Roberta y Ramsés, una historia que debe ser contada

No entendemos, el por qué limitan a una mamá el pedir a las autoridades el regreso de sus  hijos y el padre, por venganza personal, pretende destruir la imagen privada de la madre de los menores de edad. Venganzas mal sanas, que se aprenden en el seno de una familia, quienes se ostentan como grandes políticos y finalmente, usan a menores de edad para castigar a quienes “traicionan” las costumbres,  de que las mujeres deben aceptar machismo, infidelidad, agresión física y psicológica en un matrimonio.  Roberta es la víctima. Ramsés es hijo de uno de los más influyentes empresarios en Veracruz y Don José Yunes Suárez es sinónimo de respeto para algunos, así como la aplicación de violencia para otros, quienes no aceptan que el “Cacique de Perote” imponga su ley como dueño del latifundio.

Roberta Gómez Islas rompe el silencio. Describe cómo ha sido su viacrucis para recobrar a sus hijos, después de aquel fin de semana, al enviar a los menores de edad para pasar dos días con su papá y él, ya no los regresó, al planear interponer una recurso para retenerlos, no como opción de padre, sino por órdenes del abuelo José Yunes Suárez y la hermana de Ramsés,  Ana María Yunes Zorrilla. Y lo peor, envenenar el alma de los niños, asegurando que su madre no los cuida, no los atiende, ser una desquiciada vengativa y gastaba el dinero de Ramsés Yunes, de forma desenfrenada, según constan en declaraciones judiciales de testigos trabajadores del exsenador José Francisco Yunes Zorrilla, las cuales, están en nuestro poder.

Y mientras, Roberta está condicionada para ver a sus hijos, abrazarlos y besarlos en cada reunión. Durante la epidemia, por largas semanas no los pudo ver, para luego, un Juez de lo Familiar determinó que Roberta se reuniera con ellos en un centro de vinculación infantil, hasta que se resolviera el futuro de los menores. Luego, los testigos de la familia Yunes declaraban mentiras, al cuestionar la capacidad psicológica de Roberta y hasta Ramsés sacó antecedentes de la vida privada de los padres de Roberta, siendo esto una vergüenza y advirtiendo que la madre de sus hijos no tiene calidad moral para tenerlos, con base a testimonios asentados en las audiencias frente a un Juez Familiar.

Existen otros testimonios de personas, quienes son amigos mutuos de Roberta y Ramsés, que han cuestionado al propio Ramsés y a su hermana Ana María Yunes Zorrilla por no haber respetado la custodia declarada por un Juez Familiar, durante el Juicio de Divorcio en diciembre del 2018 y ellos simplemente dijeron “Fue por órdenes de mi padre y los niños están con él”, admitiendo que Don José Yunes Suárez no estuvo de acuerdo que Roberta Gómez Islas se divorciara de Ramsés; que vendiera la casa de forma legal, dada a Roberta y ella se fuera a la Ciudad de México con los niños y además, que recientemente entablara una nueva relación, teniendo todo el derecho, por ser una mujer libre la propia Roberta. Por eso, aprovecharon la visita del fin de semana, para quitarle a los niños y ahora, entablan una guerra mediática y en tribunales, siendo que Roberta sólo pide que le devuelvan a sus hijos.

Pero Ramsés no lo acepta, ni tampoco tiene en custodia a sus hijos y no los ve todos los días, pues están a cargo de su padre y hermana Ana María, una mujer adulta, quien nunca se casó o tuvo una relación sentimental duradera  extramarital y  tampoco tuvo buenas migas con la propia Roberta, quien desde el 2008, cuando se casó con Ramsés, tuvo que soportar la imposición de su exsuegro Don José Yunes Suárez.

Al tratar de destruir la reputación de Roberta, Ramsés de Jesús Yunes Zorrilla, actualmente con 48 años  y Roberta con 46 años, enfrentan un litigio, ya que Yunes Zorrilla la acusó de presuntos actos ilegales en la venta de la casa, que en el acuerdo de divorcio se le adjudicó a ella y luego, la vendió para trasladarse a la Ciudad de México, con los niños.  Para seguir con la venganza, Ramsés Yunes Zorrilla inicia un juicio cuestionando la venta de la casa, para así denostarla ante el Juez de lo Familiar y que no le adjudiquen la guardia y  custodia otorgada ante un Notario Público, por estar en un litigio y falsos señalamientos en presunto mal uso y  venta del inmueble.

Un asunto totalmente fuera de lugar y sería absurdo que  las autoridades  permitan un juicio sin sustento y Roberta no cometió ningún delito para justificar el quitarle la guardia y custodia de sus menores hijos. Lo interesante es que de este tema, Roberta lleva ya dos años y sigue esperando una resolución y ser inadmisible que las autoridades y Juzgados actúen con toda impunidad, violentando sus derechos como madre.

Tenemos en nuestro poder todos los documentos de la casa que se vendió como el pago de impuestos de la venta de la propiedad, el contrato de compra del terreno, el contrato de construcción de la obra, los pagos y transferencias de la construcción al Arquitecto.

Un tema vergonzoso. Un pleito entre particulares, Roberta y Ramsés, éste último quien permite y obedece la  imposición de su padre Don José Yunes Suárez, de imponer su voluntad y quedarse con los menores, gastando el dinero y comprando testigos por el precio que sea, para destruir la imagen y reputación de Roberta Gómez Islas, una  mujer y madre que suplica le regresen a sus hijos.  Lo vergonzoso, es que algunos opinan que Roberta utiliza a periodistas para engañarlos y tener negras intenciones, cuando en realidad, lo único que pide, no es dinero, lujos o sacar raja económica. Lo único que pide es que le regresen a sus hijos, algo que para la familia Yunes Zorrilla no es admitido.

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