Veracruz: la violencia política ya está aquí

* Asesinan a precandidato de Morena a alcalde de Úrsulo Galván  * Atentado contra Nicolás Ruiz en Mina  * Trifulca entre seguidores de Chiquiyunes y Bingen  * El Covid de Amado  * 14 audios exhiben las broncas de Liliana Orantes  * Nanchital: Piña Balderas contra Brenda Manzanilla

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

15 de febrero de 2021

Con un tiro en la cabeza, otro en el cuerpo, Juan Gilberto Ortiz Parra dejó la vida, acribillado en el interior del vehículo en que se transportaba sobre la carretera que lleva a Cardel. Era aspirante a la alcaldía de Úrsulo Galván por Morena.

A Nicolás Ruiz Rosete, empresario ligado al PAN, precandidato a la presidencia municipal de Minatitlán por la alianza Veracruz Va, le arrojaron un auto en su restaurant, y en la batea de la unidad dejaron seis bolsas de plástico con dos cuerpos desmembrados.

Un comando armado ultimó a mansalva a Domingo Panzo Tecpile, que apuntaba a ser diputado local por Zongolica bajo las siglas de Movimiento Ciudadano.

Amagado, acusando amenazas del diputado Alexis García, de Movimiento Ciudadano, el ambientalista Miguel de la Torre Loranca mejor dejó la contienda y desistió de ser legislador por Zongolica. Era amigo del asesinado Domingo Panzo.

A Florisel Ríos Delfín, alcaldesa de Jamapa, del Partido de la Revolución Democrática, la hostigó el gobierno morenista de Cuitláhuac García, la maltrató el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, le desarmaron a su policía y tácitamente la entregaron al crimen organizado, que la levantó, la torturó, le soltó bala y hasta el tiro de gracia le dio.

Otro ex alcalde, Rafael Pacheco Molina, cacique perredista en Paso del Macho, que gobernó su municipio en tres ocasiones y era asesor del ayuntamiento actual, fue interceptado por sicarios que en un abrir y cerrar de ojos le arrancaron la vida.

Un año atrás, Juan Carlos Molina, diputado local del PRI, rebelde a los dictados de Morena, renuente a servirle de corifeo al gobernador Cuitláhuac García, frustrando con su voto la deposición ilegal del entonces fiscal yunista Jorge Winckler hasta que finalmente se consumó el atraco, fue acribillado a las puertas de su rancho en Medellín, a 20 kilómetros del puerto de Veracruz.

Y así la violencia que impone, el señorío del crimen organizado, el lenguaje de las balas, del levantón, la tortura y el miedo social.

Así, de cara a la elección del 6 de junio, donde la sangre comienza a correr, serpenteando por los caminos torcidos del poder, inundando con su tufo a muerte cada rincón del otrora apacible y bullanguero Veracruz.

La violencia política ya está aquí.

La violencia permea. Hace huir a unos, amaga a otros, engallarse a unos más y habitar en los panteones a los que estaban condenados a morir por acción política.

De todos, sólo Juan Gilberto Ortiz Parra era de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, pero de una corriente distinta al gobernador Cuitláhuac García.

Su referente era Jaime Humberto Pérez Bernabé, diputado federal por Papantla, de señalamientos mordaces, dardos directos que impactaban en la inmensa humanidad del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, alias Bola Ocho, al que el legislador acusó de intromisión en los temas internos de Morena y del desvío de recursos de la Sedesol estatal para planchar y agandallarse la elección de consejeros nacionales del partido obradorista.

“Hoy responsabilizo plenamente de cualquier situación que les pase a Eric Cisneros, secretario de Gobierno. No me vas a amedrentar, a mí no”, expresó Pérez Bernabé confrontándose abiertamente con Eric Cisneros. Y su pupilo cayó.

Ortiz Parra apuntaba a ser candidato de Morena y futuro alcalde de Úrsulo Galván, municipio cercano a la costa, ubicado entre Xalapa, la capital del estado, y el puerto de Veracruz, tierra en que la violencia viene lo mismo del crimen organizado que desde los círculos de poder.

Ahí, en Úrsulo Galván, desaparecieron seis policías en tiempos de Javier Duarte. Cogobernaba Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública de Veracruz, y un comando armado, presuntamente un grupo policíaco de élite, realizó el levantón. Nunca se volvió a saber de los uniformados.

A Gilberto Ortiz Parra le llegó la muerte camino a Cardel, el jueves 11. Se le halló con dos impactos de bala, uno en la cabeza, otro en el cuerpo. Su cuerpo quedó ladeado sobre el asiento del automóvil. No tuvo tiempo de reaccionar ni huir.

