No es uno, sino varios personajes que, en el intercambio de bienes y servicios han tenido éxito en la vida, inversionistas con las tendencias normales de habilidad en la competencia, de quienes he escuchado que, si en las próximas elecciones vuelve a ganar el partido de “ya saben quién”, buscarán la manera de emigrar del país.
Al considerarles por mi parte que, es menester agotar todas las fuerzas posibles para poder convencer y lograr un cambio, eliminando a la sarta de ignorantes y malos mexicanos que están llevando al país a la ruina, responden que, todos los inversionistas padecen del mismo terror, ser víctimas de las ocurrencias que han desincentivado la inversión privada, simple y sencillamente por caprichos y el gusto de quien, a decir de ellos mismos, ha estado acabando con el país, pues, así como de un manotazo se quitó el aeropuerto de Texcoco y canceló la planta de Constellation Brands, sin importar los miles de millones de pesos tirados a la basura, así también, ha acabado con la posibilidad de inversión y solo ha gastado en incrementar su fuerza con guardias y ejército y sus siervos de la nación. Se ha comprado la voluntad de los más ingratos y nefastos personajes para el país que en la cámara votaron a favor de la iniciativa retrógrada de modificar la Ley de la Industria Eléctrica, para en lugar de evolucionar y modernizarse, retornar a lo rudimentario con una mayoría de centrales que funcionan con combustibles más costosos o contaminantes, como son el combustóleo y carbón; a tal grado que, hasta la misma Comisión Federal de Competencia Económica, advirtió que viola los principios de competencia económica, y especialistas destacados también han alertado que dicha reforma, viola algunos de los principios contenidos en los tratados internacionales que ha firmado México en materia de comercio.
Coinciden en que, además de gastar en el beis bol y pagar a ninis y siervos de la nación, la capacidad económica que caracteriza al titular del ejecutivo federal, la está utilizando además de comprar consciencias, para impulsar a su partido y denostar a sus adversarios, inventando a gobernadores compras de hoteles y desarrollos inmobiliarios. Al gobernador de Tamaulipas, con toda virilidad, hace algunos meses, se refirió al ejecutivo federal para manifestarle que dejara la politiquería barata y se pusiera a trabajar por México, además de haberlos exhibido con una carta falsa, en la que inventaban las causas del apagón sufrido en Tamaulipas, como es característico de los déspotas, opresores y dictadores, la venganza ahora es manifiesta y hasta lo amenazan con quitarle el fuero y sin posibilidades de defenderse, y propiciar la psicosis social de propagar una mala imagen de los “mal llamados” adversarios, por ser de otros partidos políticos.
Todos coinciden en señalar que, hasta el mismo Tribunal Electoral ya está “maiceado”, al igual que la SCJN, coincidiendo la gran mayoría de los inversionistas, en lo increíble, que puedan existir feligreses que, a ciegas, hagan y crean lo que su mesías les pide. Por supuesto que, al clausurar fuentes de trabajo, existen más necesitados a quienes los emplean entonces, con salarios mediocres, para las brigadas de vacunación contra el COVID 19. Y, así como descaradamente apoya a un delincuente para ser candidato del Estado de Guerrero, de la misma forma se da sus baños de pureza que solamente él y sus chairos los pueden creer.
A groso modo, es la impresión que he recabado de las personas que son inversionistas de nuestra sociedad quienes, al ser los principales empleadores, se han percatado de todo tipo de obstáculos que se les han estado presentando a propósito, quienes se verían obligados a tocar la retirada ante el pánico de que existan confiscaciones, decomisos o requisas, como en los países socialistas; afirmando que mientras en otros países, sí aceptan las inversiones de extranjeros consideran serán mejor tratados que en nuestro propio país.