En un periódico de tiraje nacional pude enterarme de que, de la rifa, no rifa, del avión, no avión, ocho hospitales, que se sabe se localizan en los estados de México, Nayarit, Zacatecas, Coahuila, Sinaloa, Michoacán, Morelos y Veracruz resultaron ganadores de uno de los premios mayores del sorteo del avión presidencial y recibirán 20 millones de pesos cada uno para cubrir sus necesidades.
Y que también resultaron ganadores una escuela indígena de la Sierra Negra de Puebla, una telesecundaria del municipio de Candelaria Loxicha, Oaxaca, y una de prescolar comunitario en El Yerbaniz, del municipio de Aramberri, Nayarit.
Antes de esta rifa, no rifa, del avión, no avión, se tuvo conocimiento que el INSABI, había regalado 15,765 boletos de del sorteo a 15 hospitales públicos, erogando una cantidad aproximada a 8 millones de pesos. Y antes de la rifa, no rifa, del avión, no avión, se informó que se había recaudado lo necesario para cubrir lo que corresponde a los premios, pero, si se pagaron con dinero del erario, la cantidad cercana a los 8 millones a que hago referencia, se comprueba que el sorteo del avión, no avión, no generó ganancias, sino lo contrario; quedando pendientes de cubrir los gastos de administración, distribución, operación, comisión y demás que se tengan que pagar.
Aunque se presumió que los beneficios de la rifa, no rifa, del avión, no avión, se destinaría a la compra de equipos médicos, y que a cada equipo se le iba adherir una placa del avión presidencial que tanto ha amado el presidente, y que, al parecer lo volverá a rifar el año que entra, no se tendrá ningún beneficio y no habrá nada que repartir entonces, pero como los milagros operan de la noche a la mañana, a quienes se deseaba beneficiar, fueron precisamente los hospitales públicos. Milagro o coincidencia, pero así se manifiesta ante nuestra sociedad, aunque no existan ganancias de ninguna especie, que era para lo que se presumía debería servir el avión que no lo tenía ni Obama, pues tener un avión así es gastar en lujos propios de fifís, aunque sí daban utilidad, mientras en la actualidad, solo se gasta sin ton ni son, sin recuperación y sin ningún beneficio.
El hecho que parece inexplicable por leyes naturales, y al parecer fue una obra de origen divino es que, en forma sobrenatural muchos de los hospitales a los que se pretendía beneficiar con el producto de la rifa que fue nulo en recuperación económica, sí se logró por obra de la santidad yo creo del mesías, salvo que por una coincidencia haya obrado la suerte en favor de determinados nosocomios, así como escuelas necesitadas que ya estaban predeterminados a ser socorridas.
Los seguidores del autor de la rifa, no rifa, que no tuvo ningún rescate favorable, estarán convencidos que fue algo sobrenatural y milagroso lo que surgió al resultar en su mayoría beneficiados hospitales públicos, así como escuelas indígenas y otras en condiciones de pobreza, quienes, por ese motivo, tal vez surja un mayor enamoramiento hacia el profeta que los llevará hacia la salvación, y cundan las propuestas de canonización hacia el mesías por los milagros logrados.
Estuve tratando de localizar un dato que hace referencia de una persona que obsequió a otra, un boleto premiado de la lotería, pero antes de llevarse a cabo el sorteo. No lo localicé. Pero si guardo el dato del fraude cometido en el sorteo número 2,518 de Melate y Revancha, de fecha 22 de enero del año de 2012, en el que los defraudadores resultaron ganadores de 160 millones de pesos.
Pero como se involucró a trabajadores de pronósticos y, al percatarse la coordinadora técnica jurídica de pronósticos, que después de la celebración del sorteo, solo se presentaron los familiares y otros a cobrar los premios, posteriormente ya no se presentaron a laborar los trabajadores, solicitando la investigación por parte de la PGR, quienes congelaron las cuentas de los defraudadores impidiendo que gastaran el dinero que dizque habían “ganado”.
También podría haber sido un milagro que los mismos empleados hubieran resultado los premiados si se hubiera disfrazado mejor la situación, pero, de cualquier manera, ante las coincidencias que se conocen de muchos hechos, puede ser que algunos de ellos sí sean un verdadero milagro.