A Nicolás Ruiz Rosete, empresario constructor, ex síndico municipal, le destruyeron los cristales de su restaurant La Estación impactando una camioneta contra los ventanales y rociándoles bala. En la batea de la unidad dejaron seis bolsas de plástico, en cuyo interior hallaron dos cuerpos desmembrados.

Nicolás Ruiz es precandidato a la alcaldía de Minatitlán por la coalición PRI-PAN-PRD, luego de ganar este domingo 14 domingo la elección interna panista.

Horas después de ocurrido el atentado —1 de febrero—, Ruiz Rosete advirtió que no se irá de Minatitlán. Es generador de empleo e inversionista, adujo. Y, presume, no se deja amedrentar.

La violencia no le es ajena. Hace un año una procesadora de materiales de construcción, negocio suyo, fue atacada a balazos. Y en las redes no hay día que no sufra propaganda negra, memes hirientes, denuestos y acusaciones lanzadas desde cuentas apócrifas, el anonimato perverso que le imputa ser banda con el crimen organizado.

Y aún así, es el candidato a vencer en Minatitlán.

Es ya una piedra en el zapato de Morena. Tres años atrás contendió por la alcaldía de Minatitlán y se quedó a menos de mil 500 votos de vencer, no a Nicolás Reyes Álvarez, que es un cero a la izquierda, sino al efecto López Obrador. Hoy, de ganar la interna del PAN, se transformaría en el fantasma que atormenta al morenismo aunque siga colocado en la mira del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros.

Hay vientos de violencia política y Veracruz cruje. Gilberto Ortiz Parra está muerto. A Nicolás Ruiz le arrojan cuerpos desmembrados, obvio el mensaje, obvio el siniestro remitente, cuyos alcances son, por decir lo menos, demenciales. Porque cualquiera amenaza pero no cualquiera dispone de restos humanos fragmentados y los lanza al negocio del rival político.

Hay, pues, líneas que unen los hechos violentos con el círculo de poder.

A Gilberto Ortiz Parra lo situaban en la línea del diputado federal Jaime Humberto Pérez Bernabé, el que lanzó un reclamo singular a Eric Cisneros: “No me vas a amedrentar. A mí no”.

Ruiz Rosete es el candidato incómodo para el morenismo de Minatitlán y para el gang de palacio de gobierno.

Florisel Ríos Delfín, ex alcaldesa de Jamapa, levantada el 11 de noviembre de 2020, torturada, asesinada, incluso con tiro de gracia, sentía el asedio de Eric Cisneros —y así lo señaló en una entrevista previa a su muerte—, su maltrato, las denuncias contra el director de Obras y la tesorera, una orden de aprehensión contra su esposo, que finalmente se cumplimentó, y el desarme de su policía municipal. Sólo faltó que Cuitláhuac y Bola Ocho le dieran el balazo final.

Domingo Panzo Tecpile, ex alcalde de Tehuipango, fue acribillado por sicarios en el interior de su negocio de ropa, el 13 de diciembre de 2020. Era suplente del actual legislador, Alexis García, y apuntaba a ser candidato a diputado local por Zongolica.

Miguel de la Torre Loranca, ambientalista, acusó amenazas del diputado Alexis García, de Movimiento Ciudadano, y por ello desistió de aspirar a la diputación por Zongolica.

Y así los odios políticos, la amenaza, las balas, la tortura, el crimen, el luto y el dolor.

Unos mueren por la insidia; otros sienten que la muerte los ronda; unos más conviven con la amenaza y el amago; otros yacen ya en la tierra de los camposantos como estampa de la brutalidad que gobierna a Veracruz.

Así se va cumpliendo el proyecto de poder del crimen organizado, que impone candidatos y elimina al que no se arrodilla. Van cayendo los aspirantes, los precandidatos y habrá de escandalizarse Veracruz cuando el saldo rojo sea factor en la estadística de la elección.

Es la violencia política y ya está aquí.

