Mariana Rodríguez, sorpresa electoral

Hacer política en México requiere de amplios conocimientos sociales y en estas elecciones de 2021 se demostró que también se requiere de un intelecto digital, pues aquellas figuras políticas que se limitaron a emular fórmulas y propuestas de antaño o a intentar imitar lo que funcionaban en otros estados vieron perdidas sus candidaturas e incluso sus partidos.

En 2012 la clave para conquistar al electorado estaba en las pantallas de televisión, en personajes que con su protagónico papel lograban atrapar con encanto a los votantes, quienes veían a dos figuras atractivas como la mejor opción para el gobierno de nuestro país. En 2021 la atención se ha trasladado a las pantallas móviles y Nuevo León es punta de lanza para prestar atención a estrategias urgentes en el resto del país.

Si en la elección presidencial de 2012 el triunfo de Enrique Peña Nieto tuvo que ver con su espectacular matrimonio con Angélica Rivera, en esta ocasión el triunfo de Samuel García no existiría sin Mariana Rodríguez. La diferencia es que ahora el producto es el recién electo gobernador de Nuevo León y no su relación. Gracias a su esposa, reconocida influencer y empresaria, Samuel García ha salido triunfante en uno de los principales estados del país.

Si bien el futuro gobernador ya cuenta con una llamativa trayectoria en la política, es de reconocer que éste debe su popularidad y triunfo a su cónyuge, quien supo transformar su imagen de hombre machista a joven entusiasta e innovador por el entorno. Mariana mostró a través de sus redes sociales con más de un millón seiscientos mil seguidores a un Samuel García preocupado por los animales, alguien entregado a su campaña y sobre todo se mostró ella en actividades cotidianas como la pega de calcas, compartió de manera constante su vida al lado de su Marido, cautivando a más de uno en su reality show digital.

Todo el tiempo a través de las pantallas de una de las influencers más reconocida del país no tuvo costo y aunque los partidos adversarios quisieron señalar en repetidas ocasiones que eso debió monetizarse, lo cierto es que sus reclamos eran improcedentes porque actualmente no contamos con regulaciones en materia de internet que limiten la libre expresión de las personas, por ende Mariana Rodríguez tuvo en todo momento con el derecho de promocionar todo tipo de productos, eventos, e incluso a su pareja.

Mientras otros partidos intentaron hacer incursiones forzadas en las múltiples plataformas digitales, algunas quizás demasiado evidentes como la presentada en plena veda electoral por el partido verde, Mariana demostró un amplio conocimiento de sus audiencias y dejando a más de uno sorprendido comprobó que es más que una cara bonita. Pese a tener también múltiples tropiezos ante los ojos de otros cuando hablaba de su vida como esposa y compartía parte de sus lujos con los seguidores, la influencer regiomontana tenía perfectamente determinado a su público, entendió que esos elementos por los que otros le señalaban eran justo los motivos cruciales por los que gran cantidad de personas la seguía. Supo poner los reflectores en su marido como si se tratara de un producto y no de un candidato en plena contienda electoral. Hizo que la risa fuese el impulso principal, que lo aspiracional pesara más que la posible conciencia en sus votantes.

Mariana deja grandes lecciones políticas y mercadológicas, pero sobre todo logró que más de un partido intentara imitar sus estrategias sin obtener el menor resultado y ahora que se ha ganado la elección no vamos a hablar del próximo gobernador, hablaremos de la primera dama. Incluso a nivel internacional se ha ganado todo tipo de atención, pues para muchos ha sido la mayor sorpresa electoral. Sus contrincantes comenzaron minimizándola e incluso la consideraban un chiste, un meme más en el mundo digital, pero fue esa replica constante la que arrasó en las urnas el pasado 6 de junio, donde el video más simple pasó a volverse el lema electoral: Fosfo, Fosfo.

La reconocida influencer ahora es considerada más que una empresaria pues transformó los likes en votos, construyó al candidato ideal para el público de su Estado y quizás esa es la clave de su éxito, entender qué querían las personas y el punto de su hartazgo para poder darle a la persona que más llamaría la atención. En medio de propuestas semejantes Samuel García contó con una campaña llamativa, dirigida a un público joven y ahora le tocará demostrar que esos likes y votos valen la pena, mientras que Mariana además de primera dama y empresaria, bien podría ser una nueva asesora política.

Related posts

¿Somos tan frágiles ante la llegada de la IA?

Una falacia informativa en la era digital

Una mirada urgente al sur