celebra a fines del mes de mayo o principios de junio, coincidiendo con el Jueves de Corpus Christi.
Dicha celebración tiene sus orígenes en la veneración que hacían los Totonacas a los dioses de El Trueno, La Lluvia y El Sol, haciéndoles honores para que los cambios de la naturaleza le trajeran riqueza a la tierra, y a ellos, prosperidad en abundancia; y a través de los siglos, se convirtió en una ceremonia que hasta nuestros días toma notoriedad en la región. Hoy, es un festival cultural y artístico que fusiona la celebración católica del Jueves de Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) con los rituales prehispánicos, haciendo que esa cultura continúe vigente, sumando a ésta, las tradiciones como las danzas y rituales, las exposiciones de artesanías, la herbolaria, la gastronomía regional, etc., que dan esplendor a la Feria del Pueblo.
En esta celebración, una de las 2 más bellas del Estado de Veracruz, – la otra sería el “Xantolo” en la región de Tantoyuca y Tempoal-, el pueblo junto a sus más importantes danzas, en el caso de Papantla “Los Voladores”, “Los Negritos” entre otras, recuerdan el mestizaje y el sincretismo religioso e indígena.
En esta feria-de fama nacional e internacional-, toma relevancia el “Festival Xanath”. En este festival, que narra la conquista española y el sometimiento y revelación del pueblo totonaca, que se celebra en la noche del Jueves de Corpus, miles de espectadores son testigos de la puesta en escena de este espectáculo. En un foro que simula la pirámide de los nichos, representativa de la zona arqueológica de “El Tajín”, más de 200 danzantes entran en escena, cuyo tema central es la conquista de los españoles y la imposición de la nueva religión. Al término de la presentación se da rienda suelta a la alegría y se encienden los fuegos pirotécnicos.
Pues esa representación, desde su origen, está basada en un libreto cuya autoría corresponde a un ilustre papanteco que ha honrado sus raíces en su paso por la vida, y me refiero al reconocido escritor (cuentista-humorista), poeta y abogado, pero además un ser humano de primera: Carlos Juan Islas Ricaño.
Carlos Juan escribió la historia o libreto, como una forma de contribuir a la creación de este majestuoso festival, sin embargo, al cabo de los años -y conforme fue tomando mayor importancia- muchos han ganado por la presentación, menos él, que es quien escribió la leyenda basada en datos históricos, para preservar la cultura por generaciones. Aunque si bien es cierto, que ha recibido homenajes y reconocimientos por parte de los Ayuntamientos y asociaciones que le valoran su creatividad y, no obstante tener registrado ante INDAUTOR el libreto, no ha recibido jamás regalías de éste, no obstante que del mismo ganan muchos, menos él.
Pero hablemos un poco de la historia de Carlos Juan Islas Ricaño. Nació en Papantla el 15 de mayo de 1935. Hizo sus estudios básicos en su tierra natal y para cursar el bachillerato tuvo que trasladarse a la ciudad de Xalapa, Veracruz, dado que en Papantla aún no se impartía ese nivel de estudios. Continuó preparándose y se tituló como Licenciado en Derecho de la Universidad Veracruzana y concluyendo, labora como catedrático en el Colegio Preparatorio de Xalapa (conocido como “Prepa Juárez” por estar ubicada en esa arteria de la capital). Desde entonces también se vincula a las actividades de difusión cultural y el arte dentro de la UV. Trabajó por un período en la ciudad de México en el Departamento del Distrito Federal y en la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES) y al volver a Xalapa es nombrado Jefe del Área de Artes, posteriormente Jefe del Área Editorial y Oficial Mayor de su Alma Mater.
Sus creaciones han sido difundidas en medios culturales tales como: El Buscapies (de la que fue director). El Caracol Marino, La Palabra y el Hombre, Nóema, Estela Cultural, Situaciones, Punto y Aparte, La Tarántula, y en la revista antológica El Cuento, de la Ciudad de México. Es autor de cuentos y leyendas maravillosas y de diversos textos humorísticos. Y de éstos últimos, por ser verdaderamente geniales, escribiré en otro artículo especialmente.
Su poesía ha sido recopilada en La Poesía Veracruzana (1984), en Antología de los Juegos Florales de Papantla (1958-88). Igualmente, en Tres Cuentos (1960), en Anuario del Cuento Mexicano (1962) (INBA) y el volumen colectivo Crónicas de una X(J)alapa denunciada. Algunos de sus principales poemas son: Perfil de un corazón ausente y otros poemas sueltos (1957); Una espina de sal (1959; Palabras reunidas por tu ausencia (1962); Amor y desamor solo un instante (1982). En prosa: Isidoro Istacu (1962); Cuentos para ser contados (1985). Entre muchos otros.
Pero si algo se le puede reconocer a Carlos Juan, es su genialidad humorística, esa que hace reír con el chiste fino, con la gracia del que narra una historia o una anécdota y que evoca recuerdos en la descripción de personajes que se asocian al acontecer de un Xalapa hermoso o de otros sitios en los que él ha convivido. Y para muestra de estas narrativas sólo menciono algunas de sus obras: Después de las palabras, El de En Medio, Nuevas leyendas y ficciones en la Atenas, Pequeño Mamutsse y lustrado, Breve historia de la luz antigua, Papantla: Volver a casa, Los recuerdos del tiempo, entre muchas otras.
Luego entonces, debemos reconocer en Carlos Juan Islas, a un hombre talentoso que hoy en su adultez plena, aún continúa brindando a sus amigos esa excelente conversación que le caracteriza, en la que abundan las anécdotas, los pasajes de sus libros y desde luego sus recuerdos de una época maravillosa de la bella Xalapa, en que se podía disfrutarla en todo su esplendor. Tiempos que muchos vivimos y desde luego extrañamos.
Por lo tanto, así como Papantla ha tenido en sus hijos a personajes importantísimos como Serafín Olarte, Roberto Curti, José de Jesús Núñez y Domínguez, Manuel Maples Arce, María Gutiérrez, Concepción Fuentes, María de la Luz Lafarga Urrutia ( Lazara Meldiú), Fernando Gutiérrez Calderón, Teodoro Cano, entre otros valiosos personajes, tiene en Carlos Juan Islas Ricaño, al hombre creativo, estudioso, escritor y poeta, que ama profundamente a su tierra y que a través de su obra , ha puesto muy en alto el nombre de Papantla frente al mundo , siendo un orgullo para los Veracruzanos y Mexicanos.
Gracias y hasta la próxima.