“El gobierno es bueno cuando hace felices a los gobernados y atrae a los que viven lejos.” – Confucio.
El nulo impacto provocado en las campañas de las y los candidatos emanados de la Cuarta Transformación, alarma a más de uno.
La postura oficial, ha llegado a la máxima de intervenir en la vida pública y política de mujeres y hombres, que explotados en sus capacidades deben garantizar el triunfo irrefutable de Morena en las urnas.
Pero lamentablemente al parecer este 6 de junio la sociedad habrá de darle una demostración de hartazgo a sus actuales representantes populares.
Lo que fue en el pasado Tsunami electoral difícilmente habrá de repetirse.
Así es como en esa suerte de buscar intentar arrebatar la elección Morena a través del Estado o incluso de personajes irrelevantes pretende dirigir las baterías hacia opositores ficticios, a los cuales ve con terror, sabedor del resultado de la película.
Así en un franco atentado contra la Iglesia Católica un sujeto de nombre Apolinar Jaime Franco Masias, quien se ostenta como el alcalde suplente de Camerino Z. Mendoza, está enviando una misiva al líder de la Iglesia Católica Mundial, Jorge Mario Bergoglio en su papel de sumo pontífice.
La denuncia que fue enviada al mismo Vaticano, señala que tanto el Arzobispo de Xalapa, Hipólita Reyes Larios, como el vocero de la misma Arquidiócesis, el presbítero José Manuel Suazo Reyes, habrían violado sistemáticamente la normatividad electoral vigente, al hablar y tocar temas electorales en sus mensajes episcopales.
Para mala suerte del denunciante y de quien lo mandó hacer tremendo papelote, afirman expertos en la materia, en ningún momento los escritos consignados por la Arquidiócesis de Xalapa realizan propaganda o crítica a favor de partido o candidato alguno.
Por el contrario, refieren si, sobre la importancia que los ciudadanos y católicos participen en las elecciones y se realiza un somero análisis de la realidad que se vive en el territorio veracruzano, lo cual no puede ser considerada una falta a la normatividad electoral.
Queda demostrado por ende que, la proximidad de la jornada electoral del 6 de junio, ya tiene puesto de cabeza a algunos, que no saben de qué manera enlodar y manchar la reputación de un apóstol dedicado a su misión pastoral, sólo por filias y fobias.
Es evidente que mucho de lo que mueve esta patraña con nombre y apellido, se refiere a la violación sistemática del Gobierno para intentar seguir atrayendo agua a su molino.
Por lo demás me parece que es más producto de una animadversión contra el Arzobispo, que otra cosa, al grado de involucrar a su propia familia en enjuagues de naturaleza electoral.
Cabe resaltar que la Iglesia Católica en ningún momento viola absolutamente ninguna Ley Electoral Vigente, pues no realiza campaña a favor de uno o de otro partido político.
Sus llamados y posturas van más al análisis y revisión exhaustiva de la labor educativa y pastoral de la Iglesia, misma que está basada en el hecho de acudir a los valores como parte fundamental en una sociedad, que debe respetar el marco normativo y con ello cumplir con sus derechos políticos y civiles de cada individuo.
Ante el intento desfachatado de empañar e involucrar a la Iglesia, solo cabe una reflexión de la actriz norteamericana Eleonora Duse: “El mayor peligro de engañar a los demás está en que uno acaba inevitablemente, por engañarse a sí mismo.”
Este 6 de junio a pesar de que te digan en el Gobierno, Morena y sus aliados que vuelvas a votar por ellos, detente, reflexiona y vota; por el que te plazca o convenga tu voto, votar por lo mismo, habrá de tener consecuencias.
Al tiempo.
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