Muchos legisladores, pocas leyes

Nos han acostumbrado a pensar que los legisladores son parte importante de la democracia, que las autoridades electorales defienden la democracia, que las instituciones crean un Estado sólido, que la división de poderes fortalece al gobierno. Esto es real en la teoría, pero en la práctica es muy diferente, sobre todo porque todas estas instancias están compuestas por seres humanos con virtudes y defectos. A veces con más defectos que virtudes.

El reflejo de estas entidades es lo que vale, y los nombres de sus edificios se quedan en simples membretes cuando los seres humanos que las manejan no cumplen con su responsabilidad. Así que no hay instituciones indispensables, lo indispensable es que se manejen con claridad.

Este es el caso del poder Legislativo, donde podemos ver que, en el caso del Congreso, de 500 diputados federales algunos no asisten, otros sólo calientan su curul, otros sólo sirven para levantar la mano por consigna y son muy pocos los que defienden los ideales de sus partidos en tribuna. El resto son fantasmas que van y vienen al Palacio Legislativo, si todos sabemos esto, debe hacerse algo al respecto.

El Congreso de la CDMX es un ejemplo de este despilfarro innecesario que sólo reproduce parásitos, es decir, quienes se acostumbran a ganar dinero sin mucho esfuerzo quieren vivir así el resto de su vida, condición que caracterizaba a la burocracia del pasado.

El Instituto Mexicano para la Competitividad informa que el congreso local de la capital del país es el más costoso de México, según el informe legislativo 2021 la capital destinó mil 744 millones de pesos este año a su Congreso, el cual consta de 66 diputados. Es decir, la Ciudad de México gastará este año 26.4 millones de pesos por cada legislador, lo que significa más del doble del promedio nacional, que se ubica en 12 millones de pesos, según dicho informe, que añade: “Un congresista del Estado de México cuesta la mitad de eso, y uno de Campeche un cuarto del costo de un diputado del congreso capitalino”.

El segundo cuerpo legislativo más costoso es el del Estado de México, con 985 millones de pesos, y tienen mayor población que la capital.

Lo mismo sucede con el resto de los congresos locales y, desde luego con el federal, donde ya no se justifica la presencia de diputados y senadores de mayoría relativa, al contrario, ahora son producto de encono entre partidos y autoridades electorales, que tratan de hacer cuentas poco claras a la hora de otorgar mayorías, pudieron evitarlas recortando 200 diputados que sólo utilizan el cargo como trampolín para otros puestos, pero que en ese lapso no hacen nada.

La representación proporcional surgió cuando no había partidos de oposición. Ahora esta ha dado un giro de 180 grados y la representación relativa sobra. Estados Unidos con 51 estados cuenta con 435 representantes, nosotros con 32 tenemos 500 diputados y 128 senadores. Se trata de un Poder Legislativo obseso e innecesario que sólo puede justificarse para atraer simpatizantes y parásitos a la hora de hacer política de verdad.

Desde luego que el nivel de politización en el vecino país del norte no es el mismo de México ni la historia puede asemejarse a la de ellos, pero los números hablan por sí solos. La representación real es cuando el legislador acude periódicamente con los votantes, no necesita de más representación que la de un verdadero diputado o senador, pero se ha vuelto costumbre que son semidioses a los que nadie puede ver, ni saludar ni pedir explicaciones.

Los legisladores locales y federales deben estar junto al pueblo no sólo en tiempos de campaña sino durante su periodo, y es la gente la que lo pedirá como presidente municipal, como senador o como gobernador, pero ellos no tienen derecho a escoger el destino de su carrera política, son representantes, son nuestros colaboradores y quien decide sobre el destino de su carrera, -dependiendo de su eficacia- es la gente, no ellos.

La percepción que nos han impuesto es que son intocables por el fuero, pero también inalcanzables.

Veamos cómo están los números en dos partidos, uno de los mayoritarios y el otro poco afortunado por los votos, es el caso de Morena y Movimiento Ciudadano, los cuales gastaron más de lo que la Cámara de Diputados entregó a sus bancadas para el periodo que va de septiembre de 2020 a febrero de 2021.

Según el Informe Semestral de Egresos de los ocho grupos parlamentarios que componen San Lázaro, Morena sobrepasó sus ingresos: recibió 154 millones 393 mil pesos, pero erogó 165 millones 601 mil pesos. Es decir, que gastó 11 millones 208 mil pesos de más.

Movimiento Ciudadano, con sólo 25 diputados federales. Recibió 28 millones 651 mil pesos, pero gastó 29 millones 204 mil pesos, es decir, 553 mil pesos más.

La depuración del Poder Legislativo debe hacerse de inmediato y no sólo por austeridad sino por decencia, para darle mayor honorabilidad a nuestras soberanías y que haya legisladores que legislen desde tribuna, lugar que últimamente pareciera balcón de vecindad. PEGA Y CORRE. – Sigue el proceso de hacer de la política una acción policiaca, porque ahora resulta que el director de la CIA; William J. Burns, está en México. Si hay transparencia debemos saber los mexicanos puntos y comas sobre la razón de su visita… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

 

angelalvaro@hotmail.com

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