“La ambición nunca queda satisfecha.” – Jean de Lebrune.
Los romanos lograron incrementar su poderío militar a lo largo de los siglos gracias al desarrollo de la ingeniería y la arquitectura, la principal obra que desarrollaron sin lugar a dudas es por mucho la construcción de caminos empedrados.
Esa simple acción hace cerca de 2 mil años, permitió y potencializó su poderío militar, quedando en muchos de los casos como evidencia fiel de su inmenso desarrollo.
Con base en ello, nos preguntamos realmente qué cultura posterior a la romana, dejó evidencia de su desarrollo con base en el avance y unión de las carreteras.
En México la mayoría de las entidades han pugnado por el avance de sus poblaciones con base en ello, pero por desgracia en Veracruz, pocos han sido los responsables de realizar la tarea de manera destacada.
Quizá la última administración federal a cargo del Centro SCT que realizó su misión de manera correcta, fue con el panista Agustín Basilio de la Vega, después de su gestión, la entidad ha tenido que sufrir del saqueo descomunal y el abandono de las mismas, algunas intransitables en todos los aspectos.
Veracruz es por mucho el estado en la que sus carreteras se han ganado el mote a pulso de las “carreteras de la muerte”, la autopista la Tinaja – Cosamaloapan y más adelante hacía la zona de San Andrés Tuxtla – Minatitlán son ejemplos claros de esa condicionante.
Agustín Acosta Lagunes, ex gobernador de Veracruz tuvo la visión de interconectar al norte y al sur de la entidad mediante la construcción del Puente Coatzacoalcos II y por supuesto, gestionó junto con Tamaulipas el desarrollo del puente que intercomunica Pánuco y Tampico.
Pero su sueño de crear la conectividad necesaria para el movimiento de bienes y servicios ha sido aún por desgracia algo que no se logra consolidar.
Este reportero alejado unos días de la vorágine informativa, se dio tiempo para recorrer las carreteras veracruzanas, llevándose por sorpresa, la lamentable evidencia del pésimo estado de muchas de ellas.
Mismas que inclusive el propio presidente López tuvo que visitar el pasado fin de semana para intentar destrabar proyectos de interconexión en la región de Martínez de la Torre – Costa Esmeralda.
El trabajo desempeñado por el aún coordinador General de la SCT en el estado de Veracruz, Ramón Álvarez Fontán, evidencia el abandono y el saqueo al frente de un área en la que los perjudicados somos todos.
Las desastrosas gestiones de personajes como William David Knight Bonifacio incrementaron la brecha de abandono, pero lo más grave a un es que hace la Secretaría de Comunicaciones, Infraestructura y Obras Públicas respecto a las carreteras estatales.
Ya ni hablar del lugar que ocupa Veracruz en el Índice de Competitividad Mundial por la calidad de su infraestructura.
¿Qué hace Elio Hernández Gutiérrez? ¿A quién le rinde cuentas en ese sentido?, ¿es innegable el nivel de abandono en el que miles de kilómetros se encuentran, convirtiéndolos en verdaderas carreteras de la muerte? ¿Quién evalúa y supervisa el trabajo del actual director General de Construcción de Caminos y Carreteras Estatales, a cargo supuestamente de Gerardo Gómez Salazar?, ¿Qué han hecho con los mil 632 millones 102 mil 435 pesos asignados en el POA 2021 para la dependencia?
Si el presidente López tuvo que venir a exigir resultados, así es el tamaño de la porquería de gestión en la que se hunde Veracruz, que por mucho tiene las peores carreteras del mundo.
Al tiempo.
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