Una masacre el domingo pasado, la primera del año, en el municipio de Las Choapas, revivió la cruda realidad de inseguridad y violencia que se vive en el Estado.
Para iniciar un año más de matanzas en Veracruz, esta vez fueron 12 las personas ejecutadas al más puro estilo de la delincuencia organizada, aunque, como ya es habitual en él, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, cual vocero de la Fiscalía General del Estado, se apresuró a tratar de minimizar los hechos.
El lunes por la mañana, en sus cuentas de las redes sociales, apenas unas horas después de las ejecuciones, se aventuró a señalar como móvil: la división entre un grupo de ganaderos y “abusos y amenazas” entre ellos, lo que, dijo, provocó un enfrentamiento con el saldo fatal.
De acuerdo con las primeras versiones periodísticas, que se fueron robusteciendo con el paso de las horas y los días, se trató de un “levantón”, de un intento de rescate, de una emboscada y de una ejecución final, previa tortura de las víctimas, cinco de ellos miembros de una familia, así como un agente municipal.
Los hechos se iniciaron la tarde del domingo y la masacre ocurrió entre el atardecer y el anochecer en una zona del valle de Uxpanapa que comprende los municipios de Las Choapas y Minatitlán, distante de la más cercana zona urbana, a la que tardarían en llegar las autoridades ministeriales y policiacas.
En lugar de que fuera la fiscal Verónica Hernández Giadánz quien diera la cara y ofreciera información de acuerdo a lo que el personal ministerial recabara en el sur, lo más apegada posible a los hechos, hasta anoche había guardado silencio y no se conocía una versión oficial.
El gobernador, pues, dio información falsa. No se trató de un enfrentamiento entre ganaderos. Fue una ejecución con amordazados, torturados y cadáveres arrojados a la vera de un camino, una más de una serie que pone al desnudo la grave situación de inseguridad que se vive en el Estado.
Si bien esta vez no causó mayor escándalo mediático en el Estado y en el país, como las de Minatitlán, que se saldó con 14 muertos en la palapa “Los Potros” el 19 de abril de 2019, y la de Coatzacoalcos, en el bar “Caballo Blanco”, el 27 de agosto de 2019, que dejó un saldo de 32 víctimas fatales, la del domingo no se sustrajo a la atención de la prensa internacional, que dio cuenta de los hechos.
Medios como El País México e Infobae, con una amplia audiencia en el mundo de habla hispana, los que a su vez son tomados como referencia en la prensa internacional, informaron de la matanza y, lo peor, pusieron de nuevo a Veracruz en el centro de la atención como un Estado violento e inseguro, nada bueno para su imagen.
Hechos como el que refiero contradicen la insistente versión oficial de que Veracruz se está apaciguando gracias a la eficacia tanto de la Secretaría de Seguridad Pública como de la Fiscalía General del Estado, lo que además muy pocos o prácticamente nadie cree.
Estamos ya en el tercer año de gobierno, a la mitad de la administración, y no solo no se ve una solución eficaz al problema de la inseguridad y de la violencia sino ni siquiera un atenuante que nos dé la esperanza de que ya estamos en el camino de la salvación.
Doce veracruzanos más, un padre y sus tres jóvenes hijos, entre otros, han engrosado la lista que testimonia la ineficacia oficial para contener el crimen con violencia. Lo más preocupante es que no se ve para cuándo la población tendrá un respiro. Insisto, ante masacres como la del domingo, ¿de qué, para qué le sirve la pistola de la que alardeó la fiscal?
Y para colmo, se les va Landau
Hoy es la fecha histórica. Este miércoles asume la presidencia de Estados Unidos Joe Biden. Da hasta escalofrío saber que el mundo estuvo en peligro porque un loco presidía la mayor potencia del mundo. Y pensar que el gobierno de la 4T apoyó a Donald Trump en su intento de que se reeligiera.
¡Sniff! Hoy el llanto ha de acompañar al cuitlahuismo. Termina la gestión de Christopher Landau como embajador gringo en México. Sí, el mismo al que en un acto humillante se le fueron a arrodillar el gobernador, el secretario de Gobierno Eric Cisneros, la fiscal Hernández Giadánz y el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado.
Ocurrió, ¿recuerdan?, en octubre pasado en el puerto de Veracruz. Nos enteramos de los detalles por el protagonismo del secretario Cisneros, de Gutiérrez Maldonado y de la fiscal Hernández Giadánz, quienes publicaron fotos y datos en sus cuentas de las redes sociales. Dejaron testimonio de que prácticamente comparecieron ante Landau como si fuera una autoridad superior del gobierno mexicano.
Don Christopher encabezó una reunión de trabajo con los mencionados funcionarios como si hubieran sido sus subordinados, quienes incluso le solicitaron apoyos, con lo que evidenciaron que el gobierno de AMLO los tiene abandonados. Mostraron que no pueden solos con el paquete.
Eric Cisneros lo convirtió en “gran promotor” de Veracruz, le presentó “la campaña Orgullo Veracruzano” y sin ningún rubor disparó: “El Embajador Landau será un gran promotor del Veracruz… Con la visita de los ciudadanos americanos, vamos a reactivar la economía de esos lugares que tanto les presumimos en nuestro canal de Youtube”. Desde entonces han venido por carretadas los gringos y a miles de veracruzanos les ha ido tan bien que encienden la estufa, el calentador y los cigarros con dólares.
Verónica Hernández Giadánz no se quedó atrás: “… de manera particular el Embajador mencionó que brindará el apoyo a la Fiscalía General del Estado para atender los casos de personas desaparecidas”. ¡Carajo! Con razón los familiares de las víctimas están contentos y no hay una sola protesta. ¿El Imperio al servicio de un gobiernito? ¿Dedicándose con los familiares de las víctimas a buscar fosas clandestinas?
Sin ningún reparo dijo que el ofrecimiento fue “durante una reunión de trabajo”, dándole el carácter oficial a un encuentro que debió de ser de diálogo amistoso, informal, porque ningún embajador, de ningún país, puede venir a encabezar una reunión de trabajo de asuntos internos propios de un Estado mexicano, ya que un gobierno local no está sometido más que a las leyes mexicanas y a ningún extranjero debe ni tiene por qué rendirle cuentas.
Y según ella “inició… una relación de trabajo institucional”, ¡de la Fiscalía, con el gobierno norteamericano!, cuando la única relación de trabajo institucional del gobierno de Veracruz es con las instituciones mexicanas.
Pues ese muñeco se les va hoy, en el que cifraron grandes esperanzas. ¿Habrá alguna conferencia de prensa, algún informe oficial para hacernos saber qué tanto de beneficio le dejó a Veracruz mister Landau?