“No es difícil tener éxito. Lo difícil es merecerlo.” – Albert Camus.
Evidente es pasado el proceso electoral intermedio del 6 de junio, que dejó magníficos resultados para el actual régimen el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, comience a escalar en la probabilidad de imponer a su sucesor, claro bajo la premisa de dar continuidad a esa máxima política que construyeran los gobiernos autoritarios del priismo recalcitrante del siglo pasado.
Aun cuando la práctica del dedazo fue elemento sustancial del llamado a la apertura democrática del país, empleado por el Partido Acción Nacional (PAN) para alcanzar la alternancia, no quedó de lado, y se continuó empleando por los mismos presidentes emanados de esa fuerza política.
Así tanto Vicente Fox como Felipe Calderón impusieron a sus sucesores, “haiga sido, como haiga sido” diría el clásico mexicano, aun cuando lo nieguen.
Con base en ese escenario y fundamentado en el hecho de que en política nada es casualidad, el movimiento de fichas para encarar el proceso de sucesión ha comenzado a rodar.
Y el gobernador de Veracruz no está ajeno a ese derecho irredento al que no habrá de abdicar, y es así como se afirma que ya tiene sobre su escritorio tres fichas curriculares, así como la de antecedentes e historias no contadas de los tres primeros personajes que se afirma serán los tapados del mandatario para sucederlo.
Es innegable que aun cuando desde su llegada al poder Ejecutivo existe un evidente y claro acuerdo por facilitarle todo a Rocío Nahle García para ser la primera gobernadora veracruzana, el mandatario, hará su lucha por dejar alguien más a modo, que le pueda cubrir la retaguardia.
Así personajes como José Luis Lima Franco –secretario de Finanzas y Planeación-, Zenyazen Roberto Escobar García –titular de la Secretaría de Educación-, y Juan Javier Gómez Cazarín, artífice de cuanta iniciativa se le ha ocurrido al gobernante bajo el auspicio y conducción del tlatoani de Otatitlán, serían los mejor posicionados.
El presidente López Obrador habrá de ser finalmente quien con su famoso dedito señale e incline la balanza a favor del personaje responsable a suceder al catedrático universitario.
Lo cierto es que, llegado el momento, Morena habrá de tener la caballada más fuerte de posibles aspirantes, porque eso de que la señora Nahle la habrá de tener todas y de a pechito difícilmente será así.
Sino que le pregunten al alcalde electo de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil quien a pesar de tener esta importante encomienda –la que seguramente habrá de navegar contra corriente- pues no se la facilitarán, habrá de estar en la primera línea de salida en pos de la sucesión gubernamental en el 2024.
Los tapados de Cuitláhuac ya traen reflectores y tremendas lupas de seguimiento.
Al tiempo.
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