La pandemia ha sido el eje central del 2020, con el transcurso del tiempo ha evidenciado la desigualdad económica entre distintos países e incluso al interior de las naciones, pero también ha puesto en la mesa de diálogo otras desigualdades, mismas que han persistido en la historia. Si bien la situación económica ha sido de las más mencionadas incluso en la cumbre del G20, existen otras brechas que de igual forma han de ser atendidas.
El encierro develó que en desproporción desmedida no todos podemos enfrentar igual una crisis sanitaria de la magnitud que se vive, pero también a través de estadísticas se comprobó que hay quienes en casa no tienen un espacio seguro, que el conocimiento que tanto se ha buscado democratizar no ha sido la clave añorada para la construcción de igualdad y el acceso a las mismas oportunidades.
Con la llegada de un nuevo virus cada país eligió las estrategias que consideró pertinentes, en México, de acuerdo a declaraciones del mismo presidente, la prioridad fueron los pobres. Y sin juzgar las decisiones del gobierno, algo es innegable, nuestro país no estaba en condiciones de tomar las mismas medidas que se implementaron en Europa, no sólo por elementos monetarios, sino también en cuanto al desarrollo e innovación que requiere un encierro total en casa.
Si bien es sabido que enfrentamos múltiples brechas sociales y que se trabaja de manera constante desde distintas esferas para disminuirlas, también es claro que no hemos analizado la profundidad de estas segregaciones. Durante siglos la economía ha sido el pilar de las mesas de debate, pero poco hablamos de brechas de género, de educación, de la necesidad de transformar nuestras propuestas. La pandemia llegó para acelerar estos procesos. Ya no es opcional migrar a una era de propuestas y soluciones creativas. Es inminente.
Quizás nuestro enfoque ha sido erróneo, para alcanzar la igualdad no basta con priorizar la economía, también hemos de analizar la diversidad de nuestro entorno y sus necesidades. Si comenzamos por aspectos de género descubriremos que las principales decisiones a nivel mundial son tomadas por hombres, desde ahí no existe un equilibrio que contemple los requerimientos de todos, pues el enfoque se vuelve limitado. Por otra parte, conforme surgen nuevos conflictos sociales también son imperantes nuevas propuestas y estrategias que adopten una visión global y colectiva.
Son tiempos modernos, pero no todas las personas viven bajo las mismas circunstancias, en el ámbito laboral 72% de los mexicanos no cuenta con las habilidades necesarias para migrar a una era digital como la que nos hemos visto obligados a vivir. Esto es resultado de años de atraso desde el sistema educativo, pero también de falta de interés en el ámbito empresarial y social por coordinarse para un beneficio mutuo. Si como sociedad nos preocupáramos en trabajar en conjunto sería más sencillo disminuir estos conflictos.
Para lograr una disminución de brechas el sociólogo François Dubet nos invita a ser más solidarios, comenzando con el análisis de la repercusión de nuestras decisiones no sólo de forma individual, sino colectiva. Si pensamos en la situación actual que enfrentamos, todos somos parte de una cadena. Hoy en día el entorno se ha visto modificado drásticamente, lo mismo requiere de las personas. No podemos regresar a una normalidad que fue causa de nuestra presente, hemos de pensar en mejorar para evitar repetir estas problemáticas en el futuro.
Un buen comienzo sería partir desde lo local, buscar participación social de todos los grupos para que realmente se encuentren representados en la toma de decisiones, pensar en un bien común y no sólo en el de los individuos, mantener comunicación constante entre la diversidad de intereses sociales, principalmente entre las instituciones, gobierno y empresas. La actualización no debería ser algo aleatorio, pues si el entorno cambia, así mismo debería hacerlo el conocimiento. Si bien es cierto que la edad y el costo de acceso a nuevos contenidos puede ser una limitante, es aquí donde entra la solidaridad, la necesidad de compartir con otros para que puedan acceder a las mismas oportunidades. Esto es un reto que tomará tiempo, pero es necesario comenzar cuanto antes.