“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve y, por tanto, no conduce nunca a una paz permanente.” – Martin Luther King.
Grave por decir lo menos es el escenario político que afronta nuestro país, en medio del proceso electoral más relevante en la historia reciente, la nación es testigo de cómo la violencia política se ha institucionalizado al grado de ser parte de la operación regular del régimen.
Descalificar al árbitro electoral por aplicar la Ley sonaba a una actitud por demás natural y contestataria de quienes en otros momentos no pudieron acceder al poder, que a manera de catarsis siempre acusaban fraudes y mil complots más.
Pero llevar el tema al escenario de la institucionalización de la violencia siendo Gobierno, es verdaderamente demencial.
Las amenazas –gansteriles- vertidas por el senador con licencia, Félix Salgado Macedonio resultan verdaderamente de horror, en cualquier nación que se jacte de respetar y hacer cumplir el Estado de Derecho.
El guerrerense desde el plantón que mantienen junto a sus seguidores, subió a su templete un ataúd y una corona de muerto, para espetar: “Ha muerto el INE, se murió el INE”, para rematar con un “se murió Lorenzo”, en referencia a Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto. https://www.eluniversal.com.mx/elecciones/felix-salgado-da-por-muerto-lorenzo-cordova-consejero-presidente-del-ine
La actitud burda y descarada de atreverse a actuar como verdaderos trogloditas de la política, es simplemente la repetición de un comportamiento mostrado por el macho alfa de su manada.
Y es que a nadie deberá sorprendernos que esto esté ocurriendo cuando desde siempre, el hoy presidente, repitió a la saciedad frases como “al diablo las instituciones”.
Hoy que en México la violencia institucionalizada se aplica sin descaro para eliminar a la oposición, de nada debe asombrarnos la actitud por demás taimada de personajes como Salgado Macedonio, el mismo que hace años 21 años le profiriera a un político coatepecano como lo es Dionisio Pérez Jácome una serie de amenazas e improperios por no permitirle el uso de la palabra en la tribuna, siendo el veracruzano presidente de la Mesa Directiva del Congreso.
Ahí el guerrerense mostró su más pura clase.
“El lunes nos vemos las caras con Dionisio, dijo primero, y luego agregó: Yo no soy Irma Serrano, yo sí lo voy a madrear y delante aquí de todos y ¿a ver quién sale a defenderlo? https://archivo.eluniversal.com.mx/nacion/20080.html para seguir una retobada serie de improperios.
Así en otras partes del país, la violencia institucionalizada se aplica, a modo, según sea el designio del virrey de la región, porque si el presidente viola la Constitución, porque los otros mandos políticos no lo pueden hacer.
Así contemplamos la detención de la aspirante priísta a la alcaldía de Ciudad Juárez, Adriana Fuentes Téllez por evidentes instrucciones del actual gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral Jurado, quien no tuvo de otra que soltarla horas más tarde, ante el revuelo nacional que causo el uso de la fuerza y el evidente acto intimidatorio que quedó vídeograbado por seguidores de la política norteña.
Y si de violencia política institucionalizada hablamos ni que decir de Veracruz, en donde el gobernador Cuitláhuac García Jiménez delegó la responsabilidad de atender esos asuntitos en su finísimo secretario de Gobierno.
Quien con burdo tacto destrozo el Estado de Derecho con amenazas, intimidaciones y demás acciones ejecutadas, señaladas por la misma oposición. https://espejodelpoder.com/2020/10/23/acusa-sergio-cadena-que-eric-cisneros-amenaza-a-presidentes-municipales-del-prd/, http://jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id=201106_084741_247; https://presencianoticias.com/2020/11/07/acusa-prd-que-8-alcaldes-han-recibido-amenazas-del-secretario-de-gobierno-de-veracruz/
Este martes se cumple precisamente un mes de uno de los casos más claros y evidentes de violencia institucionalizada en Veracruz, expresada en el caso de Rogelio Franco Castán, a quien mantienen detenido como “preso político” del actual régimen.
Su asunto poco a poco escala y será llevado a la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington en los Estados Unidos, al ver que ni la misma Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) atiende y da celeridad al tema, evidenciando esa violencia institucionalizada de la que es presa todas las instituciones del estado mexicano.
Solo se les olvida que todo cuanto están haciendo tiene reparo el próximo 6 de junio.
Al tiempo.
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