La verdad detrás de Morena en Veracruz

“La desgracia es ocasión para la virtud.” – Lucio Anneo Séneca.

 

Cuando se conformó Morena –el movimiento del tlatoani López- se sabía que era la unión de millones de mexicanos decepcionados y desalentados por los gobiernos corruptos que habían encabezado malos políticos tanto del PRI, PAN y PRD.

Así la construcción del enemigo imaginario, transmutado en el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y en el modelo económico Neoliberal, tuvieron la bandera para replicar la arenga por todo el país.

Manejando una retórica de encantador de serpientes, el iluminado, empleo simplemente lo que esa sociedad desencantada quería escuchar, “acabar con la corrupción”, “no robar, no mentir, no traicionar” fueron los elementos que repitió hasta la coronilla.

A 25 meses de su asunción al poder por la vía democrática que representa el voto ciudadano, el escenario que permea dista mucho de ser lo que tanto prometió, pues los resultados en todos los rubros son catastróficos para México.

De ese modo en Veracruz, Morena no termina de ponerse de acuerdo, la lucha entre correligionarios es la evidencia de cómo los integrantes -la mayoría resentidos con institutos políticos que no cedieron a sus caprichos- se destrozan en su afán por mantener un proyecto insalvable.

Lo sucedido el pasado jueves 28 de enero en la sede del Organismo Público Local Electoral (Ople) del Estado de Veracruz, confirmó la existencia de ese Morena fraccionado en tres, que de cara a la contienda no termina de entender a la sociedad.

¿Qué sucedió?, cerca de las 17:30 horas de ese mismo jueves el enviado por el Comité Nacional de Morena ese que encabeza Mario Delgado acudió ante el Ople para hacer entrega junto con los dirigentes estatales del Partido del Trabajo (PT) y del Verde Ecologista de México (PVEM) de las carpetas signadas por las dirigencias nacionales para conformar una coalición parcial en al menos 73 municipios denominada “Juntos Haremos Historia en Veracruz”.

Así Esteban Ramírez Zepeta, acudió a entregar el documento con función de “mensajero” junto a Marcelo Ruiz y Vicente Aguilar Aguilar los dirigentes registrados ante el Ople por sus respectivos políticos.

Aun cuando la personalidad jurídica para este caso no implica riesgo de que sea impugnada la coalición, pues el documento estaría firmado por las dirigencias nacionales facultadas para determinar y realizar dichas acciones de manera legal, su presencia azuzó el avispero.

La respuesta del secretario General con función de presidente de Morena, Gonzalo Vicencio confirma la división del partido, pues su calidad a pesar de ser –afirman- legal es menos o igual que un Tehuacán sin gas.

Hasta ahí la película del escándalo que en medios se crónico y mencionó.

Pero qué fue lo que realmente pasó, déjeme se lo platico.

Desde hace semanas dos de los grupos de Morena en el estado, los que verdaderamente ostentan el control del partido, fueron llamados por la dirigencia nacional para acudir a las pláticas y negociaciones para la construcción de la Coalición, pues sabedores que en la oposición avanzaba la conformación de la Alianza propia, urgía tener un plan de respuesta.

Los intentos del secretario de Gobierno, E. Patrocinio Cisneros no resultaron ser tan fructíferos tras la burda intentona de cooptar por la vía del PAN aquel esfuerzo, la presión que impusieron las dirigencias nacionales de los partidos PRI, PRD y PAN impidieron que se saliera con la suya.

Así en paralelo el grupo encabezado por Manuel Huerta Ladrón de Guevara, vía Jaime Humberto Pérez Bernabé y por su lado el de Cuitláhuac García operado vía el mismo secretario de Gobierno, bajo la presencia de Esteban Ramírez Zepeta, se sentaron con Mario Delgado, con Alberto Anaya Gutiérrez, líder nacional del PT y Karen Castrejón del PVEM, el tema resolver la construcción de la coalición que les de rentabilidad política para intentar rescatar algo en la próxima elección.

Las razones de no invitar al secretario General de Morena en Veracruz, Gonzalo Vicencio, fue la actitud por demás peligrosa del sujeto, quien pretende convertir al partido en caja chica para hacer sus negocios personales.

Al Comité Nacional no le pareció que intentara cambiar a representantes y secretarios al interior del partido sin consensuar con los demás grupos; peor aún, pretendió cambiar sin autorización nacional al representante en Veracruz ante el Ople, con lo que buscaba tomar el control económico de la prerrogativa.

Así se determinó que el sujeto quedaba fuera de todo y el partido se maneja desde México.

En paralelo los dirigentes de los partidos acordaron que siguiendo la política de alianzas que marca Morena en cuanto al tema local el método empleado para la designación de candidatos sería el de encuestas, mismas que realizaría el Comité Nacional de Encuestas, ese al que pertenece la veracruzana, Ivonne Cisneros Luján.

Abriendo la posibilidad para que tanto el PT y PVEM practiquen sus encuestas espejo.

Así dentro del tema de las candidaturas a las alcaldías, la coalición también sería parcial, con excepción de municipios pequeños en donde la posibilidad de alcanzar la candidatura podría ser por designación directa –siempre bajo el acuerdo de las tres fuerzas políticas-.

En conclusión, lo mostrado el pasado jueves, es solo la evidencia de la división de un Morena que al menos excluye a uno de los grupos, en su afán de intentar rescatar algo en la próxima elección concurrente.

El pleito por el control total del partido habrá de continuar, siendo su posible resultado de pronóstico reservado, pues con la designación del delegado nacional para Veracruz en Oscar Catón Zetina, las cosas habrán de ceñirse a las instrucciones de Mario Delgado, líder nacional de Morena, quien pretende realinear el proyecto del transformador del presidente López.

 

 

Al tiempo.

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Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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