Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo
El domingo 18 de abril del presente, falleció la Doctora Alicia Arellano Tapia, madre de Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora del Estado de Sonora. Sin embargo, su figura no trasciende por el parentesco con Claudia su hija, sino porque, ella fue y seguirá siendo un referente de las mujeres que destacaron en la política, en tiempos en que prácticamente era imposible que pudieran llegar éstas a los cargos de alta envergadura o a espacios de toma de decisiones de alto nivel.
A Doña Alicia, la tengo identificada como un personaje de excelencia, en mis 2 libros[1], pues la historia la ubica como una de las “Primeras de México”, pues fue, junto con Doña María Lavalle Urbina (Estado de Campeche), una de las dos primeras Senadoras de la República siendo integrante de la XLVI-XLVII legislatura, en el período 1964-1970. Y como un modesto homenaje a su memoria quisiera recordar algunos pasajes de su vida.
Doña Alicia Arellano tapia, nace en Magdalena de Kino, Sonora el 8 de Julio de 1925. Sus padres fueron Don Jesús Arellano y Virginia Tapia, y fue la décima quinta hija de una familia de 18 hermanos. Tiempos que obligaban a salir de los pueblos a los adolescentes para ir a estudiar a las grandes ciudades y prepararse para la vida. De esta manera Alicia se va a la Ciudad de Guadalajara, Jal., a estudiar el bachillerato y posteriormente estudia la carrera de Odontología, profesión que ejerció y combinó muy bien con su vocación política.
Fue de las impulsoras del voto en su estado natal y apoyó a las pioneras de esta iniciativa para lograr los derechos universales para las mexicanas, acontecimiento que se consolida en el plano nacional en 1953, lo que fue un gran aliciente para las mujeres que traían en sus venas la vocación del servicio público.
Doña Alicia regresa a Sonora y contrae nupcias con el Doctor Miguel Pavlovich Sugich (finado) con quien procreó 2 hijas: Alicia y Claudia Artemiza Pavlovich Arellano, alternando su función de madre, esposa y profesionista con el de política comprometida, destacando por sus dotes de liderazgo en su región, logrando ser diputada local (1953-1956) y Senadora de la República (1964-1970). Fue también, primera mujer alcaldesa de Magdalena de Kino en 1972. En ese período -para ser exactos el 21 de octubre de 1974-, tuvo lugar en esa ciudad la entrevista de los presidentes Luis Echeverria Álvarez (México) y Gerald Ford (Estados Unidos) en un momento difícil en donde se presentaba un distanciamiento en las relaciones de ambas naciones. Como buena anfitriona del encuentro de esos dos mandatarios, envió un mensaje muy oportuno y sensible de unidad, respeto y de colaboración entre países hermanos. Posteriormente en 1979 a 1982, fue alcaldesa de Hermosillo, Sonora. Se le recuerda, como una excelente presidenta municipal, pues en su gestión a esta capital se le reconoció como la ciudad más limpia del país. Doña Alicia, pudo haber llegado a estratos superiores en su vida política, pero los prejuicios aun prevalecían y difícilmente podía concebirse a una mujer en cargos de Gobernadoras o en niveles aún mayores de la política. Por ello, se retiró de esta actividad a fines de la década de los 80, pero continuó desarrollando acciones a favor de los sonorenses, pues el amor a su tierra y la vocación de servicio no la perdería nunca.
Doña Alicia fue objeto de innumerables reconocimientos a través de su vida, por su trayectoria y por su calidad de mujer comprometida por las mejores causas de su estado y del país. En 2012 la Cámara de Diputados le hizo un homenaje a las 2 primeras Senadoras de la República, y en este evento, su hija Claudia expresó emotivas palabras al referirse a su madre, que hoy transcribo:
“Aprendí con Alicia Arellano, que la política es solo un medio y que el fin es la gente. Aprendí con ella que la política que sirve es aquella que le sirve a la gente…Yo sé, me consta de primera mano, que no fue fácil, para las pioneras que estuvieron en esta actividad, nunca fue sencillo.
“Vi y viví (a través de ella) las dificultades que las mujeres encontraban para integrarse a la política plenamente. Había que vencer obstáculos, por eso las pioneras deben ser reconocidas, porque dieron los primeros pasos, recorriendo por primera vez complicadas brechas, hicieron historia y con sus pasos dejaron huellas que muchas hemos seguido para transitar esos mismos caminos con un poco de mayor facilidad”.
Y concluyó diciendo: “Doña Alicia, siegue siendo solidaria con quienes fueron siempre su motivación: los que menos tienen y los que más necesitan …Doña Alicia, sigue vigente en el corazón de los sonorenses y creo también de muchos mexicanos, porque la vigencia es un privilegio de quien deja huella para siempre…” (Pavlovich Claudia (2012) [2]
Y le concedo toda la razón, porque con conocimiento de causa la hoy Gobernadora de Sonora, lo corrobora en el papel que en el presente le toca desempeñar, pues, si no es fácil como varón ser gobernador de un estado, mucho menos el ser gobernadora. Sin embargo, la capacidad, la experiencia y la sensibilidad que heredó de su madre le ha permitido servir a sus representados con respeto y firmeza, y seguramente en su momento habrá de salir airosa de la investidura que hoy ostenta, con la satisfacción de haberle dado en vida, a Doña Alicia, la dicha de verla en ese encargo, mismo con el que posiblemente soñó ella haber podido lograr en algún momento de su vida.
Descanse en paz una gran política y mujer de lucha y convicciones, mi respeto a su figura: Dra. Alicia Arellano Tapia.
Sonora está de luto y las mexicanas también.
Gracias y hasta la próxima
[1] Lladó, Zaida (2010) “La participación de la mujer en la vida política de México: avances, rupturas y cuentas por saldar” Ed. Privada; y “Primeras de México: mujeres del PRI” (2012), Ed. Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
[2] Boletín 0332, Senado de la República.