La muerte de un preso en el Penal de Pacho Viejo, al ser obligado a limpiar el drenaje de este Reclusorio, evidenciando omisión a un deber legal, abuso de autoridad y se olvidan las medidas cautelares que tienen derecho todos los presos en el país. Los abusos de los custodios y personal administrativo, así como del Director y Subdirector de este penal, deberán rendir cuentas, sin olvidar los negocios del el propio Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado.
Y lamentamos decirlo, pero esta muerte evidencia el abuso perpetrado a presos y familiares de reos, quienes tienen que pagar cuotas, de entre $15 mil y $20 mil pesos, si es que quieren que su hijo, hermano, padre o primo, entre otros, no sean obligados a que realicen limpieza de esta enorme olla de desechos, que por mucho tiempo, año tras año, se hace la limpieza por los propios internos, que no tienen dinero para pagar la cuota. Y si no quieres hacer este trabajo, expuesto a oler gases y poner su vida en peligro en un mar de desechos, el llamado número 2, Daniel Espinoza Sánchez, es quien cobra estas cuotas y ahora, presuntamente fue removido del cargo desde este 22 de enero, por un tema administrativo y eso no le exime a ser el culpable de la muerte un preso en Pacho Viejo. Y tenemos datos concretos comprobatorios de que la víctima, un joven que acababa de llegar al penal y aún no estaba vinculado a proceso.
El pago para no ser sometido a trabajos que ponen en peligro su vida, es una práctica que sigue implementado este Gobierno Estatal de MORENA, quien se hace llamar “Honesto”. Los penales en Veracruz se han convertido en una caja chica de dinero fresco, que día con día va generando recursos sin auditar. El pago de cuota de entrada es lo primero, para después, tener una cama y cobija. Se venden o rentan las resistencias para calentar el agua y poderse bañar, así como tener agua para la letrina. Los cigarros, refrescos, comida enlatada es un privilegio que se paga, así como las drogas y hasta pastillas para dormir. Los celulares son controlados por el mismo Daniel Espinoza, quien pone los castigos y hasta golpizas, si el preso no obedece las presuntas reglas internas.
Unos verdaderos mafiosos, quienes imponen su ley dentro de estas cárceles y no existe una presunta readaptación, sino al contrario, los presos deberán sobrevivir a los grupos de poder, quienes se protegen y asesinan a la carta. La familia tiene derecho a estar por 10 minutos en locutorios, si quieren la visita conyugal o estar la familia todo el día con el preso, tendrá que pagar $1,500 pesos.
Fidencio Pérez Rojas, director del penal de Pacho Viejo no tiene poder y sólo se limita a ser un simple florero decorativo. Quien mueve los hilos es la Subsecretaria de Prevención y Participación Ciudadana, Sarahí Peña Galaviz, quien sigue en el cargo, aun cuando ella es la que recolecta las cuotas y ser protegida por el titular de la SSP, Hugo Gutiérrez Maldonado, quien deberá rendir cuentas por la muerte de este joven, quien realizaba trabajos de desazolve en la olla de desechos y sin las condiciones adecuadas, aspirando gas metano y desmayándose, para morir asfixiado. Y fue porque no había pagado la cuota de ingreso.
Según el boletín oficial, la Secretaría de Seguridad Pública asegura haberse registrado un “incidente”, cuando en realidad es un claro abuso de autoridad y obligar a presos a que realicen limpieza de ollas de desechos, sin las medidas adecuadas y violentar la unidad de medidas cautelares. En el mismo informe, miente al asegurar que por iniciativa propia, la víctima se introdujo y sufre un desmayo, sin importar que el inhalar gas metano es venenoso y sin mascarillas industriales adecuadas, ni tanques de oxígeno. Los directivos del Penal de Pacho Viejo expusieron la vida de los presos y ser responsables por la muerte de una víctima y la afectación de los otros tres pacientes hospitalizados.
El conocido como “El Talachos” fue quien acababa de ingresar y no tenía para pagar la cuota y es obligado a trabajar por parte de Daniel Espinoza Sánchez, quien es el encargado del cobro de todo tipo de necesidades ilegales, además de realizar torturas, golpes y castigos. Y ser la misma Sarahí Peña quien sabe muy bien qué tipo de persona es Daniel Espinoza, protegido desde la SSP. La investigación se debe realizar de manera profunda y ejercer un procedimiento de oficio y por obligación ante la muerte del llamado “El Talachos”.
Las familias de reclusos ya no quieren pagar cuotas por todo. Es una mafia interna, que se aprovecha de la desgracia de cientos de presos, quienes están recluidos por delitos graves y del fuero común. Además de llevar su proceso y reclusión para cumplir su condena, tienen que pagar por todo, al habitar en los penales Lo interesante es que el mismo día en que falleció este preso por la contaminación de gases venenosos en una olla llena de residuos fecales, Hugo Gutiérrez Maldonado estaba en el penal de Amatlán y el mismo titular sabe que a los presos, los ponen a chapear, pintar paredes, limpiar y realizar herrería, si no aceptan estos trabajos, los mandan al cuarto de castigo, los golpean o les pegan con una pala. Algunos han muerto dentro del penal por las golpizas y ocultan sus muertes, asegurando que enfermaron o tenían problemas en el corazón. No olvidemos, las muertes en los separos en el Cuartel de San José, donde también cobran cuotas para no ser golpeados y son varias las víctimas quienes fueron asesinadas y el propio Hugo Gutiérrez Maldonado miente al decir que en la SSP se trabaja para la ciudadanía, cuando la misma población se tiene que cuidar de los policías, con instrucción de cobrar cuotas, piso y hasta roban negocios.
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