De Rosa Parks a Kamala Harris

Qué lejos está aquel histórico 1 de diciembre de 1955 cuando Rosa Parks, de 42 años entonces, a quien en su momento se describió como una atractiva costurera negra, aunque con el tiempo la reivindicaron como una rebelde de primera categoría, se negó a pararse y darle su asiento en el autobús a un pasajero blanco, en Montgomery, Alabama, en los Estados Unidos.

Aquel hecho –que, por supuesto, recoge la historia y cuya lucha que siguió se recoge muy bien en el libro Martin Luther King. Un sueño de igualdad– dio inicio al movimiento contra la segregación racial y por los derechos civiles.

Hasta entonces los negros –ella era afroamericana, nacida en Estados Unidos– sufrían en ese país la humillación de no poder compartir con los blancos los mismos lugares públicos. Incluso en los baños había letreros de “Sólo blancos” y “Negros no”.

En el caso del transporte, una línea delimitaba que los asientos de adelante eran para los blancos y los de atrás para los negros. Estos podían sentarse en los de en medio si ningún blanco los requería. Rosa Parks lo hizo. Pero cuando se llenó la parte delantera se subió un joven blanco y entonces el chofer le ordenó que se parara y que le cediera el lugar. Se negó, fue detenida y ahí se empezó a escribir la historia.

He traído a colación este hecho porque sesenta y cinco años después, ayer, el candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, eligió como su compañera de fórmula para ocupar la vicepresidencia a Kamala Harris, una mujer de color, de 55 años, senadora por California, quien si los demócratas ganan las elecciones de noviembre se convertirá en la primera mujer negra vicepresidenta en la historia de ese país.

Ella es abogada y política e inicialmente aspiró a ser la candidata compitiendo contra Biden pero, como decimos en México, no le alcanzó y se retiró de la contienda. Ayer, uno y otro pasaron a la historia y la noticia le dio la vuelta al mundo. En 2011 se había convertido en la primera mujer fiscal general de California. Cosas de la historia, Biden, blanco, fue, a su vez, vicepresidente con el presidente Barak Obama, negro.

En un debate televisivo con Biden, cuando aspiraba a la candidatura, recordó que ella, de niña, se había beneficiado con el programa que acabó con la segregación racial en los autobuses escolares públicos, algo parecido a aquello que se inició con Rosa Park.

Si votara en Estados Unidos, no dudaría en hacerlo por los demócratas. Iría a votar por Biden, pero, en mi caso, en especial por Kamala. Los expertos no dudan que ella le imprimirá un estilo más combativo a la campaña. Hasta ahora aventajan en las encuestas a Donald Trump por quien, con su pasada visita, votó ya Andrés Manuel López Obrador y se prestó a hacerle el juego en la campaña. La derrota de Trump también será para AMLO. Ya veremos qué tan cara nos saldrá la factura.

Registro el hecho histórico, pero también celebro el avance de las mujeres en la vida pública del mundo, más en un país como Estados Unidos donde además de por el género también por el color de la piel eran doblemente condenadas.

 

 

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