“La obra política más difícil es obtener la confianza antes que el éxito. ” — Napoleón Bonaparte.
¡Vaya cierre de semana para el gobernador de Veracruz!
Muy temprano en la conferencia mañanera, una pregunta de un corresponsal de un medio estatal cuestionó al presidente si apoyaría el Proyecto de Tren Interurbano para Xalapa que el gobernador Cuitláhuac García ha venido afirmando que se realizará.
La respuesta fue categórica y contundente.
“No tenía conocimiento del proyecto, seguramente lo estará impulsando el Gobierno del Estado, sé que Xalapa tiene problemas de congestionamiento vehicular, incluso que se pretendió hacer un segundo piso, pero pediré informes, respondió el mandatario palabras más, palabras menos.”
La exhibida dada por el Ejecutivo Federal, evidencia que muchas de las cosas que aquí en Veracruz afirma su Gobernador son verdaderos cuentos guajiros, mentiras o intentos por vender espejitos, así de claros y precisos, a menos que el C. Presidente ya este senil –con claros visos de demencia- sería como entenderíamos la respuesta dada.
El ruido provocado deja claro un serio distanciamiento entre la Federación y Veracruz aún cuando se diga lo contrario. De ser el más honesto y el de más confianza de los gobernadores morenistas el presidente López Obrador ha denigrado y degradado a Cuitláhuac García a la categoría de un hombre honestón y mentirosón.
Mala fue la idea de ocultar la parentela de la abuela y de todo el linaje escondido en la nómina gubernamental y de ahí para el real, como dicen en las comunidades rurales, para acabar con la confianza a ciegas que el Ejecutivo le profesaba.
Así también la semana cierra con otro par de dolorcitos de cabeza para el mandatario que ya no siente lo duro, sino lo tupido.
La supuesta llegada a Veracruz de Alejandro Rojas Díaz Durán como Delegado del Comité Nacional de Morena sería un extraordinario acicate y una forma de cobrarle todas y cada una de las afrentas que le hicieron él y sus secuaces al hoy presidente nacional Mario Delgado.
Y es que Rojas Díaz Durán ya se la tiene sentenciada al mismo Cuitláhuac, pero especialmente a su secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, a quien tiene denunciado ante la misma FGR, por las amenazas contra la directora del Decano de la Prensa Nacional “El Dictamen”, Bertha Ahued Malpica.
Pero, sobre todo, por el pésimo manejo e imagen que han infundido entre la sociedad, respecto al actuar de los funcionarios estatales de Morena y su distanciamiento con la misma militancia y con los veracruzanos.
Esos que están esperando solamente la llegada de junio del 2021 para cobrarles todas y cada una de sus afrentas.
Y para terminar de rematar, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le retaca la última de las estocadas de la semana, al revocar en su totalidad la fallida reforma electoral de Morena, e invalidar las reformas a la Constitución Local y al Código Electoral, que regulaban la organización de las elecciones locales para renovar las alcaldías y las diputaciones locales.
Aunado a ello, la SCJN declaró inválida la reforma mediante la cual se blindaba a Cuitláhuac García contra la consulta de “revocación de mandato” para su inminente remoción del cargo en el año 2022.
Los intentos por recortar prerrogativas a partidos en 50%; retrasar el arranque de la elección hasta enero y reducir el número de consejos municipales –para robarse la elección- se cayeron cual castillito de naipes.
Queda claro que alguien ya no está en el ánimo de quien manda en esta nueva y transformada nación de Méxinamarca.
Al tiempo.
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