“Sean siempre como el mar qué rompiéndose contra los escollos, encuentra siempre la fuerza de reintentarlo.” — James Douglas Morrison.
Iniciamos el 2021, quizá sea el año que con más ansia ha esperado la humanidad, la crisis sanitaria desatada por la aparición del SarsCov2 nos mantiene a todos expectantes de los posibles resultados tras el anuncio de la aparición de diversas vacunas que vendrían a servir como el remedio para acabar con tan maldito virus.
La seriedad con que debemos afrontar la crisis como sociedad, esta tan solo en mirar los números y no me refiero a esas otras cifras del presidente López y que su gobierno federal nos ha venido dando, pues su desempeño al frente de la epidemia ha quedado demostrado como el peor para el control de la pandemia en todo el mundo.
La tasa de letalidad en México muestra al mundo lo grave del manejo sanitario, cuando la misma es superior a los dos dígitos como apunta la Universidad John Hopkins https://coronavirus.jhu.edu/map.html -10.8%- a la que tienen naciones como los Estados Unidos -1.3%- y eso es apenas decir poco.
Ante el escenario por demás caótico que enfrentamos en nuestro país con más de 126 mil muertos, los que seguimos aquí podemos estar agradecidos con el creador o con la vida, al tener la fortuna de haber visto un nuevo año iniciar.
Ante la urgente necesidad de acabar con este mal, este espacio sirva para hacernos un llamado de reflexión profunda sobre lo que hemos hecho bien y lo que se ha realizado mal.
Tenemos la oportunidad de reiniciar nuevamente y acabar con la pandemia si ponemos de nuestro lado, y no hablo de volver a bajar las cortinas de los comercios y las empresas.
Hablo de si verdaderamente estamos actuando con responsabilidad social, pues con el cierre del año las muestras imprudentes fueron claro ejemplo de lo que es valernos literalmente madre todo, pero eso no detiene la crisis, ni acaba con la pandemia.
Si queremos volver a abrazar a nuestros seres queridos y a nuestros amigos, debemos ser conscientes de que, si no aplicamos el distanciamiento social y evitamos bajar la movilidad al máximo, estas cifras no se detendrán.
Urge pues un exhorto a la cordura, a la mesura, a la prudencia.
2021 será por mucho el año de la esperanza, del renacer, del reconstituirnos como humanidad, del sobrevivir, pero si no actuamos todos con verdadera consciencia social esto no habrá de detenerse.
¡Celebremos pues que somos sobrevivientes! en este nuevo inicio de año con la mentalidad renovada y siempre con plena voluntad de ser actores del cambio.
Al tiempo.
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