Sergio Hernández traga sapos sin hacer gestos

Como aconsejaba don Adolfo Ruiz Cortines, el diputado local y fallido candidato del PAN a la alcaldía de Xalapa, Sergio Hernández Hernández, acaba de tragar sapos sin hacer gestos.

El escritor Carlos Fuentes recogió la frase y en su obra más emblemática sobre política (a la mexicana), La silla del águila, elevó a categoría de arte esa práctica: “La política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos”.

Siete días después de que su partido selló su alianza con el PRI y el PRD ante el órgano electoral del Estado, para llevar como candidato de unidad al priista David Velasco Chedraui, el panista salió ayer a fijar su posición.

Según mi punto de vista, hizo lo debido: dejó correr los días hasta enfriarse, para no reaccionar caliente y tomar acciones o anunciar decisiones que comprometieran más su situación política, lo que a mediano o a largo plazos puede compensarlo políticamente.

Lo hizo a través de un video en el que se le ve sereno y se le escucha en ocasiones enfático, en el que acepta la circunstancia, aunque afirma que no se da por vencido. Para mi gusto, reaccionó como todo un político profesional.

Dejó constancia de su disciplina, concepto que en los últimos años ha perdido casi todo su valor en la actividad política, cuando casi la mayoría de quienes no se ven favorecidos en alguna aspiración, con la mayor facilidad y sin ninguna vergüenza profesional cambian de siglas y colores, así el partido al que brinquen vaya en contra de sus valores, de sus principios y de sus convicciones personales.

Sergio tiene 11 opciones partidistas más para intentar su propósito, pero, aunque afirma sentir “una gran decepción” por lo que pasó, lo que califica como un “golpe muy duro” para él, antepuso su interés personal a una causa mayor.

Dijo que no obstante todo su trabajo por ser el candidato, “sin embargo, el país vive un momento histórico y debido a eso se ha formado una gran alianza de oposición que busca frenar la destrucción que está haciendo Morena en este país… Los motivos por los que se tomó esta decisión, como acabo de decir, forman parte de una negociación más grande”.

Su mensaje, además de oportuno, no descuidó ningún detalle. Se muestra agradecido con la militancia y sus simpatizantes del municipio, así como quienes, en general, le han expresado su apoyo y acompañado en los últimos años.

No lo invade el derrotismo y no se muestra pesimista, cuando expresa que está acostumbrado a caer y a levantarse, y que esta ocasión no será la excepción, “ténganlo por seguro”. Es decir, no ha hecho un drama y menos se ha desahogado con improperios contra los dirigentes de su partido ni contra quien resultó vencedor en la contienda interna interpartidista, lo que lo coloca como un buen político, a secas, alguien que ha aprendido y que ha madurado, que sabe bien que en política se pierde y se gana y que nada está escrito para siempre.

Esto lo reconfirma su decisión de más absoluta lealtad a su partido, cuando expresa: “quiero compartirles que seguiré siendo panista y votando por Acción Nacional porque sé que el país vive un momento delicado y hay que construir contrapesos en la legislatura federal y en la local”.

Argumentos contundentes los suyos, los de quien ve no solo los árboles aislados sino el bosque entero, del que sabe que puede obtener frutos si sabe esperar.

Con su postura, de paso, desecha cualquier duda sobre la lealtad a su partido y a la causa de su partido, porque ante el prolongado anuncio de la concreción de la alianza hubo señalamientos mediáticos de que quería romper la coalición para favorecer a Morena, ya que, decían, estaba comprometido y obedecía a intereses del Palacio de Gobierno.

Y cuando anuncia que seguirá siendo panista y votando por su partido, está trasluciendo que lo hará por la coalición Veracruz ¡Va!, lo que, sin duda, fortalecerá la candidatura de David Velasco Chedraui.

Debe decirse que Sergio invirtió mucho tiempo, muchos recursos, mucha dedicación a lograr su candidatura, que trabajó en toda la demarcación municipal, incluyendo la cabecera con sus colonias y congregaciones, por lo que tiene un significativo capital político.

Su trabajo entre los 300 jefes seccionales, con más de 200 coordinadoras de sus Casas de Enlace y las más de 15 mil alumnas beneficiadas, dispararán el número de votos para el candidato del PAN-PRI-PRD y le complicarán el escenario al candidato de Morena, el senador Ricardo Ahued o a quien ese partido nomine.

A mi paso por la administración pública y por las áreas del manejo de la prensa partidista, muchas veces escuché a políticos con experiencia, curtidos en ese oficio, decir que ante circunstancias adversas que pudieran producir dolor, enojo, rabia, había que ponerse bloques enteros de hielo en la cabeza, para enfriarse, hasta enfriarse. Sergio, que duda cabe, lo ha hecho y bien.

Su caso, por lo demás, es un ejemplo para otros políticos que viven o pueden vivir una situación similar, aunque, ya hemos ido viendo, difícilmente se han contenido o se contienen y terminan en simples chapulines, en trapecistas políticos a quienes solo guía su afán de poder para satisfacer sus ambiciones personales.

Además, actitudes como la suya, le dan respeto, reconocimiento y lo hacen confiable.

Fijada su postura, para mí no será nada extraño que ahora, en cualquier momento, aparezca al lado de quien fue su contrincante David Velasco Chedraui.

En el palacio de gobierno deben estar tratando de hacer una contención de daños y viendo, de manera desesperada, cómo van a tratar de retener la presidencia municipal.

El diputado local aclaró que la suya era una versión de lo que realmente pasó. Tiene razón, hasta donde él supo o sabía. En realidad, la coalición o alianza con David a la cabeza había quedado cerrada y confirmada desde el 16 de marzo, aunque en las cúpulas nacionales partidistas, que lo sabían, al margen de la mesa estatal de negociación, se guardó la más absoluta reserva. La noche de esa fecha al columnista se le filtró, además con el envío de documentos, con la atenta petición que no se comentaran hasta que se hiciera el anuncio. Pero esa es otra historia, que en otra entrega comentaré con amplitud y detalles.

Sobre La silla del águila, de Carlos Fuentes, es un texto de lectura política sabrosa, ambientada a veces en escenarios del puerto de Veracruz, en la que, sin mencionarlo por su nombre, el escritor hace un retrato también de don Adolfo Ruiz Cortines, un sabio del quehacer político, cuya primera edición data de 2003.

 

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