Archivo muerto

A sillazos, la democracia sabe mejor. Trenzados a golpes, la violencia desatada, los panistas yunistas contra los panistas de los Rementería dirimen la candidatura a la alcaldía del puerto de Veracruz, la joya de la corona y el mayor presupuesto de la entidad. Jornada caliente por los votos de los cachirules de Bingen Rementería Molina, panistas de nuevo cuño que apenas en marzo de 2020 ingresaron al Partido Acción Nacional y por estatutos carecían de la antigüedad de un año para participar en la contienda interna. Miguel Ángel Yunes Márquez, el otro contendiente, acusaba desde el sábado 13 la alianza Rementería-Morena, un pacto para entregar el municipio de Veracruz al desgobernador Cuitláhuac García, el fallo ilegal del Tribunal Electoral de Veracruz violando el estatuto panista para permitir el voto de los “cachirules”. Y Bingen Rementería, el diputado local e hijo del senador Julen Rementería del Puerto, advirtiendo que los Yunes azules se robarían la elección. Y la estridencia no podía faltar: un noqueado, las sillas volando, los gritos y los reclamos, el peón de Bingen, apañado con 300 mil pesos en la pechera. Decenas de antiyunistas exigiendo su derecho a votar. Nueve horas esperando sus boletas. Otras boletas fueron destruidas, según registra el video. Ocho de las nueves mesas de votación las ganó Yunes Márquez y en la Mesa 9, la destinada a los cachirules de Bingen, arrasó el diputado local a razón de 258 a 10. El recuento total fue de 947 a 937, y Miguel Ángel Yunes Márquez proclamó su victoria. Y en Morena la felicidad porque a fin de cuentas el PAN se exhibió como una caterva de forajidos, imbuido del espíritu perredista que no puede realizar una elección crucial si no vuelan las sillas y se destrozan el hocico. Lo que sigue es la judicialización del proceso interno y el combate a la resolución del Tribunal Electoral de Veracruz que viola el estatuto interno del PAN. Lo que viene es la radicalización de los Rementería y sus aliados y la pulverización del panismo en el puerto de Veracruz, oxígeno puro a Morena y a sus aliados fidelistas y duartistas intentando descarrilar al hijo del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, que pretende ser el sucesor de su hermano Fernando, actual alcalde de Veracruz… A contracorriente, diezmado y sacudido, Nicolás Ruiz Rosete pudo retener la candidatura del PAN, y por ende la de la alianza Veracruz Va (PRI-PAN-PRD) a la alcaldía de Minatitlán. Vence en la interna a la ex diputada local y ex candidata al gobierno de Veracruz, July Sheridan —Judith González Sheridan— a razón de 155 a 121 votos. Semanas atrás se tambaleaba el proyecto y el poder de la alianza de oposición. Blas Ávalos, quien es regidor actualmente junto con su esposa, Noemí Manrique Valerio, pretendía agenciarse los primeros espacios de la planilla de ediles. Nicolás Ruiz tendría que bajar a los suyos y relegar a Zayra Natalye González Cruz, cuya corriente al interior del PAN las hace sentirse derechosas a ser parte del cabildo en turno. A la par, varias corrientes dejaron el proyecto y recalaron en el Partido del Trabajo, otros en Morena, algunos más sin partido. Y en el diferendo, que llevó al apriete de tuercas en las cúpulas estatales, el PAN de Minatitlán terminó de partirse. July Sheridan inscribió una candidatura condenada a perder. Las González —Zayra, Verónica y Karla, allegadas a la corriente de Germán Yescas— amagaron con irse y al final amarraron la segunda posición y segura regiduría en el próximo cabildo. Nicolás Ruiz ganó la candidatura. Blas Ávalos queda fuera cuatro años; habrá de buscar alianzas con los enemigos de Ruiz Rosete. Las González demuestran que sus votos valen. Y el yunismo que sigue sin cuajar… Amado Cruz Malpica dio positivo a Covid 19 y sacudió las redes sociales. Polarizó el comentario, las frases de solidaridad y los dardos hirientes. Reveló su condición de salud este martes 9 y activó un torbellino informativo. Apanicados, empresarios de peso y de pesos, líderes de cámaras, ya no duermen de sólo recordar aquel desayuno, el 8 de febrero, con el virtual candidato de Morena a la presidencia municipal. Al margen de la pasión política, lo único trascendente para él y los suyos, es que supere el trance. Amado Cruz Malpica, el aspirante más sólido a la alcaldía de Coatzacoalcos por Morena, enfrenta una prueba de vida por la que nadie debiera pasar. Para él, el mejor deseo y que la salud vuelva pronto… Enésimo sainete en torno a Liliana Orantes, la coleccionista de partidos políticos. Catorce audios evidencian los conflictos habidos en el interior de Todos por Veracruz, el partido en turno al que no tarda en reventar… Nanchital es novela aparte: van por al alcaldía Miguel Ángel Piña Balderas, Brenda Manzanilla Rico y Esmeralda Mora Zamudio. Con el aparato de poder de su lado, el trabajo de su mamá, la alcaldesa Zoila Balderas Guzmán, Miguel Piña es el enemigo a vencer. Brenda Manzanilla, que ya fue presidenta municipal, tendrá de su lado a los petroleros de la Sección 11 y la influencia de su líder, Ramón Hernández Toledo, ávido por recuperar el poder perdido. Félix Olarte, periodista de prestigio, ex reportero de Notisur, El Heraldo, Cablemás, corresponsal de Más Noticias, del sistema RTV, apuntaba a contender por Morena, pero pesaron más las ambiciones y obsesiones de Esmeralda Mora, comadre política de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y de su hija Carla Rosas Mora, en cuyo pasado inmediato se halla una agresión a una mujer por un tema de pesos…

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