“Cuando pierdes, no pierdes la lección.” – Dalai Lama.
Sin temor a equivocarnos el contundente y rotundo triunfo de Morena en el proceso electoral del pasado 6 de junio nos invita a la reflexión profunda de lo que está pasando en la entidad y en el país.
Mientras el proyecto de la 4T acumuló una estrepitosa baja en su votación nacional, al perder según cifras de militantes como Alejandro Rojas Díaz Durán, cerca de 15 millones de votos en comparación con el proceso anterior de 2018. https://twitter.com/rojasdiazduran/status/1402013726790668290
Resultado del desgaste que representa ser gobierno, al pésimo manejo de la pandemia, la crisis económica, así como al desafortunado manejo político-partidista que generó el proceso de designación de candidatos.
Aun con ese escenario nacional, Morena en Veracruz, entrega excelentes cuentas al presidente, pues se consolida como el estado más Lópezobradorista del país, con un centenar de Ayuntamientos ganados, 17 diputaciones federales, y 27 diputaciones locales.
Pero el resultado no es casual, tampoco es resultado de un estupendo gobierno estatal, por el contrario, la victoria no pudo ser más amplia, en gran medida al distanciamiento social entre el Gobierno Estatal y la ciudadanía.
¿Pero que hizo posible entonces este resultado? Se cuestionan los analistas, ¿qué provocó que el resultado fuera tan contundente para un proyecto aparentemente derrotado?
La respuesta es sencilla y consta de la conjunción de dos hechos, el primero una estupenda operación política a ras de suelo, esa que no se ve, pero que se siente, y en la que los morenos se han convertido en especialistas.
Ahora con el respaldo que les dan los programas sociales y por supuesto las carretadas de dinero que les significa ser gobierno, los implicados hicieron una estupenda chamba.
Manuel Huerta Ladrón de Guevara, junto a Juan Javier Gómez Cazarín y Zenyanzen Escobar García son los artífices del triunfo, su presencia en las comunidades, supervisando, conversando, dedicando tiempo inclusive los fines de semana y días no festivos a controlar las estructuras que dan los Programas del Bienestar, en gran medida confirmaron el apabullante triunfo.
Las ausencias notorias fueron de quienes despachan en Palacio de Gobierno, a quienes les dieron la senda instrucción de no meterse para nada en la operación que garantizará el triunfo, bajo amenaza de vean y aprendan.
Los que saben, aseguran que como siempre, llevando la contraria, el cacique de Otatitlán habría complicado las cosas, porque donde metía las narices, el saldo de sangre y violencia se hizo latente.
Por fortuna, reportes puntuales hasta el mismo Palacio Nacional, le maniataron, para que no regara el tamal, que cual zacahuil huasteco había que manejarlo con sumo cuidado.
El otro factor que hizo posible está operativa y funcional aplanadora la puso la oposición, de la mano de un grupo de traidores y simuladores políticos que no tienen un poquito de progenitora, pues evidenciaron de cuerpo completo las formas en que realizan política partidista.
Casos como el ocurrido en Xalapa, a donde dejaron literalmente solo a David Velasco Chedraui a pesar de simular arroparlo, confirman que esos grupos enquistados en el PAN, PRI y PRD son reales y no tienen escrúpulos, con tal de beneficiar a sus intereses personalísimos.
Un ejemplo clarísimo lo tuvieron militantes de uno de estos partidos, quienes el mero día de la operación política, no distribuyeron los recursos asignados para pagar a los representantes de casilla, los que debían garantizar el cuidado del voto a pie de urna.
Así de escandaloso y vergonzante fue la traición, sin hablar de los que literalmente obligaron a sus estructuras a operar y votar por la misma aplanadora morenista, con lo que en sus obtusas mentes vengar sus derrotas pírricas era la medida a seguir.
De igual modo, la estrepitosa derrota de estos partidos políticos tradicionales e incluso aquellos de reciente creación, los cuales no salvarán el registro, confirma el hartazgo ciudadano hacia los partidos políticos y sus cuadros, los cuales siempre son los mismos.
La falta de ingenio y creatividad, de cuadros nuevos, jóvenes y personas maduras, con la experiencia y el saber necesarios para hacer gobierno, con la construcción de agendas sociales, municipales, ambientales, hace evidente el replanteamiento de sus propuestas si pretenden encarar el futuro inmediato.
Urge depurar y replantear a la oposición por el bien de Veracruz y México, de no hacerlo, la aplanadora de Morena seguirá mostrando efectividad y contundencia, pues la madriza aplicada este domingo, mantiene aún en shock a más de tres.
Al tiempo.
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