“El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.” — Miguel de Unamuno.
Mientras termina el 2020, año en el que el mundo comprendió lo frágil que es la humanidad ante la aparición de un virus como el SARS-COV2 (Coronavirus) que nos puso de cabeza, pocos se han interesado por los efectos y acciones secundarias de su impacto.
Una de esas acciones tendría que ver con la necesidad de obligarnos a emplear de manera obligatoria un cubrebocas y una careta, a manera de contener la pandemia, misma que se ha documentado se transmite por el contacto con las gotas de saliva o las superficies contaminadas con ella y que después son expuestas al organismo vivo que sin sanidad se contagia.
De esta manera, entrados en lo que se conoce como nueva normalidad –uso de cubrebocas, caretas, gel, alcoholes sanitizantes- pocos políticos han comprendido las implicaciones de carácter económico que esta pandemia representa para el ciudadano de a pie, como para las empresas.
En Veracruz el diputado local boqueño Juan Manuel de Unanue Abascal ha sido quizá uno de los pocos en visualizarlo.
Así como parte de sus actividades legislativas propuso una iniciativa enviada a la Cámara de Diputados Federal para que se modificara la Ley del Impuesto al Valor Agregado (IVA) con la finalidad de exentar en todo el país del pago del mismo a mascarillas, cubrebocas, todo artículo que tenga relación con el tema de desinfectar y sanitizar, bajo el entendido de que implican un costo extra no previsto, que afecta la deteriorada economía de las familias.
Pero no solo en eso centro sus esfuerzos legislativos, pues también comprendió que de la mano había que aplicar otras acciones para revertir los efectos económicos que conlleva la crisis sanitaria global.
Cuando en Veracruz según el Coneval la variación trimestral del ingreso laboral per cápita real disminuyó 4.6% del primer trimestre de 2020 al tercer trimestre de 2020, al pasar de $1,381.17 a $1,317.32 pesos constantes, la cosa se pone difícil.
Bajo este escenario el panista se unió a otros legisladores para por su lado solicitarle a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) condonara los adeudos a aquellos usuarios que por la contingencia no pudieran pagar sus recibos de luz, reconectándoles la energía sin costo.
Aun cuando hasta el momento la CFE se niega beneficiar de alguna manera a la población el intento por apoyar a los ciudadanos está ahí.
Unanue Abascal ha comprendido que de la mano de estas acciones es importante voltear a la primera línea de defensa contra el Covid-19, por ello, también presentó una iniciativa que permitiera destinar un techo presupuestal para que las y los enfermeros, las y los médicos y todos los que integran el sector salud involucrados en la pelea contra la pandemia tuvieran un reconocimiento económico vía bono de cuando menos dos meses de salario, retroactivo al mes de marzo de este 2020.
Como parte de su labor gestora, el boqueño ha entregado más de 45 mil cubrebocas a comercios y negocios establecidos, con la finalidad de apoyar a la reactivación económica detenida por la crisis sanitaria; a su vez, ha gestionado el apoyo de más de 800 consultas médicas gratuitas, entregando junto con ellas, el medicamento necesario para cada paciente.
En dos años de trabajo como representante popular ha donado poco más de 500 sillas de ruedas para personas que más lo necesitan, así como proporcionado insumos durante toda la pandemia al Hospital de Boca del Río.
Aun cuando muchos intentan descarrilarlo en su esfuerzo por alcanzar la alcaldía de Boca del Río, su trabajo y cercanía con la población -sustentada en más de 10 años de recorrer el municipio- lo convierten en la carta más fuerte del PAN para retener la plaza, algo que le puede al actual alcalde Humberto Alonso Morelli, pues nunca logró tener la empatía que el joven legislador mantiene con la sociedad boqueña.
Al tiempo.
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